Seguí el debate en la SCJN. Interesante todo lo que expresaron ministros y ministras. Me llamó la atención que se hablara de “fraude a la Constitución” en el hecho de haber entregado el control operativo de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa.

Si no recuerdo mal, tal expresión la mencionaron ayer los ministros Javier Laynez Potisek y Luis María Aguilar Morales… A ellos les respondió el ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea diciendo que usaban con ligereza lo del “fraude a la Constitución”, concepto diseñado por él en alguna ocasión anterior.

Otro ministro, Alberto Pérez Dayán, no quiso complicarse la existencia entrando a una discusión etimológica, y de plano comentó que “sea fraude o no sea fraude estoy con el proyecto”, esto es, manifestó su acuerdo con la propuesta de declarar inconstitucional la adscripción de la Guardia Nacional en la Secretaría de la Defensa.

Y así quedó la cosa: seis ministros y dos ministras concluyeron que la GN no puede ir a la Sedena:

  • Norma Lucía Piña Hernández
  • Margarita Ríos Farjat.
  • Jorge Mario Pardo Rebolledo
  • Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
  • Luis María Aguilar Morales.
  • Javier Laynez Potisek.
  • Alberto Pérez Dayán.
  • Juan Luis González Alcántara Carrancá.

Y un ministro y dos ministras defendieron la idea de que la GN sea administrada por la Secretaría de la Defensa:

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  • Loretta Ortiz Ahlf.
  • Yasmín Esquivel Mossa.
  • Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.

Lo que sigue es que la SCJN y el gobierno federal encabezado por Andrés Manuel López Obrador encuentran la fórmula legal para que la Guardia Nacional no termine como canica en lavadero o en bacinica: de aquí pallá y de allá pacá.

Como dice Eric Fernández, del área comercial de SDPNoticias: “La Guardia Nacional parecía haber encontrado la estabilidad que necesitaba hasta que el lavadero lo empezó a mover esa cosa rara que se llama Constitución haciendo algo que los millennials no entenderían: chaca-chaca jurídico”.

Se debe poner orden tanto en el poder ejecutivo como en el judicial; para encontrar la fórmula de que la GN no pierda eficacia. Es la única policía nacional que tenemos y no debe seguir de Herodes a Pilatos. Como dice Eric: “Herodes será Luis Crescencio Sandoval, el general secretario, y Pilatos más bien sería Piñatos, por la ministra Piña”.

Lo que sea, algo tendrá que hacerse para que la Guardia Nacional siga funcionando, es decir, sin que le afecte el argüende constitucional que armaron todas las personas que disfrutan la dicha inicua de estar en la cúpula de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial.

En fin, ahora lo que se necesita es acción, que corresponderá encabezarla a la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez. Ello lo hará, desde luego con la ayuda de las fuerzas armadas. Porque otra cosa quedó clara en el debate en la corte suprema: el ejército debe actuar cuando esté en peligro la seguridad nacional, y lo está: ¿o no pone en riesgo a México tanta violencia, imparable desde que Felipe Calderón declaró su fallida guerra contra el narco?

Guerra fallida, sin duda, pero no porque no haya guerra, sino porque ¡¡¡la estamos perdiendo!!! Guerra estúpida por surgió del fraude electoral de 2006, que el esposo de Margarita Zavala pretendió que se olvidara por la vía de jugar al héroe peleando a tontas y a locas contra las mafias.