Fueron días intensos los que se vivieron en la previa de la elección presidencial. Nos acostumbramos, en este largo periodo, al desarrollo álgido que se percibió a lo largo y ancho del país. De hecho, todo giró en torno a la transición del ejecutivo federal y, de paso, a los miles de puestos que se jugaron a la par. Ya habrá tiempo para ir analizando algunos puntos que influyeron en la victoria contundente de Morena en este ejercicio que ayer concluyó con la votación que, por cierto, despertó mucho interés no solo en nuestro país, sino de la prensa internacional.

Con esa premisa, ayer, con otro ejercicio histórico, la población salió a tomar decisiones. Sin ir más lejos, pasó lo que una cantidad importante de encuestas venía apuntalando en cada estudio que se levantó. Aunque el conteo sigue su curso en el programa de resultados preliminares, no hay marcha atrás: Claudia Sheinbaum ganó la elección con una aplanadora que, desde hace meses, veníamos anticipando. Es verdad, la totalidad la sabremos en las próximas horas. Lo cierto es que, las mismas encuestas de salida, muestran la tendencia irreversible que poco a poco se irá reflejando en el PREP hasta que se contabilice el total de actas. Desde luego, eso se dará a la brevedad posible luego de que el sistema vaya alimentando el mecanismo estadístico que habilitó el INE.

Así como lo anticiparon las encuestas de mayor credibilidad, Claudia Sheinbaum se alzó con un triunfo contundente y ahora le tocará gobernar el país los próximos seis años con una democracia que, a su vez, demostró fortaleza luego del ejercicio multitudinario que atestiguamos. Ante esa concepción, vendrán días claves para que reciba la constancia del INE que acredite el triunfo. Por tanto, serán horas determinantes las que se vienen a la par de todo lo que aconteció. No faltará la descalificación de la derecha, sin embargo, el resultado determinante es la mejor prueba de la realidad que se vive.

Todos estos días, de hecho, seguiremos ahondando en los temas que vendrán a la par del triunfo contundente de Sheinbaum. Uno de ellos, queda claro, el festejo y la fiesta popular en el Zócalo de la Ciudad de México, donde la población reconoció a Sheinbaum como su presidenta y, con ello, le mostró su profundo cariño por ser, ni más ni menos, la sucesora de uno de los políticos más importantes de las últimas décadas. Hablo del presidente López Obrador, y su legado que perdurará a lo largo de muchos años. Inclusive, los altos índices de aprobación del mandatario, lo mismo que el cariño y el amor del pueblo de México, son la prueba más contundente.

El resultado electoral de ayer, a propósito, es la postal que retrata lo que seguimos anhelando millones de mexicanos que, por congruencia y principios, salimos a votar por Claudia Sheinbaum. Ella, con todo el mérito que construyó en una larga campaña electoral, es la virtual presidenta de México. De esta manera, está garantizada la pluralidad, el desarrollo y el progreso social que, a lo largo de estos años, fueron el común denominador del proyecto de la 4T. Debido al gran compromiso que existe, podemos augurar un sexenio muy productivo con una agenda que, en tiempos de campaña, esbozó quien ahora tiene el título de ganadora. Esto se debe a lo que representa esta plataforma y, por tanto, a los principios intrínsecos del movimiento.

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Siendo así, la buena noticia para México es que, en los próximos seis años, Claudia Sheinbaum gobernará el país. Es, lo ha demostrado así, una mujer comprometida con las causas de los más necesitados. Además de ello, queda claro, llegará a Palacio Nacional con gran legitimidad. Es decir, tendrá el apoyo de la inmensa mayoría del país. Y como se trata del futuro de nuestro territorio nacional, nos llena de alegría que la democracia triunfe.

Ganó la democracia, ganó México, ganó Claudia Sheinbaum.