La fea mancha en la histórica transformación

Fracasó

No me gusta criticar a Andrés Manuel López Obrador ni a su gobierno. Creo en su honestidad, admiro su decisión de cambiar a México para bien y respeto su capacidad de trabajo que muy pocas personas poseen.

Pero, ni hablar, a veces debo expresar mi desacuerdo con lo realizado por la 4T.

Los seguidores de AMLO entenderán la necesidad de hablar con franqueza y, así lo espero, me disculparán por recurrir a cierta zafiedad en el lenguaje —mínima desde luego— al referirme al trabajo de Hugo López-Gatell.

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Lo que pasa es que ese cabroncete me tiene muy enojado, así que al mencionarlo no se me antoja irme con finuras que podrían caer en la categoría del fariseísmo.

Me indigna la forma en la que Gatell ha manchado a un gobierno histórico como el de AMLO, quien si no limpia, ya urgentemente, la suciedad descargada por el rockstar de la epidemiología comprometerá el juicio de la historia relacionado con la, absolutamente necesaria, transformación que Andrés Manuel con tanto sacrificio personal está intentando de las estructuras políticas, económicas, sociales y culturales de nuestro país.

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El pueblo unido no tenía por qué ser vencido

Esa mancha, como dije, tiene nombre y apellidos, Para colmo, tiene una biografía hecha para la ocasión, en la que lo más destacado —al menos con tal información inicia Wikipedia— es un abuelito que participó en la Segunda República Española y que, después del triunfo franquista, se fue a Francia, donde combatió con intrepidez heroica a los nazis, como paso previo a su llegada a México donde sembró la semilla progresista que debía darnos al más grande científico de la historia, sí, el doctor en epidemiología Hugo López-Gatell.

En efecto, el destino y la suerte —y un presidente generoso— pusieron a Gatell a dirigir la estrategia contra la pandemia de coronavirus en uno de los más poblados países del mundo. Qué maravillosa oportunidad tuvo el rockstar para demostrar que existe y es útil la ciencia no neolilebral, es decir, al servicio de la gente, del pueblo unido que no tenía por qué ser vencido, no de la manera absurda y brutal en la que ocurrieron las cosas.

¿Por qué la derrota terrible de la sociedad mexicana frente al covid-19?

Nuestro país no es precisamente pobre, aunque en su territorio abunde la pobreza. Entonces, sin escatimar gastos, el presidente López Obrador entregó a Gatell todos los controles sanitarios y hasta financieros del gobierno federal. De lo que se trataba era de minimizar el número de muertos por la pandemia.

¿Cómo utilizó Hugo López-Gatell el poder y el dinero que AMLO colocó en sus manos para pelear contra el virus? De la chingada, ¡¡¡de la criminal chingada!!! Perdón, pero no hay otra palabra para calificar su actuación.

México está entre los peores países del mundo en el combate a la pandemia. Más allá de la tragedia que ello representa —decenas y aun cientos de miles de vidas que no debieron perderse—, tal derrota, en el terreno político, no la merece la 4T, no la merece Andrés Manuel ni tampoco tenía por qué ser, como sin duda lo será, la principal arma de la oposición para desacreditar al partido y al candidato o la candidata identificada con AMLO en las elecciones presidenciales de 2024.

¡¡¡Es traición!!!

¿No se sentirá, más que decepcionado, traicionado Andrés Manuel por el desempeño, francamente lamentable, del científico que no fue tal, Hugo López-Gatell?

Ahora la 4T paga el costo de haber sostenido a Gatell y, también, de haber defendido una de las tantas malas decisiones del susodicho recurriendo a la autoridad de la revista Lancet.

Esa historia tiene que ver con un articulo de Irma Aguilar-Delfin, doctora en inmunología por la Clínica Mayo, publicado en SDPNoticias: “¿Por qué la vacuna Sputnik V nunca obtendría una recomendación favorable en la FDA?”.

