El tinte político que está tomando la filtración de las grabaciones telefónicas entre el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, y su hombre de confianza, el Fiscal Especializado de Control Competencial, Juan Ramos López, donde hablan del proyecto de resolución del caso de la cuñada del Fiscal elaborado por el ministro de la Corte Alberto Pérez Dayán, puede llevar a una de las peores crisis políticas del país.
Primero, porque, aunque el propio presidente trata de hacerlo ver así, no se trata de una escalada mediática en su contra. La prensa se limita a reportar hechos, en este caso, las grabaciones de un Fiscal iracundo e inconforme con el proyecto por el que podría quedar en libertad su cuñada presa, con muchas dudas de su abuso de poder.
Segundo, porque las grabaciones exponen una clara intromisión del Fiscal en el poder Judicial, que representa una violación a la Constitución, hecho por el que el Senado debería removerlo de su cargo.
¿Moralmente superiores?
Sin embargo, con una inexplicable superioridad moral, parece que no le importa violentar la ley y, en entrevista con el periodista Ciro Gómez Leyva, el Fiscal aseguró que seguirá litigando y hará “lo que sea necesario” para obtener justicia por la muerte de su hermano hace siete años.
No está mal que litigue lo que a su juicio crea justo, lo que está mal es que lo haga desde su posición de Fiscal, en claro conflicto de interés y que utilice su poder para presionar a los ministros de la Corte. Lo conducente habría sido excusarse del litigio contra su cuñada y de las diligencias, o bien, renunciar al cargo y asumirse como abogado y litigar libremente, lo importante aquí es la utilización de las instituciones del Estado en su favor.
Tercero; porque estas grabaciones, y las de otros funcionarios del más alto nivel del Gabinete de AMLO, han salido del propio gobierno, es decir, el pleito entre los más cercanos al presidente es cada vez más abierto y evidente.
De hecho, trascendió que la filtración salió de las oficinas del General de División DEM, Audomaro Martínez Zapata, encargado del Centro Nacional de Inteligencia, antes CISEN.
Una clara intromisión
El caso contradice el discurso del presidente AMLO, quien dice respetar la autonomía del Poder Judicial y de la fiscalía, pero su sola participación se convierte en escándalo porque significa su intromisión en esferas de poder que no le corresponden.
Ejemplos hay muchos, como su petición para investigar la actuación del juez de Distrito que, apenas un día después de su entrada en vigor, otorgó una primera suspensión provisional en contra de los efectos de la reforma eléctrica. La petición se interpretó como una amenaza en contra de la persona, no en contra de su resolución, pero AMLO desestimó que se tratara de una intromisión en el Poder Judicial: “Somos respetuosos de la autonomía, de la independencia de los jueces, pero no pueden ser intocables”.
También en el caso de sus hermanos:
“En el caso de mis hermanos que la autoridad competente actúe yo no tengo que ver con la Fiscalía, ya no es el tiempo de antes en que el Presidente le ordenaba al procurador lo que tenía que hacer, eso era el tiempo en que dominaban los ahora opositores eso ya cambió no tengo nada que ver con el poder judicial.”
AMLO
Sin embargo, Pío López Obrador pidió a la FGR que concluya a la brevedad la investigación por los videos en los que fue captado recibiendo dinero en efectivo de David León Romero, entonces director general de la Coordinación Nacional de Protección Civil.
La disputa en Palacio Nacional
Pero las cosas se complican cada vez más. Gertz Manero es un hombre de tempestades y su paso por la administración pública así lo demuestra. Siendo secretario de Seguridad Pública y encargado de los reclusorios con Fox, a menos de 50 días de ocupar el cargo se le escapó el Chapo Guzmán y se confrontó con buena parte del Gabinete de seguridad del panista, pero en aquel momento contaba con el respaldo del secretario particular del presidente, Alfonso Durazo, actual gobernador de Sonora.
Desde el inicio de la actual administración Gertz Manero tuvo problemas con el responsable de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, quien terminó perdiendo y tuvo que dejar su cargo.
Otra confrontación es la que sostiene con el exconsejero Jurídico de Presidencia, Julio Scherer Ibarra, por la persecución de un grupo de abogados cercanos a Scherer involucrados en una presunta red de corrupción y extorsión dentro del sistema judicial. Algunas versiones provenientes de Palacio señalan que Gertz Manero responsabiliza a Julio Scherer de ciertas filtraciones que tienen que ver con sus inversiones en paraísos fiscales y el litigio con la UDLAP.
Trascendió también que un informe de la UIF señala el posible conflicto de interés por parte del Fiscal y del subprocurador Juan Ramos López en la reapertura de las acusaciones en contra de los miembros de la Fundación Mary Street Jenkins, propietarios de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP).
El tema se complica aún más, luego de que el periodista Carlos Loret de Mola, citando fuentes de “primer nivel”, aseguró que Gertz Manero tiene entre sus manos investigaciones que involucran desde el secretario de Gobernación, hasta integrantes del círculo personal de AMLO.
¿Es por eso por lo que AMLO defiende a Gertz Manero? ¿Por la amenaza de exhibir algunos expedientes como los que menciona Loret en contra de Adán Augusto o de su familia?
Al final se trata de una guerra entre el equipo del presidente, no de una escalada en contra de alguien, y los medios solo se encargan de informar sobre las acciones de extorsión entre unos y otros.