Por más que han tratado de legitimar un mecanismo de selección como es la encuesta, la población civil continúa desconfiando de ese ejercicio en Morena. De hecho, todos se han preguntado por qué ese método sigue siendo la decisión final para elegir aspirantes a puestos de elección popular sí muchos han concluido que, ese ejercicio, es meramente un trámite burocrático o una simulación que ha servido de justificación para decir que el pueblo es quien toma las determinaciones.
No quiero ni pretendo cuestionar el triunfo de Armando Guadiana en la elección interna en Coahuila. Siempre comenté que, para el redactor de esta columna, el senador con licencia era el favorito pues al menos varias metodologías como la que se publicó en el Financiero anticiparon esa situación de esa naturaleza.
En cambio, varios apuntaban a que Ricardo Mejía sería el candidato de Morena en Coahuila, al menos la mayor atención estaba en él. De hecho, muchos quedaron sorprendidos de la determinación que tomó la dirigencia de Morena en torno al anuncio después de una lucha interna álgida entre los dos principales contendientes. En ese sentido, salió fortalecido el senador Armando Guadiana que -de acuerdo con la ponderación que hizo el partido- sacó las mejores percepciones.
Recuerdo que, hace un par de semanas, puntualizamos que sí la lógica se imponía los dados se cargarán hacia el senador de Morena. En esa ocasión, nos guiamos por la encuesta en el Financiero que calificaba con mayores probabilidades a Armando Guadiana.
Siendo de esa forma, no fue suficiente cargar con el título de favorito que determinó echarse al hombre Ricardo Mejía y su equipo de comunicación. Se demostró que no fue necesaria tanta cercanía con el presidente, incluso en las propias mañaneras donde figuraba continuamente.
Quizá a López Obrador le molestó ese hecho y decidió inclinarse por el senador. Vale la pena considerar ese hecho porque, en este momento, algunas “corcholatas” de las autonombradas favoritas de Andrés Manuel andan regocijándose divulgando -por todo el territorio- ser muy cercanas al mandatario.
Soy de los que también siguen pensando que, la encuesta, es una simulación. Algunos que han salido beneficiados de ese mecanismo lo merecen, pero lo más lamentable es que otros no. Se demostró en la Ciudad de México precisamente para elegir abanderado en vísperas del 2018. Bastó una determinación de las cúpulas del poder del partido para consumar la imposición, incluso ya hemos hablado de ese tema una y otra vez porque hay escepticismo siempre y cuando determinen usar otro tipo de instrumentos.
La elección primaria -sería una buena determinación o el proceso más democrático en el partido- sobre todo para evitar el clima sofocante que se está formando en Coahuila. De hecho, esas fricciones pueden poner en peligro el triunfo histórico que puede alcanzar Morena al poner fin a una era priista sí hay voluntad para procurar la unidad. Se entiende la frustración de Ricardo Mejía que no sé sí seguirá insistiendo en el proceso de elección de Guadiana.
Lo que sí es una realidad es que, esta situación, tiene que atenderla el propio Mario Delgado, sobre todo porque se viene un proceso presidencial al que hay que darle certidumbre con mecanismos claros y transparentes sí no quieren caer en el error de Coahuila, Michoacán y Chihuahua en 2021 donde claramente hubo imposiciones desde el CEN de Morena. Estos ejemplos, como algunos otros, forman parte del libreto anecdotario de simulaciones de una encuesta que todo tiene menos ser democrática y plural.
Notas finales
El gobernador del estado de Michoacán se afianzó en el territorio y en el despacho estatal. De hecho, hasta ahora, ha entregado buenos resultados a los michoacanos al poner en marcha un proyecto integral de desarrollo en distintas materias. Para ello, cuenta con un gabinete completo y experimentado que se ha comportado a la altura de las circunstancias. Para reforzar esas acciones, esta semana hubo relevos institucionales que llegarán -por la madurez y experiencia- a sumar en las políticas públicas.
Desde este espacio ya habíamos anticipado -en un determinado instante- que circulaban nombres en posiciones claves del gabinete de Alfredo Ramírez. De hecho, siempre consideramos, entre los perfiles más cercanos, a la ex presidente estatal de Morena en la entidad, Giulianna Bugarini, que revitalizó al partido en más de nueve meses al frente. Dado que su trabajo trascendió era de esperarse de un momento a otro la designación que por fin llegó.
Giulianna Bugarini se convirtió -desde el día de ayer- en la titular de Bienestar en Michoacán. “Necesitamos que todas las mujeres de las 4T estén desplegadas y en el territorio, bajando los programas en beneficio de las y los michoacanos”, concluyó el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez.