El gobierno de Claudia Sheinbaum tiene razón cuando dice que desde 2018 a la fecha no ha habido “gasolinazos”, si entendemos como tal un aumento súbito y significativo en el precio de los combustibles, como ocurrió en 2017 durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, lo que provocó el saqueo de varias tiendas de autoservicio y supermercados en la zona metropolitana de la Ciudad de México.
Es innegable que el precio de las gasolinas aumentó durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. No puede sostenerse que los 25 pesos que cuesta ahora el litro de gasolina premium, en números redondos, sean menos que los 14 pesos que costaba en 2014.
La oposición machaca y machaca que López Obrador prometió que el precio de la gasolina bajaría y que dejaríamos de importarla. El gobierno explica que la gasolina no aumentó en términos reales; es decir, que su precio se incrementó sólo al nivel de la inflación o menos. La realidad la sentimos los consumidores en nuestros bolsillos cada vez que llenamos el tanque de nuestro auto o motocicleta.
Las preguntas que rondan este inicio de año son: ¿habrá gasolinazos? ¿Veremos el litro de gasolina a 30 pesos? Si bien el precio de la gasolina se rige por las leyes de la oferta y la demanda, el gobierno tiene mecanismos financieros y tributarios (IEPS, que equivale más o menos a una tercera parte del precio de la gasolina) para incidir en los cambios abruptos. Es decir, no habrá gasolinazos, siempre y cuando se aplique esta medida con responsabilidad, prudencia y transparencia.
Para que la bomba no le estalle en las manos al gobierno en este inicio de año, debe ponerse las pilas y evitar los abusos en los precios. Hay gasolinerías que quieren ganar hasta cinco pesos por litro, cuando la ganancia por litro es de un peso con cincuenta centavos en las gasolinerías con los precios más bajos. El gobierno debe ser transparente en la información que proporciona a los consumidores y fortalecer las políticas para el transporte público, el uso de las bicicletas y la utilización racional del automóvil.
El Metro, como el programa social de apoyo más importante a la movilidad que es en realidad, debe pasar a la administración federal para extenderse a la zona metropolitana de la Ciudad de México y articularse a la red de trenes de cercanías que este gobierno ya anunció.
El gobierno necesita, ahora sí, combatir el huachicoleo, no con prisión preventiva oficiosa, sino con operativos coordinados de Pemex con las autoridades federales y estatales.
¿Algún día bajará la gasolina? En este momento no. México importa 6 de cada 10 litros de gasolina. Se supone que con la refinería de Dos Bocas y la compra de la refinería de Deer Park aumentará la producción nacional y, por ende, los precios disminuirán, pero hasta el momento esto sigue siendo una promesa.
En el siglo XIX, el carbón movió al mundo; en el siglo XX, la gasolina; y en el siglo XXI, la electricidad. La energía atómica fue una gran esperanza, pero los riesgos fueron muchos y se dejó de lado. México debe apostar por la transición energética y al transporte público eléctrico. Eso pienso yo. ¿Usted qué opina? La política es de bronce.