Hablar de MECANO cómo fenómeno musical es traspasar todo tipo de fronteras, incluidas las del idioma, y baste el ejemplo de cuántos grandes cantantes en distintos idiomas interpretaron “Hijo de la Luna”, sólo por citar un ejemplo; las giras por tantos países, sus millones y millones de discos vendidos, hoy aún adquiridos bajo formatos digitales. En la radio de todo el mundo siguen sonando sus éxitos, cómo si los 80s y 90s no se hubieran ido ya; son el equivalente a los Beatles, pero en habla hispana, coinciden no pocos, así cómo expertos en música y los no tanto.
En cuánto al secreto de su supremo éxito, este se debe a la sinergia de tres genios, con una estrella o ‘duende’ irrepetibles, por muchas décadas cuándo menos. Pero si entramos al debate de cuál de estos tres genios era el líder, porque tanto José Maria cómo Nacho componían canciones, con letra y música, algunas de estas conciones disrruptivas en su momento, por los temas ahí abordados. Y sin duda, sin la voz, figura y carácter de Ana Torroja, el grupo no hubiera prosperado, de entrada porque era ella la mediadora exitosa entre el choque de dos hermanos que eran, pues, genios; uno con canciones más profundas (José Maria) que las más estilo pop algo ‘frívolas’ de Nacho.
Pero se puede inferir que el líder, el genio entre los tres genios, era José Maria, y lo podemos ver en varios aspectos, uno es la profundidad y consistencia en sus letras, baste un ejemplo de una de las canciones vendidas a otros cantautores, que ese lujo se daban, además del de poner canciones en sus discos, no promocionadas cómo sencillos, sino cómo “lado B”, cómo por ejemplo “no tienes nada que perder” y otras cómo “No Controles”, cantada por el grupo mexicano FLANS. El ejemplo al que me refiero es “Luces de Bohemia pára Elisa’, hecha famosa por Emmanuel, muy a principios de los años 80, se trata de un auténtico poema, una obra de arte de principio a fin, tanto en letra cómo en música, y que al día de hoy muy pocos saben que es de la autoría de José Maria Cano.
Su genio se refleja también al momento de su retiro y lo que sigue después, consagrar todo su tiempo y recursos a la puesta en escena, ni más ni menos, que de una Opera, “LUNA”, que contó en su primera presentación con lo mejor del género, Plácido Domingo incluido. Todo lo anterior, a sabiendas de José Maria que el género en cuestión era todo excepto lo más rentable financieramente hablando. Aún así, llevó a cabo su empresa, eso es amor al arte; se dice incluso que el regreso de MECANO, en 1997 y después de cinco años de ausencia, con un disco que combinaba nuevas canciones y otros ya clásicos, se debió a una época no tan estable en sus finanzas (debido a los gastos que le representó el reto de ‘LUNA’. Incluso es José Maria el que intuye a la perfección el ‘timming’ pára su (¿in?) oportuno y abrupto retiro definitivo, anunciado en un programa de TV, en vivo por el mismo, ante el estupor de Ana y Nacho: no habría gira, y justo en un momento en que se encontraban, de nuevo, en los cuernos de la luna. Esto sin duda, y el lo sabía, alimentaria la ya de por sí leyenda llamada MECANO.
En cuánto a Ana y Nacho, la primera continúa con una exitosisima carrera en solitario, haciendo dúetos con los más grades iconos de la música y una que otra gira; Nacho, pára ejemplificar su importancia dentro de la música en España, fué el encargado de cantar en la noche vieja en la Puerta del Sol, de Madrid, un momento importantisimo en la Cultura española, esto en el marco de los draconianos confinamientos impuestos a los españoles en el marco de la crisis pandémica por la Covid-19. Este día, siete de septiembre, conocido ya cómo el “día internacional de MECANO”, los recordamos y los tenemos presentes, cómo siempre, con un entrañable cariño.