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El mercado de los seguros desempeña un papel fundamental en la economía y en el desarrollo social de cualquier país del mundo; incluso las salvaguardias vienen a ser una de las expresiones más ponderadas de la evolución macroeconómica. Los seguros proveen protección y respaldo en casos de pérdida en algún evento inesperado ya sea para la población y para la protección de la infraestructura, mobiliario y de responsabilidad civil del Estado.

El gobierno mexicano gasta alrededor de 5 mil millones de dólares al año en la contratación de seguros lo que representa el 20% del negocio total del sector asegurador mexicano, según datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) y casi todo este millonario negocio se lo llevan empresas aseguradoras privadas muchas de ellas de origen extranjero.

La actual administración federal cuenta con dos reaseguradoras y una empresa de seguros a la vivienda, pero si bien es cierto estás compañías les ahorran dinero a las finanzas públicas, pero la mayor parte del negocio que representa el aseguramiento de los bienes del gobierno se lo llevan corporativos privados.

En México los seguros de daños son contratados desde hace muchos años por los tres niveles de gobierno, a empresas aseguradoras privadas, sin embargo esto no siempre fue así ya que la administración federal contó durante varias décadas con compañías aseguradoras estatales que emitían pólizas para la protección de los inmuebles, mobiliario y la población civil a las cuales se le pudiera ocasionar un perjuicio por un evento catastrófico, de Petróleos Mexicanos (Pemex), Comisión Federal de Electricidad (CFE), Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), así como presas, carreteras entre otros.

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Sin embargo este esquema se acabó con las administraciones neoliberales que privatizaron las instituciones del gobierno, dejando el negocio a aseguradoras particulares, muchas de ellas de origen extranjero.

Durante muchos años la empresa paraestatal Aseguradora Mexicana (Asemex) fue la institución que aseguraba el pago de cualquier catástrofe a la infraestructura del gobierno federal y algunas del sector privado, está empresa siempre fue rentable desde el punto de vista financiero y cumplía con eficiencia su objetivo de atender los requerimientos de sus clientes, pero para el gobierno del expresidente Carlos Salinas de Gortari esto no era suficiente por lo que la compañía pública se vendió al sector privado.

En 1992 Asemex fue desincorporada del gobierno federal y fue adquirida por el corporativo financiero Banpaís, el cual era encabezado por Ángel Isidoro Rodríguez, mejor conocido como el “Divino”. Al empresario privado le llevó dos años llevar a la quiebra a la antes prospera aseguradora por lo que tuvo que ser intervenida por la Secretaria de Hacienda.

Para septiembre de 1996, el gobierno del expresidente Ernesto Zedillo anunció que Aseguradora Mexicana necesitaba mil millones de pesos en capital fresco sólo para seguir con sus operaciones. Aseguradora Mexicana anunció que el capital sería recaudado por medio de una fusión con la aseguradora de Alfonso Romo, Seguros Comercial Americana S.A.

En junio del 2001 la empresa Savia, llegó a un acuerdo final con ING Group, a través del cual la empresa de los Países Bajos adquiriría el total de las acciones remanentes propiedad de la tenedora de Seguros Comercial América Asemex, por un monto de 791 millones de dólares.

La empresa de seguros europea se quedó con un 40% de los seguros en México, pero ING enfrentó un largo litigio contra la mexicana Fertinal, y apenas en junio de 2007 la firma holandesa tuvo que pagar una indemnización de 93.8 millones de dólares a favor de Fertinal.

Ambas empresas protagonizaron el litigio desencadenado en 2001, cuando el huracán Juliette” destruyó las instalaciones de Fertinal en Baja California Sur y la compañía reclamó el pago de la póliza que tenía contratada con la aseguradora ING.

Para febrero del 2008 La aseguradora francesa AXA ha comprado Seguros IGN, filial mexicana de la holandesa, por mil 500 millones de dólares (mil millones de euros) y la empresa de Países Bajos se fue de México.

El gobierno mexicano no solo contaba como Asemex, también tenia una empresa de seguros de vida.

El gobierno de Vicente Fox Quezada vendió en 2002 la principal compañía de seguros de vida en México, que contaba con tres millones de asegurados y activos por cerca de 2 mil millones de dólares, además de una alta rentabilidad.

