Suficientemente contundente fue el veredicto que arrojó el “Reporte Integral de Evaluación” de la Dirección General de Control de Confianza de la Policía Federal, luego de tres diferentes ocasiones en que sometió a Omar García Harfuch a la prueba del polígrafo, también conocida como detector de mentiras: “No cumple con el perfil”, se anotó con letras mayúsculas en la parte inferior derecha del documento que a final de cuentas fue desestimado, siendo que contrario a darlo de baja como habría sido lo conducente, gracias a la protección de personajes oscuros, el policía logró un meteórico ascenso hasta llegar a convertirse en Secretario de Seguridad de la CDMX bajo la administración de Claudia Sheinbaum, desde donde ahora pretende dar el salto para catapultarse como jefe de gobierno de la capital del país y relevar a su ex jefa.

Hay que decir que la información relativa a los resultados de los procesos de Control de Confianza no es nueva, fue la periodista Anabel Hernández quien la dio a conocer hace casi tres años a través de Investigaciones Especiales de Aristegui Noticias.

Así fue como se conoció que el hoy llamado “súper policía”, reprobó los exámenes de confianza; el polígrafo sembró dudas sobre posibles vínculos con la delincuencia organizada y sus ascensos y carrera policiaca se dieron bajo la sombra y protección de Luis Cárdenas Palomino.

“En diferentes ocasiones, a la pregunta: ‘¿Mantienes compromisos con la delincuencia organizada?’, García Harfuch registró ‘reacciones significativas de falta de veracidad’, según quedó asentado en los informes correspondientes.

El 13 de enero de 2009, el 18 mayo de 2011 y el 6 de octubre de 2011, quedó sembrada la duda de si el funcionario contestó con la verdad sobre sus vínculos con la delincuencia organizada.

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Los documentos obtenidos de la Unidad de Asuntos Internos (UAI) señalan sobre García Harfuch que ‘su rendimiento intelectual se encuentra ubicado en el rango Inferior al Término Medio’, realizaba constantemente cateos sin orden judicial con el conocimiento de sus superiores –es decir, Cárdenas Palomino–, cometía abusos en las detenciones, y presentaba ineptitud e ineficacia en su gestión como suboficial”, según se menciona en la investigación.

Todo el asunto relacionado a García Harfuch se ha puesto nuevamente de relieve a propósito de su interés por contender para ganar la candidatura de Morena a la jefatura de la capital, para lo cual cuenta con apoyo de la propia Sheinbaum, y de ahí que, por dedazo, haya pasado a la siguiente etapa de los procesos para dicha elección que definirá a él o la abanderada morenista.

Cabe recordar que entre los palomeados para pasar a la fase de encuestas también se encuentran la procuradora Ambiental y del Ordenamiento Territorial, Mariana Boy Tamborrell; la alcaldesa de Iztapalapa con licencia, Clara Brugada; y el ex subsecretario de Salud Hugo López-Gatell.

Pero la nominación de Omar García Harfuch ha generado tanta polémica y por lo visto inconformidad, que “fuego amigo” lo ha colocado en el muro de fusilamiento.

Y es que, si ya era motivo de malestar que su nombre sonara como un posible aspirante siendo no militante (porque recién se afilió a Morena para poder aspirar a ser tomado en cuenta para la contienda interna), el hecho de que Claudia Sheinbaum lo catapultara y Andrés Manuel López Obrador lo respaldara terminó por generar odios y el inicio de la guerra de lodo.

Fue el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, quien lanzó lo que hasta ahora es el señalamiento más letal contra el policía, toda vez que en el informe presentado en días pasados en torno a la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, reiteró que García Harfuch estuvo en las reuniones en las que se organizó la ‘Verdad Histórica’, que, como se recuerda, fue la versión oficial del gobierno de Enrique Peña Nieto sobre el caso y misma que habría sido falsa a fin de ocultar la supuesta relación del gobierno en la desaparición forzada de los jóvenes.

Sobre ello, Encinas indicó que el nombre de García Harfuch aparece tanto en el primer como en el segundo informe de la Covaj.

