Después de que el hallazgo del cuerpo de Ariadna Fernanda López desatara caos en la Fiscalía de Morelos, se han estado revelando malas prácticas e impunidad por parte de la institución.

Primero, la misma Fiscalía evidenció su desfachatada negligencia al fabricar, ante los ojos del mundo, una razón absurda con tal de no catalogar el hecho como feminicidio.

Al hacerse viral el caso de Ariadna salió a la luz un caso que estaba destinado a seguir en la oscuridad como los miles de carpetazos qué hay en el país. Resulta que la Fiscalía morelense aplicó el mismo modus operandi con otra víctima, utilizó el peritaje para clasificar la muerte de Alondra, joven de 16 años como un infarto.

En enero del año en curso se halló el cuerpo de Alondra en un motel dentro del municipio de Ocotepec y a pesar de los evidentes signos de violencia física, la Fiscalía de Morelos dictaminó que murió por un infarto derivado de una úlcera gástrica. Su madre denunció corrupción por parte de las autoridades, quienes supuestamente dejaron ir a su presunto agresor, un adolescente de 17 años que se encontraba con Alondra en el motel, a cambio de una suma de dinero.

Días después el cuerpo sin vida de una mujer 29 años, Beatriz, fue encontrada sobre la carretera Yecapixtla. Aunque su muerte sí fue investigad como feminicidio, la víctima ya había denunciado violencia y medias cautelares para intentar proteger su vida.

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Así es como muchos casos se fueron sumando poco a poco hasta que una gran marcha visibilizó lo que sucedía. Al principio del año en el municipio de Cuautla aumentaron los feminicidios y no se daba con ningún responsable; se dice que ni siquiera se investigaban los casos. Sin embargo, el asesinato de Evelin Aifune fue la gota que derramó el vaso pues desde entonces no cesaron las protesta de grupos feminista logrando desempolvar a la Fiscalía Especializada en la Investigación y Persecución del Delito de Feminicidio de Morelos.

Hoy la Fiscalía General de Morelos está con el agua hasta el cuello y hará lo que sea para protegerse, así lo estiman las amigas cercanas de Ariadna.

Sara Martínez Rico y Alejandra ex compañera de departamento de Aranda denunciaron hostigamiento y amenazas por parte de empleados de la Fiscalía. Todo sucedió cuando fueron a declarar a las oficinas de Morelos. Los trabajadores quienes identificaron como Joel Reyes y Cecilio Villalba les quitaron los teléfonos, les llaman constantemente, las aterrorizan con correos electrónicos y hasta han enviado vehículos para seguirlas en sus domicilios. Ellas temen que ante la desesperación les fabriquen un delito.

Mientras la investigación continúa, la cantidad de feminicidio registrados ya superará la del 2021. Se hace evidente la ausencia de Fiscalía Especializada en la Investigación y Persecución del Delito de Feminicidio de Morelos, la presión para que renuncie el fiscal está cada vez más fuerte, no solo por la impunidad sino por sus presuntos vínculos de crimen organizado y corrupción. Parecería que bajo la Fiscalía hay mucho mas en juego.