En una decisión inusualmente expedita, que sólo tomó unas cuantas horas, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público asignó a la empresa estadounidense Met-Life la licitación de la Aseguradora Hidalgo, la que era líder del mercado en el ramo de seguros de vida.

El gobierno federal recibió 9 mil 200 millones de pesos por la privatización de la aseguradora, una cifra equivalente a menos de la mitad de lo que según especialistas se había valuado la empresa.

Un ejemplo de lo que paga el gobierno mexicano y sus empresas estatales nos los da Petróleos Mexicanos (Pemex) que tuvo que desembolsar una gran cantidad de dinero para asegurar su infraestructura contra posibles daños y fue una empresa extranjera la que se llevó este gran negocio.

Por cuarta ocasión consecutiva, la aseguradora de origen español Mapfre ganó la licitación pública de la póliza bianual integral de daños de Petróleos Mexicano, por un monto de 563 millones de dólares.

De esta manera, Pemex, sus empresas productivas subsidiarias, empresas del grupo PMI, y empresas filiales cuentan con una cobertura que empezó desde el 30 de junio del 2021 y que finalizará hasta el 30 de junio del 2023.

Cuando los posibles siniestros pudieran provocar daños considerables en pago de las pólizas, las compañías de seguros utilizan un mecanismo llamado reaseguro con lo cual no se arriesgan a perder su solvencia y liquidez, lo usan todas las aseguradoras para operar y poder cumplir con las obligaciones que contraen con los asegurados que compran sus pólizas.

Las compañías aseguradoras en México solamente pueden hacer reaseguro con un número selecto de reaseguradoras que autoriza la Secretaría de Hacienda y para que estas obtengan su registro para trabajar en México deben de cumplir con varios requisitos. Son alrededor de 240 o 250 reaseguradoras en todo el mundo con las que una compañía mexicana que está suscribiendo un riesgo puede dispersarlo.

Pemex cuenta una reaseguradora propia, es una empresa que se encarga de suscribir únicamente los riesgos del grupo propietario, es decir, que se encarga de reasegurar a la petrolera, por lo que ésta busca un suscriptor directo en el mercado mexicano, para que ellos realicen los contratos con Kot Insurance Company.

La reaseguradora de la petrolera estatal establecida en Zurich, Suiza trabaja con gran eficiencia y tiene una rentabilidad considerable y le proporciona ahorros a la hoy empresa productiva del Estado. El dinero se queda en el país.

KOT reasegura el 100% de las pólizas de Pemex para los riesgos relacionados con activos en tierra (on shore) y en el mar (offshore).

La subsidiaria tiene un conocimiento profundo de los riesgos de su controladora, lo que le permite generar beneficios en materia de costos por medio del acceso al mercado de reaseguro internacional a través de sus operaciones de reaseguro en Suiza.

Además de los beneficios en materia de costos para Pemex, KOT cuenta con una buena disciplina de suscripción, lo que se traduce en un sólido desempeño operativo con ingresos netos por 130 millones de dólares en promedio en los últimos tres años.

El Gobierno de la Cuarta Transformación cuenta con otra aseguradora de nombre AGROASEMEX que es una institución nacional de seguros que tiene como misión proteger el patrimonio y la capacidad productiva del sector rural.

La empresa pública no solo otorga seguros a los productores rurales sino además ofrece productos que atienden las necesidades del sector agropecuario, además de contar con la operación del Centro de Monitoreo Geoespacial de AGROASEMEX enriqueciendo la información con la que cuenta el sector sobre datos climatológicos y pronóstico de eventos hidrometeorológicos.

La actual administración federal cuenta con Seguros de Crédito a la Vivienda SHF, S.A. de C.V. (SCV-SHF) que se dedica a gestionar seguros sobre incumplimiento de pago de créditos a compra de vivienda y daños en la propiedad habitacional.

El mercado de los seguros en México tiene poca penetración, muy pocos mexicanos cuentan con seguros de vida, patrimoniales, automotrices, catastróficos para vivienda y el gran negocio de las aseguradoras privadas es el gobierno y un reducido número de personas que tienen un poder adquisitivo alto y esto tiene que cambiar.