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El director general del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), Juan Antonio Ferrer Aguilar, informó hace unos días que el Gobierno de la Cuarta Transformación ya no va a requerir los servicios de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), que había contratado para hacer las compras consolidadas de medicamentos, ya que la institución que dirige ya puede encargarse de la compra de medicinas con ayuda de las secretarias de Hacienda, Defensa, Marina y otras instancias.

La administración del presidente Andrés Manuel López Obrador implementó un programa de compras consolidadas de medicamentos coordinado por la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos, pero este plan estuvo muy lejos de ser exitoso debido a la ineficiencia del organismo internacional.

La UNOPS es una oficina de la Organización de Naciones Unidas especializada desde hace más de 20 años en ayudar a los gobiernos que le soliciten sus servicios a tener adquisiciones públicas más eficientes, “gracias a métodos transparentes y efectivos”, dice en su plataforma web.

El viernes 31 de julio del 2020, en la conferencia mañanera del presidente de México, se realizó la firma del Acuerdo para la adquisición de medicamentos y material de curación entre la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos y el Gobierno de México, a través del Instituto de Salud para el Bienestar.

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Los contratos adjudicados por el Gobierno de México a la oficina de Naciones Unidas tuvieron un valor total mayor a los 18 mil millones de pesos (877 millones de dólares) para más de 210 claves de medicamentos, con lo que se lograría “supuestamente” un ahorro inicial de dos mil 389 millones de pesos (117 millones de dólares), tomando como base los precios referenciales pagados por el comprador público del 2019.

La UNOPS cobra al gobierno mexicano más de 109.7 millones de dólares, por cinco años de acompañamiento en la compra consolidada de medicamentos e insumos de hospitales, adicional a los costos de operación y logística.

En julio del 2021 el secretario de Salud Jorge Alcocer, informó en conferencia de prensa mañanera que, en 37 días, el gobierno federal logró adquirir los medicamentos que el organismo de la ONU no pudo conseguir en 10 meses.

El funcionario indicó que el gobierno federal implementó un plan B, luego de que la UNOPS no pudo comprar 710 claves de medicamentos y 286 de material de curación por razones como que los proveedores no cumplían con los requisitos mínimos en la evaluación técnica, ofertas de precios no razonables y las de empresas inhabilitadas en el país.

El Dr. Alcocer agregó que, del total de las mil 403 claves requeridas de medicamento, la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos logró adquirir 693 y de los 631 materiales de curación necesarios, solo consiguió 345.

El secretario de Salud agregó que el presupuesto para la compra sectorial era de 38 mil 727 millones, pero se logró adquirir con 31 mil 547 millones de pesos y ahorrar 7 mil 180 millones de pesos; además, solo en 143 claves donde la UNOPS no adquirió todo el volumen de material requerido, el precio conseguido por el gobierno de la 4T, para complementar la demanda, estuvo por debajo del precio pagado por la oficina y se pudo ahorrar 290 millones de pesos.

Si bien es cierto el contrato con la oficina de Naciones Unidas ha hecho que las compras de medicamentos sean más transparentes que en el pasado y se acaba el oligopolio de un puñado de empresas privadas que dominaban las ventas y distribución de medicamentos al sector público, pero por desgracia el organismo público ha sido ineficiente y no se ha cumplido con el propósito de abastecer los medicamentos necesarios para satisfacer la demanda de los mexicanos.

No solo los niños con cáncer han padecido del desabasto de medicamentos oncológicos; los pacientes de enfermedades psiquiátricas del IMSS no han contado durante varios meses con la mitad del cuadro básico de fármacos para los tratamientos de trastornos mentales.

La directora ejecutiva de la UNOPS, Grete Faremo, presumió ante su Junta Ejecutiva, que en el 2020 en un contexto difícil de pandemia dicho organismo de Naciones Unidas triplicó el monto de sus contratos.

De esos 10 mil millones de dólares de contratos que obtuvo hace dos años el organismo internacional por todo el mundo, el 80% correspondió al contrato firmado con el gobierno mexicano.

Ha trascendido que la UNOPS sólo va a continuar administrando contratos para el grupo denominado “25 hospitales y las 524 claves” que ya traían encarrilado.

El organismo de la ONU aún debe dinero a los laboratorios, y está en proceso de conciliación con la mayoría de los que fueron sus proveedores.

Juan Antonio Ferrer dijo ante los legisladores que lo cuestionaron hace unos días que los problemas que se han enfrentado para la distribución de medicamentos y que estos lleguen a los pacientes, se debe a que el Insabi estaba entregando los medicamentos en los almacenes estatales, pero no estaba cubriendo la última milla, algo que ya se ha corregido.

El titular de Instituto de Salud para el Bienestar informó ante los diputados que “Ya hay 17 entidades federativas que aceptaron esta nueva distribución con la última milla (en la que participan el Insabi y el Ejército). Con esta última milla, la Federación absorbe el costo de esta y no lo pagan los estados”,

Los contratos del Gobierno de la 4T con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos no se han traducido en un mejor abasto de medicamentos, ni tampoco esta institución ha podido vender el Avión Presidencial que le fue encomendado.

Estaría bien saber cómo queda el contrato de la UNOPS con el Gobierno de México.