“Quien ha abierto los ojos en el territorio más alucinante del mundo, pierde la capacidad de asombro.”

ISABEL ALLENDE

En el caso Genaro García Luna ¿quién dice la verdad? Es más, ¿alguien dice la verdad?…

Luego de declaraciones disparatadas y/o contradictorias, testigos protegidos, fechas que no cuadran, instituciones que se mencionan, pero no existían, nulas pruebas presentadas, acusaciones en la mañanera sobre asuntos que no realizó la UIF ante la Fiscalía y un largo galimatías, ahora el convicto —mas no sentenciado—, el mismo que guardó silencio todo su juicio, envió una carta a la opinión pública (bueno, a un periodista, pero para el caso da igual) diciendo SU verdad.

A pocas semanas de que el juez norteamericano que lleva su caso dicte sentencia, García Luna dio a conocer una misiva, aparentemente escrita de su puño y letra, donde —entre muchas cosas— señala a López Obrador y colaboradores de este de tener vínculos con el narcotráfico.

El mandatario tomó bastante tranquilo las acusaciones en su contra y se limitó a decir que, dado que el convicto dice tener pruebas, que debe presentarlas... Y sí, en eso tiene razón: ‘a confesión de parte, relevo de pruebas’. Lástima que ni él ni nadie de su equipo presentaron nunca una sola prueba de todas sus acusaciones de corrupción que lanzaron contra administraciones y funcionarios que les precedieron...

¿A qué asuntos me refiero? A los supuestos chanchullos detrás del proyecto del NAICM, de la distribución de medicamentos en México, del Seguro Popular, etcétera, etcétera, etcétera. En pocas palabras, quien nunca presentó pruebas, ahora las reclama.

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¿Otra incongruencia? Creerle —y pedirle a todo el pueblo de México hacer lo mismo— a criminales que actúan como testigos de oídas o testigos protegidos en Estados Unidos que incriminaron y hundieron al secretario de Seguridad Pública en tiempos de Felipe Calderón, pero desestimar a ¡esos mismos testigos! que hoy acusan a Ismael El Mayo Zambada y —aparentemente— también al gobernador Rubén Rocha y al propio —todavía— presidente AMLO. Dicho de otro modo, los testigos que hablaron contra García Luna, son los mismos que podrían utilizarse en cualquier juicio en la Unión Americana en contra de las actuales autoridades del obradorismo (militares incluidos).

Ahora bien, ello no quita que López Obrador está jugando la carta que le corresponde dada su posición e investidura. Atribuyó las acusaciones de García Luna a un “… intento de debilitar mi gobierno. Ellos [los poderes hegemónicos nacionales y extranjeros] quieren un presidente pelele o debilitado”. Eso independientemente de que el único que ha debilitado a su gobierno es él mismo, especialmente con la reforma al Poder Judicial...

Más allá de la mencionada incongruencia y otras varias a las que ya nos tienen acostumbrados los cuatroteístas, el hecho es que García Luna nunca dejó de insistir en su inocencia. Ahora con su carta lo reitera y además acusa a la 4t de presuntas ligas con el crimen organizado.

Pero en esas líneas que esboza en su comunicado se encuentra el fondo de lo que realmente desea: la anulación del juicio que lo condenó y la reposición del proceso (estimando que, bajo ese escenario, probablemente la fiscalía estadounidense se desista y se sobresee su expediente).

Insisto, ¿quién dice la verdad?

García Luna habla de agotar recursos a semanas de que se dicte sentencia. Todo hace suponer que será una muy gruesa y pesada, por lo que no sorprende intente hasta el último minuto anular el juicio que lo condenó.

Pero hablando en términos concretos, ¿cuáles recursos le quedan al ex secretario?, ¿una segunda instancia? y ¿qué pruebas podría aportar de su inocencia que no hubiera facilitado ya, antes? Interesante será saber si su carta es la llave maestra para que él también pase a ser testigo protegido del gobierno de los Estados Unidos. El reo efectivamente puede, una vez que se le dicte sentencia, impugnar el juicio actual y entonces acudir al Tribunal Colegiado.

Ese es el objetivo de la misiva y no otro, como sugiere Jenaro Villamil. Aquí no hay una acción concertada con Ernesto Zedillo (o de el ex mandatario mexicano con García Luna). Que el reo esté actuando en estos momentos previo a que se le dicte sentencia no tiene nada que ver con lo dicho por Zedillo hace unos días. No se trata de un ataque orquestado ni un “nado sincronizado para echar lodo contra la reforma al Poder Judicial”, como afirma el director del Sistema Público de Radiodifusión del Estado.

Al tiempo que Villamil y otros fieles seguidores del macuspano intentan sembrar la narrativa de un ataque orquestado en contra de López Obrador, el funcionario cuatroteísta dejó ver las verdaderas motivaciones del primer mandatario. Villamil Rodríguez cometió el error de ligar el tema de la reforma al Poder Judicial con las acusaciones que hizo Genaro García Luna. Y es que bajo la suposición de que López Obrador fuera acusado en el extranjero de cualquier nexo con el narcotráfico, la situación más favorable para Andrés Manuel sería tener un sistema judicial en México a modo; algo así como lo que precisamente resultará de su reforma… El conectar lo dicho por Genaro García Luna (soy inocente; López Obrador tiene nexos con el narco), con lo dicho por Ernesto Zedillo sobre la reforma al Poder Judicial, no ayuda al presidente saliente (además de que le hace propaganda a Ernesto Zedillo)…

Quedan poco menos de tres semanas para que escuchemos la gravedad de la sentencia para García Luna. Ocurrirá ya dentro del sexenio de Claudia, con un López Obrador que no contará con fuero y en una temporalidad que comprende lo que prometen ser poderosas declaraciones de El Mayo y de Ovidio Guzmán (ya como testigo protegido). ¿García Luna saldría libre? Sopesando el récord de mentiras que domina López Obrador, la anulación del juicio que condenó a García Luna ya no suena tan descabellada.