“El documento señala que se formó una ‘junta de autoridades’ -integrada por el entonces presidente Enrique Peña Nieto; el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y el exprocurador Jesús Murillo Karam-, que es ‘la responsable directa de la construcción de la verdad’.

Esta junta de autoridades -según la versión de Tomás Zerón, quien fue responsable de la investigación para el gobierno Federal- tenía reuniones en la residencia oficial de Los Pinos, en la zona militar de Iguala y en las oficinas de lo que era Procuraduría General de la República (PGR) en la Ciudad de México.

Según los avances en la investigación, la ‘verdad histórica’ fue una construcción desde el Estado mexicano para ‘legitimar socialmente la verdad de los hechos’ y ésta, asegura, fue ‘revestida’ de acciones institucionales y estrategias de comunicación que tenían como finalidad acreditar la versión de la incineración de los 43 estudiantes en el basurero de Cocula y ‘dar carpetazo al caso’.” (Forbes 27/09/23).

Por más que posteriormente quizá por presiones desde lo más alto del poder central tuvo Encinas que matizar la aseveración en cuanto a la participación del entonces aún poco avezado investigador policial, el golpe ya había sido asestado.

El asunto no es menor, siendo que para López Obrador el caso Ayotzinapa fue una de sus principales banderas y promesas de campaña y el hecho de que su partido pudiese tener como candidato a la capital del país a alguien que participó en la verdad histórica puede significar un balazo en el pie.

Quien también se lanzó severamente en contra de la posible candidatura de García Harfuch, fue nuevamente la periodista Anabel Hernández, comparándolo con el ex titular de la Secretaría de Seguridad Pública durante el sexenio del presidente Felipe Calderón Hinojosa, Genaro García Luna, preso en Estados Unidos por los delitos de delincuencia organizada, conspiración internacional, distribución y posesión de cocaína, conspiración de importación de cocaína y por dar una declaración falsa ante la autoridad migratoria de Estados Unidos.

“En este exceso por favor nominen a Omar García Harfuch a la candidatura de la Ciudad de México, sería muy interesante ver ese proceso”, comenzó a decir irónicamente y prosiguió: “¿Se van a arriesgar? Sería como pedir a la sociedad que vote por un García Luna, sería ese el símil”.

Hernández comenzó a argumentar su postura y habló sobre las supuestas formas en las que el exfuncionario de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) se maneja desde hace varios años.

“Incluso, dentro de las pocas instituciones de la CDMX, todo este apodo que empezó como El Batman (...) no era un poco de este Batman superhéroe, era una burla a su incapacidad y era una burla a esta liga del crimen que tenía dentro de la propia Secretaría de Seguridad Pública de la CDMX”, apuntó.

Anabel añadió que presuntamente, personas cercanas a Harfuch mientras fungía como servidor público, también fueron -en su momento- próximas a Luis Cárdenas Palomino, quien era un supuesto colaborador de Genaro García Luna.

Repasando el caso Ayotzinapa, Anabel apuntó que aparentemente Harfuch le habría ‘cuidado las espaldas a Tomás Zerón’ durante el tiempo en que se gestaba la ‘verdad histórica’.

“Es claro que el señor tiene toda esta cargada de medios de comunicación, muy a lo García Luna (...) esto es un poco la analogía que podría ser”, comentó y se cuestionó: “¿De ese nivel es la prepotencia y autoritarismo de esta persona, de este grupo que ganó la contienda interna, de estos sucesores de la transformación? “

Anabel Hernández también acusa que hay pruebas de que Harfuch estuvo enterado de todo lo que pasó en Iguala en septiembre de 2014, siendo que él era jefe de la Policía Federal en Guerrero, misma que habría atacado a los estudiantes.

Harfuch ha negado cualquier vínculo con la creación de la ‘verdad histórica’; y ha contado con el respaldo de la propia Sheinbaum y López Obrador, quienes lo deslindan de haber presenciado las reuniones en donde se acordó la versión peñista del caso Ayotzinapa, a pesar de que existen documentos que lo ubican en dichas sesiones.

A manera de conclusión tendríamos que decir que, García Harfuch “no cumple con el perfil”, ni antes como policía ni ahora como aspirante a jefe de gobierno de la Ciudad de México.

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