Para la consulta de revocación de mandato el senador Ricardo Monreal había propuesto una pregunta francamente perversa:

“¿Está de acuerdo con que se concluya de manera anticipada el desempeño del cargo de la persona titular de la Presidencia de la República, a partir de la pérdida de confianza?”

Pregunta de Monreal ya desechada por él mismo

Ricardo Monreal no es tonto, pero sí desleal e inclusive traicionero. Así lo dije en una columna: “Monreal, traidor, ya quiere sacar a AMLO de la presidencia”. Por dos razones me pareció que el líder de los senadores de Morena buscaba sesgar la consulta contra el actual presidente de México:

  • (i) Sin duda invita a votar por el SÍ, QUE SE VAYA preguntar en negativo (“¿Está de acuerdo en que el presidente concluya su cargo de manera anticipada?”).
  • (ii) También invita a votar por el SÍ, QUE SE VAYA el hecho de aderezar la pregunta con un juicio de valor negativo (“a partir de la pérdida de confianza”) que no está a discusión.

Después de que publiqué lo anterior un mensito que difunde sus opiniones en Milenio, don Gibrán Ramírez, intentó refutarme. Con la intención evidentemente lambiscona de darle la razón a Monreal se sacó de la cabeza un argumento absurdo: “Al no haber un mecanismo de ratificación de confianza, la consulta es necesariamente sobre si esta se revoca y se quiere que el presidente se vaya”.

Según el tal Ramírez, quien se presenta como uno de los nuevos filósofos del sistema político mexicano —cada día los hacen peores— lo anterior tiene que ver con “consideraciones de derecho constitucional”. ¿En serio el derecho obliga a hacer las cosas a tontas y a locas?

Monreal puede ser perverso y traidor, y creo que lo es, pero de ninguna manera cae en la categoría de los incompetentes como su palero Ramírez. Entonces, admitió su exceso de deslealtad y ha reformado la pregunta:

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Como dije en mi anterior columna sobre el tema, había mil preguntas más sensatas que la originalmente planteada por Monreal, este lo entendió y corrigió. Qué bueno.

La oposición, la consulta y la CDMX

Más allá de las perversidades de Ricardo Monreal y de las sandeces de sus minipensadores de cabecera, el debate sobre la consulta realmente interesante lo han planteado intelectuales de derecha —estos sí, muy listos y preparados— como Héctor Aguilar Camín y Jorge El Güero Castañeda, quienes pretenden guiar a la oposición para tomar una de dos decisiones, la que más dañe al presidente López Obrador:

  • (i) Desairar la revocación de mandato para que vote muy poca gente y así generar la percepción en la opinión pública de una derrota política de AMLO, independientemente del resultado de las votaciones.
  • (ii) Acudir masivamente a las urnas el día de la consulta, aunque sea un hecho que gane la opción de la permanencia de Andrés Manuel en el cargo; con realismo, Aguilar Camín y Castañeda no buscan la destitución del presidente, que no ven posible, sino nada más que este pierda en las alcaldías de la Ciudad de México donde en las pasadas elecciones Morena no pudo ganar. Esto sería absolutamente rentable para el PRI y el PAN —y aun para Movimiento Ciudadano— en las elecciones presidenciales de 2024.

Fracasarán Aguilar Camín y Castañeda

Si la oposición desairase la consulta y votara muy poca gente, pero la mayoría a favor de AMLO —lo que creo ocurriría en ese escenario, tal como lo admiten todos los analistas de derecha—, de ninguna manera podría la oposición cantar victoria.

Todo lo contrario, sería un enorme triunfo de la 4T porque a los votos a favor de la permanencia del presidente en el cargo habría que sumar los votos silenciosos, por así llamarlos, de quienes se abstuvieron; lógicamente los abstencionistas estarían apoyando la permanencia de López Obrador en la presidencia, ya que, sobre todo en el caso de los inconformes con la 4T, el hecho de tener la oportunidad de votar contra el gobernante de izquierda y no hacerlo significaría que no desean que se vaya anticipadamente, con toda seguridad porque la tesis de que sería caótico dejar en manos de no muy prestigiados diputados y senadores la decisión de nombrar a un nuevo presidente.

Por lo demás, no creo que AMLO pierda la consulta en la CDMX en ningún escenario, ni siquiera en el de las masas de votantes conservadores eficazmente movilizados por los partidos de oposición. Creo que van a cometer un serio error de cálculo el PRI, MC y el PAN si piensan que pueden lograr que gane la opción de destituir al presidente en las alcaldías capitalinas que Morena perdió este 2021.

No es lo mismo Gil Pérez, que Perejil

No, no será lo mismo para los electores de la alcaldías supuestamente más conservadoras de la Ciudad de México, como la Miguel Hidalgo, la papeleta de revocación de mandato que la boleta que marcaron en las elecciones municipales.

En la alcaldía Miguel Hidalgo no causó un impacto mayor ver en las papeletas electorales a Víctor Hugo Romo —buen funcionario , pero nada más—; en cambio, el nombre de Andrés Manuel López Obrador en la boleta obligará a pensar con absoluta seriedad el sentido del voto.

No es lo mismo Romo, buen alcalde, que un personaje ya histórico como Andrés Manuel. El solo nombre del presidente inspira respeto, pues de inmediato nos recuerda una larga trayectoria de lucha admirable, a la que debemos algunos, importantes logros democráticos, lo que todo el mundo reconoce independientemente de si se está, o no, de acuerdo con su ideología.

Además, la campaña previa a la cita en las urnas para la revocación del mandato, sin lugar a dudas coincidirá con la nueva actitud de la jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, mucho más activa fuera de la oficina en este momento que durante la primera parte de su administración.

Gobernar es administrar desde el escritorio, sí, pero también es comunicar y dialogar. Lo ha diagnosticado Sheinbaum de esa manera, y ha salido a recorrer los barrios; de su habilidad y su estrategia, que las tiene, dependerá acercarse mucho más a la gente de las colonias de menores ingresos sin perder en las zonas de clases medias y altas su imagen de mujer eficiente y honesta.

Corregir la consulta

La consulta de revocación es legal y casi seguramente se celebrará. Debemos salir a votar todos, por el sí a que AMLO siga en la presidencia. En mi opinión fundamentalmente porque ha hecho un buen gobierno, pero también porque no está correctamente diseñado el mecanismo de sustitución del presidente.

Después de la consulta tendrá que ajustarse tal procedimiento para que, en futuros procesos de revocación, se elija al siguiente presidente más democráticamente, es decir, en procesos electorales con reglas claras; esto es más lógico y juicioso que dejar a impresentables diputados y senadores elegir, solo entre ellos, al presidente sustituto.