ESTIRA Y AFLOJA

Gerardo Martino se equivoca, pero no es nueva esa lamentable falta de interés en el futbol que le da de comer. Desde hace varios años tiene abandonada a la Selección Mexicana, de hecho, desde que inició la pandemia por Covid-19.

Desde en ese entonces, cuando pasó el mundo recluido, él también lo hizo en Rosario, Argentina. Cuando se volvió a la actividad futbolística con aquella Copa Por México, lo último que Tata Martino quería era volver a México. Y así pasó meses, muchos pero muchos meses alejado de la Liga MX, bueno, nunca ha estado cercana a ella, es la realidad.

En el 2021 sufrió desprendimiento de retina, en la parte superior del ojo, por lo que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. Este hecho lo alejó aún más del futbol mexicano por no poder viajar incluso a un partido eliminatorio a San Pedro Sula.

Claro que no es ningún pecado acudir a un estadio de futbol en su país, no, ese no es el tema, él tiene libertad de hacer lo que se le pegue su reverenda gana. El asunto es el abandono en el que tiene a su selección, la más cuestionada en años en el futbol mexicano.

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Falta de sensibilidad, de sensatez que aparezca en el estadio Marcelo Bielsa viendo a su querido Newell’s y no en el estadio Jalisco viendo a Atlas vs. Cruz Azul, equipos de los que seguramente vendrán varios llamados a selección nacional para el partido amistoso contra Paraguay del próximo mes.

O en el estadio de Ciudad Universitaria, o en el Universitario de Monterrey, la realidad es que le vale tres reverendos pepinos el nivel de los futbolistas mexicanos, porque en su cabeza ya tiene a los 26 jugadores que irán a Qatar y por eso prefiere seguir gastando parte de sus 4 millones de dólares anuales que le paga la Federación Mexicana comprando choripanes en el estadio que lo vio crecer como jugador.

Indignante que cuando México sea eliminado de Qatar ni explicaciones habrá de Gerardo Martino, se regresa a donde pertenece, a donde está cómodo, a su querida Argentina sin escalas en México, país que solamente vio como el gran negocio que fue, cobrar 16 millones de dólares por cuatro años, sin importar quien juegue en la selección, sin importar resultados y, sobre todo, sin importar la gran meta del futbol mexicano, llegar al quinto partido de la copa mundial de Qatar 2022.