El gobierno de la 4T sustenta su lógica en la polarización de la sociedad y no en el diseño e implementación de políticas públicas que, como entidad responsable de la gobernanza, debería impulsar para la resolución de los problemas y retos que enfrenta un país como México.
La advertencia
Existen voces de personajes que durante años abanderaron la lucha por un verdadero cambio en nuestro país, que conocen muy bien al presidente y son capaces de evidenciar su verdadero perfil, como Cuauhtémoc Cárdenas quien en su libro, “Por una democracia progresista”, señaló que México no cuenta con un proyecto de nación a largo plazo y que el Gobierno de AMLO ha “privilegiado la improvisación y las ocurrencias”:
“El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no es de izquierda… Estoy viendo al país con muchos rezagos todavía y sin propuestas sobre cómo superar estos problemas de pobreza, empleo, seguridad, escaso crecimiento económico, deterioros ambientales, todas las cuestiones que tienen que ver con género, etcétera”.
Cuauhtémoc Cárdenas, Por una democracia progresista
Otro fundador de la Corriente Democrática que conoce al derecho y al revés a Andrés Manuel es Porfirio Alejandro Muñoz Ledo, que con la agudeza que lo caracteriza advirtió sobre la pretensión de AMLO de poner un estado de excepción en México al último año de su mandato presidencial, para crear un bloque hegemónico y dictatorial:
“Están colocando al Ejército por todos los instrumentos legales e ilegales, civiles, militares, económicos para un mismo fin desde la Presidencia y se pretende violentar el Estado de Derecho y quedarse en el poder”. “Él piensa que puede heredar al siguiente gobierno su asociación con los delincuentes, y que eso le otorga mayor poder, porque además de tener la autoridad, los recursos del gobierno federal, a esto se suman los del narcotráfico. Entonces, no hay nada que se le pueda oponer. A esto le llamamos en México el Maximato”.
Porfirio Muñoz Ledo
Son ellos, los luchadores de izquierda, los que generaron las oportunidades para que AMLO llegara al poder, Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, que siempre fueron opositores a personajes como Manuel Bartlett, conocido por su autoritarismo y corrupción tanto en lo económico como en lo electoral.
Cárdenas y Muñoz Ledo fueron un factor determinante para crear el IFE, un órgano electoral ciudadanizado que cerró el paso a la tradición priista de ser juez y parte en los procesos electorales y es AMLO quien ahora se empeña en regresar al pasado y recuperar para el gobierno el control de los procesos electorales, destruyendo todo lo que costó, sangre, sudor y lágrimas.
La trampa
Lamentablemente, durante esta administración hemos caído -y hablo sobre todo de columnistas, analistas, comunicadores y opositores- en la estrategia de polarización del presidente. De hablar de forma banal de la política y caer en la confrontación, dejando de ver -tal como le conviene a la administración- que la obligación del gobierno es trabajar en políticas públicas que favorezcan el desarrollo económico, educativo, medio ambiental, de sustentabilidad, energía, etcétera.
¿Quién impulsa la agenda pública?
Ante la falta de políticas públicas, lo que hay, es polémica y destrucción. La CFE de Manuel Bartlett tiene detenidos proyectos importantísimos en Sonora, parques solares listos a los que la CRE y CFE le dan autorización para operar; en el sureste, Bartlett no inicia dos plantas de ciclo combinado ni la obra que llevará gas natural a la Península de Yucatán, ello a pesar de la demanda de la industria y de la población, y de los constantes apagones que se presentan.
En educación, seguridad y salud en lugar de elaborar políticas públicas la estrategia es la confrontación sin propuestas serias.
La descalificación
Mientras, las pocas o muchas propuestas que surgen de los grupos parlamentarios, Cámaras y Asociaciones empresariales, la sociedad civil y en general de cualquiera que se atreva a proponer algo, inmediatamente son descalificadas, en algunos casos las ideas ni siquiera se alcanzan a conocer y en otras, son brutalmente reprimidas, ya sea en la mañanera, donde son acusados de ser parte de la mafia del poder, conservadores, neoliberales, de estar contra el pueblo… En fin, proponer en este diálogo de sordos, solo sirve para ahondar la confrontación y la polarización.
Otra de las estrategias es utilizar a las instituciones para sus propios fines, por ello muchos han sido víctimas del abuso de poder que se ejecuta a través de la UIF, la FGR e instancias del poder como la CRE, la CNH, CNA y algunas otras que han perdido su independencia para convertirse en instrumentos de represión, persecución o como obstáculos, que no otorgan permisos conforme a la Ley o castigan y multan a empresas e incluso a gobiernos locales.
Es momento de que la sociedad en su conjunto eleve la voz con propuestas que contribuyan al diseño de políticas públicas, hay que parar y darnos cuenta que, enfrentarnos es caer en la polarización, que solo beneficia a los propósitos de AMLO para perpetuarse en el poder.