La respuesta que daba la doctora Aguilar Delfín tenía que ver con “el oscuro detalle del adenovirus 5″. La científica decía: “No tenemos por qué aferrarnos a vacunas basadas en Ad5 —como la rusa—, hay más vacunas que ya vienen en camino”. Aquí el artículo para quien desee consultarlo: https://www.sdpnoticias.com/columnas/por-que-la-vacuna-sputnik-v-nunca-obtendria-una-recomendacion-favorable-en-la-fda.html

El comentario de la doctora Aguilar Delfín tuvo impacto en la opinión pública, pero hasta ese momento López-Gatell era como los porteros con suerte —sí, aquellos que sin suerte no son porteros, como se dice en el futbol—, así que un día después de lo expresado por la inmunóloga, en la sin duda prestigiada revista Lancet se difundió un artículo sobre la vacuna rusa, redactado por los desarrolladores de tal inyección, “Safety and efficacy of an rAd26 and rAd5 vector-based heterologous prime-boost COVID-19 vaccine: an interim analysis of a randomised controlled phase 3 trial in Russia”, según el cual la Sputnik V tenía una eficacia del 92%.

Si Lancet lo dice, es cierto: así habló la 4T

A partir de ahí la 4T, sobre todo en redes sociales, emprendió una campaña para defender la vacuna rusa: “Si Lancet lo dice, es cierto, qué chingona la Sputnik V”.

¿Dirá la 4T lo mismo en estos días en que se ha difundido otro artículo en Lancet: “Patear la pelota, fracaso de la rectoría del sistema de salud: evidencia de la respuesta a la pandemia COVID-19 en Brasil y México”. Aquí puede consultarse: https://www.thelancet.com/journals/lanam/article/PIIS2667-193X(21)00082-X/fulltext

La famosa revista británica es despiadada. En resumidas cuentas dice que el desprecio a la evidencia científica de los responsables de la estrategia contra el covid en México, más la información errónea dada a conocer por el gobierno de nuestro país relacionada con la pandemia resultó un factor fundamental en el exceso de mortalidad.

Es decir, fracasó el rockstar de la epidemiología Hugo López-Gatell, lo que se traduce en desprestigio para México (no es lindo que en el mundo se nos vea entre los dos o tres países que peor combatieron la pandemia), y significa algo todavía peor: decenas y hasta cientos de miles de muertes que pudieron haberse evitado si se hubieran hecho las cosas simple y sencillamente siguiendo lo aconsejado por la ciencia e inclusive por el elemental sentido común.

La 4T defenderá a Gatell llevando el artículo de Lancet a la arena de las disputas política e ideológica mexicanas. Esto es, dirán que entre sus autores —los principales— hay gente de la derecha nacional. En caso de necesidad eso repetirán —y repetirán y repetirán y repetirán— en las redes sociales.

No sé si sean de derecha analistas tan destacados y, evidentemente, con credibilidad en el mundo académico, como Felicia Marie Knaul, nacida en Canadá, pero con mucho trabajo realizado en México, y los indudablemente compatriotas Héctor Arreola Ornelas, Julio Frenk Mora, Adolfo Martínez-Valle y Mariano Sánchez-Talanquer.

No sería ilegal que ella y ellos fueran neoliberales ni, desde luego, tal posición ideológica los descalificaría como expertos en salud publica, pero… en el debate político todo se vale.

En lo personal, pienso que está muy bien hecho el artículo de Lancet que reprueba la estrategia mexicana para combatir la pandemia, y en mi percepción de las cosas, lo mismo pensarán, si lo leen, todos los mexicanos y mexicanas —son millones— que hayan sobrevivido al covid o perdido a un amigo o familiar por el coronavirus.

Creo que la 4T tenía razón: si lo dice Lancet, es cierto. Con una diferencia entre la vacuna rusa y el juicio a la estrategia de México contra el coronavirus: el exceso de muertos en nuestro país es innegable, mientras que la Sputnik, por chingona que sea, todavia no sirve para viajar, es decir, Aguilar Delfín tenía razón en su artículo de SDPNoticias: no la aprobó, o aún no, la FDA:

En efecto, la FDA (Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos) no ha dado su visto bueno a la vacuna rusa, pero tampoco lo han hecho la Organización Mundial de la Salud ni la Agencia Europea de Medicamentos.,

Pues eso: es muy chingona la vacuna rusa, tal como escribieron en Lancet sus desarrolladores y tanto repitieron los seguidores de Gatell, pero las personas inmunizadas con esa inyección no tienen el derecho de entrar a Europa y, a partir del primero de noviembre, tampoco a Estados Unidos.

Las que sí y la que no

El mundo desarrollado se protege y exige un certificado de vacunación. Se aceptan muchas vacunas, principalmente las Pfizer/BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Janssen, pero también son válidas las chinas Sinopharm y Sinovac.

La rusa no sirve para viajar..., o todavía no. En Argentina, por cierto, las personas con necesidad de visitar Estados Unidos que recibieron la Sputnik V están espantadas: vuelan ahora a resolver sus asuntos de negocios o familiares, o de plano se joden, a menos que, de última hora, como esperan los rusos, la OMS la apruebe.

Aquí la nota, de hoy mismo, de SDPNoticias, en la que se informa de la confianza del gobierno ruso en que, ya prontito, la OMS autorice la Sputnik: https://www.sdpnoticias.com/internacional/sputnik-v-rusia-afirma-que-la-oms-si-la-autorizara/

Pero mientras eso ocurre, sobra gente espantada. Leí una nota del diario argentino La Nación del pasado 29 de septiembre: “¿Me aceptarán con mi vacuna Sputnik?” Si no, “¿me devolverá la aerolínea el dinero por mi pasaje?”.

Recordemos que el gobierno argentino —fue el que alborotó a Gatell para buscar vacunas rusas— recurrió a millones de dosis de la Sputnik para inmunizar a su población. Ni nodo, los que necesiten hacerlo no podrán viajar si la OMS no cede a las exigencias de Moscú, lo que ojalá ocurra, pero no ha sucedido en casi un año.

En México, la misma cosa. Quienes se pusieron la Sputnik, a partir del primero de noviembre no podrían ingresar a Estados Unidos. Conozco a alguien en esa situación, neoliberal por cierto, quien seguramente en un momento de distracción le creyó a Gatell y se puso la vacuna rusa: Juan Ignacio Zavala, cuñado de Felipe Calderón.

Así lo dijo Nacho en un programa de Adela Micha en el que participé y me parece que no mentía. Creo que ya anduvo buscando ser vacunado por segunda vez con las dos dosis de AstraZeneca, Pfizer o Moderna, lo que implica un riesgo, supongo. No creo que sea sano aplicarse dos dosis de Sputnik y luego otras dos de diferente marca. Así que si ven gente con hinchazones marcianas en la cabeza, pues seguro es por eso.

Posdata financiera y sanitaria

Merck anunció que su antiviral molnupiravir está mostrando resultados prometedores en enfermos de covid: se probó en personas que tenían al menos un factor de riesgo de ponerse graves y los datos indican que los que tomaron el medicamento tuvieron menos hospitalizaciones.

Aun cuando la eficacia fuera limitada, la ventaja inmensa que tiene es que se trata de un medicamento oral: una pastillita, pues. Todavía no tiene autorización de la FDA pero seguramente, a diferencia de la vacuna rusa, pronto se la van a dar y va a ser un éxito comercial inmediato y enorme.

Así que, apúntense los inversionistas: salgan a comprar acciones de la farmacéutica Merck, que en una de esas hace irrelevantes las vacunas.

Solo por su parecido con el nombre del mayor ciclista de todos los tiempos, Eddy Merckx, pienso que la nueva medicina funcionará y, en la durísima cuesta final, superará al virus de la corona que tanto nos ha lastimado a todos.