Hay dos orígenes principales de la violencia que aflige a las mujeres: el criminal y el doméstico. Ambos perpetrados por hombres, motivados por el mismo odio violento pero con formas distintas. El criminal organizado es brutal, explotador, violador y torturador de mujeres. Por lo regular, el feminicidio relativamente “rápido” es el desenlace de sus víctimas. El violentador doméstico es un perpetrador de terrorismo psicológico permanente, de múltiples violencias y el martirio se alarga. Tiene alta probabilidad de ser víctima de feminicidio, pero no es una regla. Durante 2020, en Yucatán se recibieron más de 10 mil llamadas de auxilio de mujeres que sufrieron violencia; la mayoría en la capital de esa entidad, Mérida.
La omisión ha sido la regla pues además de la falta de empatía por parte de las autoridades, las mujeres que han pedido ayuda están solas. Invisibilizadas. Sin panorama positivo y preocupadas ahora que el único con facultad directa para hacer algo, pretende reelegirse.
Nueve años de silencio y sordera
Renán Barrera, candidato del PAN, busca por segunda vez, la reelección y de ganar los comicios, sumaría nueve años en la dirección del Ayuntamiento. Nueve años de silencio y sordera.
En su campaña, ha llamado al electorado a que “Mérida pueda conservar sus tradiciones, sus costumbres y calidad de vida’', lo que resumen en el slogan “Más Mérida”. O sea, a preservar los pilares de la explotación patriarcal y violenta.
El candidato oferta la ciudad como “la más segura de Mérida” y es cierto. Los índices de violencia criminal no son los de Michoacán o Tamaulipas... pero la ceguera por la violencia doméstica es dolorosa. Nunca menciona el incremento exponencial de casos de abuso y acoso que se reportan diariamente porque tampoco pretende condenarlo y menos, resolverlo. No es de sorprender su visión sezgada: desde 2019, como alcalde, reprimió el movimiento feminista y condenó las acciones de mujeres que protestaban por una ciudad justa y segura.
Pareciera que el reclamo de cientos de mujeres que sufren la violencia en cada colonia de la ciudad es inválido. Ni las exigencias en estándares internacionales, ni los mandatos de las leyes generales que promueven y protegen los derechos de las mujeres. Tan sólo, en su presupuesto de 2020 destinó nueve millones de pesos a la incineración de animales callejeros, mientras que para la defensa y protección de mujeres violentadas sólo canalizó tres millones.
Increíble: Un animal callejero tiene más “valor presupuestal” para Barrera que las mujeres.
¿Será el PAN?¿El país en general? Apenas un militante del mismo partido fue desnudado como feminicida serial en Azcapotzalco, Estado de México.
Así lo dijo: “Conservemos las tradiciones, la calidad de vida, las costumbres”; pero lo que en realidad quiso decir a las mujeres fue: ustedes no importan, van en contra de las costumbres, incomodan y por eso hay que permanecer igual.
De pies a cabeza. El candidato del PAN, que busca la reelección
Barrera Concha también avanza en el sentido opuesto a la historia y las exigencias sociales, por eso denunció penalmente a las mujeres que protestaron el pasado ocho de marzo, por tratarse de «actos vandálicos», mientras que la marcha que realizó unas horas antes el Frente Nacional por la Familia (FNF) aseguró: “No hubo absolutamente nada que lamentar”.
Pero las elecciones alcanzan a cualquier político, y Barrera tuvo que ser “electoralmente correcto” por eso, antes de pedir licencia informó que el ayuntamiento de Mérida retiró la denuncia contra las feministas.
El movimiento es carne de cañón y pragmatismo utilitario para la derecha: El PAN vestido de morado en elecciones vs el PAN reprimiendo mujeres y encarcelando a víctimas de violación.
También le juega a la homofobia e intolerancia: “Las bodas gay representan ir en contra de la naturaleza, son inmorales y por ese tipo de actitudes dios quemó Sodoma y Gomorra, aseguró diez años atrás, cuando fue diputado.
Esa expresión pinta de pies a cabeza al candidato panista, que entre todas sus propuestas de campaña, sólo ofrece “fortalecer” lo existente.
¿En serio apostar contra los derechos humanos ya reconocidos es opción para Mérida? Increíble.