Cynthia Bravo es una joven con nacionalidad norteamericana y mexicana que fue extraída de su país natal cuando era una recién nacida. Creció en México mientras la búsqueda por su ubicación no cesaba. Su familia se perdió y entre lo poco que tenía en México, estaba el recuerdo de su madre que podía encontrarse en Seattle o Texas. Trató de volver a verla pero nunca lo ha conseguido.
Cynthia decidió quedarse en México sin imaginar todo lo que vendría: al cumplir 25 años, fuera del núcleo familiar, un sujeto que le lleva 23 años, la sometería a punta de violencia psicológica a prácticas insanas hasta destrozar su cuerpo y voluntad. Entre sustancias que le hizo consumir sin consentimiento hasta relaciones sexuales forzadas, la pequeña Camila llegó a la vida.
Una niña producto del violento noviazgo, pudo cambiar la vida de Cynthia.
Se alejó de todo aquello que le dañaba para poder brindarle a su hija una vida segura… se alejó hasta de Carlos sin pensar que el mismo agresor que le hizo pasar años oscuros, tendría un privilegio ante el poder judicial y ante el sistema, pues no le costó trabajo arrebatarle a Camila bajo el argumento de que únicamente él contaba con un empleo estable y un entorno familiar adecuado para darle a Camila una vida digna… sin pensar que lo más digno sería para ella tener a su madre.
Hoy cumple Camila 6 años de lejanía.
Cuando Cynthia pudo acceder a una defensa legal, inició un juicio que hoy se adscribe ante el Juzgado Noveno de lo familiar. El peregrinar ha pasado por cambios de domicilio no autorizados por parte de Carlos “N”, hostilidad y presiones, amenazas y ofensas, entro otras formas sutiles de violencia.
Hasta el momento, la justicia le ha fallado a Cynthia.
Entre autoridades omisas y la inesperada pandemia, sus visitas familiares se redujeron a 20 minutos a través de una pantalla, una vez a la semana. El padre de la niña le ha hecho creer a la pequeña que otra mujer es su madre, quien en realidad, es pareja sentimental sin mayor vínculo. La niña se aferra a la memoria y pide ver a su madre, la busca cada que puede escaparse de la restrictiva educación que vive. Cuando logra acceder a un teléfono, la llama y pide verla antes de recibir regaños por el desacato.
Durante la visita de Kamala Harris, Cynthia Bravo solicitó ayuda y trató romper el cerco de seguridad para hacerle llegar el expediente y la información. Ha protestado y pedido asistencia ante otros espacios, pero hoy, la Vicepresidenta Kamala Harris es la esperanza de Cynthia para reunirse con su hija, ordenar la nacionalidad norteamericana de la pequeña y recuperar el derecho de la niña a una madre.