IRREVERENTE
Les platico la última parte, en voz de mi interlocutor. ¿Arre? ¡Arre!
“Los fifís que viven en México no conocen lo que hay detrás de la necesidad de los pobres.
Es increíble que en Estados Unidos haya más conciencia para emprender proyectos que apoyen a millones de marginados mexicanos que han visto cómo la brecha entre ellos y los que gozan de comodidades, cada vez se hace más grande”.
Es Alberto Baillères Gual al habla, quien en este último artículo platica sobre sus planes para cuando vuelva a México: Proyecto con fundación filantrópica de los Servitje
“El 29 de enero empecé con María Cecilia Gabriela Servitje Montull, presidenta de la fundación Sertull, que apoya a organizaciones que atienden a sectores sociales vulnerables, un proyecto para el desarrollo de sociedades comerciales en territorio mexicano.
Ella vive en Delmar, California, y con ella y otros socios de diferentes ramas de la industria de las que soy propietario, emprendimos lo que buscamos sea un parteaguas en la historia financiera de México.
Quiero explicarle a AMLO mi proyecto
Después de conocer su reacción, estaré listo para volver a México; primero para negociar con mi padre (su padre murió en 2022 y no alcanzó a hacerlo) lo referente a mi participación en los negocios del Grupo y zanjado este tema, hacer la presentación oficial de mi propuesta en el Palacio Nacional.
Banco de los pobres
Basado en mi experiencia en Estados Unidos, donde estamos trabajando con la gente más vulnerable económicamente, quiero ser el banco hipotecario de los pobres de mi País, para que cambien a su rentero por un pago hipotecario que amortizará el préstamo el mayor tiempo posible.
El pago mensual irá disminuyendo, contrario a lo que ocurre con métodos tradicionales de financiamiento; no se les cobrará ningún interés.
No habrá enganche y con ello, podrán mudarse de la casa donde actualmente están y que hace cada vez más rico al rentero, a una vivienda tipo dúplex, donde podrán rentar a otro inquilino la mitad de su espacio, para que la renta que reciban les permita pagar el crédito hipotecario y de esa manera, cada vez que abonen enriquecerán su plusvalía.
Mediante estudios actuariales muy especializados, va a ser posible que los pagos que cada familia haga a su crédito hipotecario disminuyan hasta que sean dueños de las escrituras de su casa, siempre y cuando no la vuelvan a hipotecar.
Agiotistas disfrazados de banqueros
Ningún banco de México hace esto, porque se trata de negocios donde el agio se disfraza de las siglas de las instituciones financieras nacionales y de otras partes del mundo.
Los bancos en México no están prestando a particulares ni a pequeñas empresas, porque invierten el dinero de sus ahorradores en instrumentos de renta que les dan el doble o más de lo que pagan a los dueños del dinero que captan en sus sucursales.
En México se vive una pobreza encarcelada que es generacional y a perpetuidad.
En México se es pobre durante toda una vida y las que le siguen a sus crías, por eso nunca salen de ese laberinto.
Quiero usar el dinero en forma filantrópica para ayudar colosalmente a los pobres a salir de su condición. Por eso quiero hablar con el presidente López Obrador.
Los negocios de mi padre no van en esa dirección, ni tampoco los de los oligarcas que se juntaron en su casa con el presidente.
Raíz del neoliberalismo
Se han enriquecido a manos llenas y esto no tendría nada de malo, si estuvieran generando beneficio a los más necesitados.
En México, el rico cada vez es más rico y el pobre, cada vez es más pobre. Pero no generan bienestar y dan muestras de seguir expandiendo sus imperios usando su poder, la influencia, la corrupción, la simulación, la evasión fiscal, aunque públicamente se le estén acercando al presidente para anunciarle inversiones y apoyo a los programas del gobierno.
Olvídate de Donald Trump; es un personaje de Walt Disney al lado de Alberto Bailléres González.
Mi padre es (era) el capo al que obedecen (obedecían) los Carlos Slim, los Larrea, los Garza y todos los ricos que presumen su cercanía con el gobierno de Morena.
Son malos compatriotas, no confían en López Obrador y él hace muy bien en desconfiar de ellos. Para sacar a México del atolladero se necesitan acciones disruptivas.
Se requiere pensar “fuera de la caja”, hacer cosas diferentes, dejar de reportar utilidades de dos dígitos y empezar a vivir con fracciones de punto.
Son ofensivos, vergonzosos y cínicos los reportes trimestrales de las empresotas y bancotes presumiendo sus utilidades de dos dígitos.
Chupan sangre a los mexicanos
Están acostumbrados a crecer mediante subsidios, componendas fiscales, mercados controlados, concursos y licitaciones amañadas, metiendo a políticos a sus consejos de administración o haciéndolos sus socios.
Esa ruta para hacer negocio en México se debe acabar.
Estoy seguro de que dentro y fuera de mi País habemos muchos que queremos entrarle al toro toreándolo de manera muy distinta a como se hace hasta hoy”.
Cajón de sastre:
“¡Olé! Venga la faena, Alberto, acá en México te estamos esperando”, dice BC, la testigo de calidad que me acercó a este personaje y con quien conviví cientos de horas para extraer como producto terminado, lo que concluye hoy en este 7º artículo.
Mañana, cambio completo de programa, sin faltar el Incomparable Iván.
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