Lo dicen no pocas mujeres —declaradas feministas y menos comprometidas con esa causa—, lo repiten bastantes hombres, es la verdad: se trata sin duda de una campaña.
Pero es falso que AMLO no entiende a las mujeres ni las apoya. Los hechos no mienten.
Eso sí, para no parecer ignorantes quienes difunden esa tesis aceptan que AMLO ha dado espacios numerosos a las mujeres en su gobierno, pero agregan que lo ha hecho solo para someterlas. Es decir, que es enemigo del feminismo aunque.
No hay tal, los hechos son contundentes porque no es producto de la divinidad que:
- Haya ahora más mujeres en el gabinete presidencial que en ningún otro sexenio de nuestra historia.
- Haya en la 4T más gobernadoras que nunca antes.
- Por primera vez vez una mujer (Sheinbaum) tenga posibilidades reales de ser presidenta de México.
- Exista en la Suprema Corte un número realmente histórico de mujeres ministras: cuatro de 11 integrantes, con la posibilidad real de que pronto el Poder Judicial lo presida una de tres juristas, Yasmín Esquivel, Margarita Ríos Farjat o Loretta Ortiz.
A pesar de todo lo anterior se dice del presidente López Obrador que es enemigo de las mujeres.
Tal calumnia —en sí misma grave— viene a ser lo de menos frente al hecho de que a los anteriores presidentes que no otorgaban oportunidades verdaderas a las mujeres, no se les dijo nada relacionado con este tema.
Si eso no es grilla, habrá que ir pensando en redefinir este concepto.
Es decir, si no es grilla entonces se trata de politiquería, o inclusive de perversidad o de guerra sucia.
Sea lo que fuere, los hechos demuestran la falsedad de tales afirmaciones expresadas para dañar a AMLO.
La historia pondrá a cada quien en su lugar. No solo juzgará severamente a los presidentes que no abrieron espacios a las mujeres, sino también a tantas personas que no los condenaron pero sí lucraron políticamente acusando de antifeminista al único presidente que alentó la llegada de numerosas mujeres a la cúspide del poder.