Una decisión reciente de la Suprema Corte de la Justicia de la Nación ha generado apasionado debate. Seis ministros y dos ministras votaron a favor de revisar la constitucionalidad de la reforma al poder judicial.
Estuvieron con el proyecto del ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá, sus colegas Norma Piña, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Margarita Ríos Farjat, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Alberto Pérez Dayán, Luis María Aguilar Morales y Javier Laynez Potisek.
Rechazaron la propuesta de revisar la constitucionalidad de la reforma judicial tres ministras, Lenia Batres Guadarrama, Loretta Ortiz Ahlf y Yasmín Esquivel Mossa. Dos de ellas, Batres y Esquivel, desde el instante mismo en que concluyó la votación en la corte suprema lanzaron acusaciones de que la cúpula del poder judicial prepara un golpe de Estado constitucional.
Diversos personajes del partido político Morena han expresado el mismo temor: la Suprema Corte busca un golpe de Estado. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se burló de la corte: más que un golpe de Estado, ministros y ministras lo que han hecho ha sido un golpe aguado.
Quienes apoyan la decisión del pleno de la Suprema Corte anticipan una crisis constitucional de proporciones catastróficas. Por su parte, quienes mandan en el poder legislativo y en el poder ejecutivo aseguran que nada detendrá la reforma judicial.
Dijo la presidenta Sheinbaum que el pueblo votó el pasado junio para que hubiese democracia en la designación de las personas juzgadoras, y así ocurrirá, es decir, que se trata de una orden popular que la corte suprema no podrá echar abajo.
Es interesante el debate cuyo desenlace pronto conoceremos. Lo único que se puede decir aquí, con las estadísticas del tracking diario ClaudiaMetrics, es que la reforma judicial tiene apoyo popular. Ojalá quienes mandan en los tres poderes del Estado, por el bien de México, ya se pongan de acuerdo.
Dejo enseguida números de hace menos de un mes porque conviene reflexionar sobre los mismos: