Los crímenes confesados por Andrés “N” de 72 años han desnudado la realidad del Estado de México: el sitio del abandono y la impunidad es la fábrica de los feminicidas más salvajes y con mayor número de víctimas en nuestro país.
Dentro de los últimos 5 años, tres sujetos han sido identificados como feminicidas seriales. Las narrativas que se viven desde el estado son aun mas escalofriantes, pues de la tragedia que es indignante para el país, han construido “villanos” populares que se coronan en la misoginia y la crueldad.
¿Qué sucede con los hombres en el Estado de México?
Dentro de todos los contrastes que se observan en las comunidades de Cuautitlán Izcalli, Ecatepec, Atizapán y Toluca, las zonas más precarias y marginales comparten una idea: las mujeres son desechables y ser misógino esta de moda. En aquellas zonas, el desprecio por las mujeres es una afición creciente que lleva años consolidándose.
Todos han contribuido a ella: los ministerios públicos por ser omisos desde hace mas de 10 años y dudar de las denuncias, desacreditando a las víctimas y contribuyendo a que las denuncias fuesen obstaculizadas, después la Fiscalías por ser incapaz de construir investigaciones solidas, constituyéndose como la gran omisa y causante de la impunidad. De cada 10 denuncias por feminicidio, menos de 3 llegan a los jueces y aquellos viejos machistas también son parte del problema.
Estado de México es tierra de nadie: educa a niños que son hijos de “nadie”
El Estado de México es la demarcación territorial más grande, la que tiene menos policías por habitantes y la más descompuesta socialmente. El Estado de México es tierra de nadie: educa a niños que son hijos de “nadie” porque han muerto o viven en condiciones laborales intensas, construye jóvenes que son ciudadanos de nadie, un estado que solo reprime pero no forma: una mayoría ha socializado la violencia, el abuso, el acceso a las oportunidades depende del apellido o linaje y un sitio donde nacer pobre es condena de muerte o crimen. Primero contra las mujeres, luego con quién aparezca en el camino.
El Estado de México es una fábrica de depredadores sexuales. Igual abusan los conductores de transporte público, que los directores de Amazon. La desigualdad es también la gran protagonista: la urbanidad ha dejado en el Estado de México altos niveles de marginalidad. Las alcaldías de la Ciudad que concentran condiciones similares, también son feminicidas, como GAM o Iztapalapa. Hay falta de educación. Hay falta de movilidad social. Hay falta de movilidad segura. No por ello son víctimas todos los agresores, al contrario.
La periferia es violenta y es la violencia el único lenguaje con el que los más impregnados de la descomposición social se comunican. Las afectadas tienen rostro y son, principalmente, las mujeres y las niñas.
#SomosTodas
Son Reyna, Flor, Rubicela, Norma, Berenice, Aylin, Gardenia, Flor, Nínive, somos todas. Todas porque ninguna contamos y cada semana, un nuevo feminicida serial protagoniza el delirio del macho por la fama terrorista. Eso es México: el gran cementerio donde ser mujer, es garantía de impunidad, motor de nuevos feminicidas, autor de huérfanos en el olvido y dolor.
Protestas. Sudor seco. Coraje. Sed. Vacío.