“¿Google Translate para el zoológico? Cómo los humanos podrían hablar con los animales”. Es un interesante artículo de John Thornhill, editor de la sección sobre noticias tecnológicas del Financial Times.
Él dice, de arranque, que “las nuevas herramientas tecnológicas están permitiendo a una comunidad global de biólogos y científicos aficionados explorar el mundo natural del sonido con más detalle y a mayor escala que nunca”. Esto anuncia innovaciones para escuchar sonidos que no podemos percibir sin ayudas de la técnica: “Podemos espiar un asombroso paisaje sonoro de ‘conversaciones’ planetarias entre murciélagos, ballenas, abejas melíferas, elefantes, plantas y arrecifes de coral”.
El periodista cita a Karen Bakker, profesora de la Universidad de Columbia Británica, autora del libro Los sonidos de la vida: cómo la tecnología digital nos está acercando a los mundos de los animales y las plantas. Según la estudiosa, cuando se trata de datos sónicos, existe “la tentadora posibilidad” de que, en dos décadas, se logre la “comunicación entre especies, ya que los humanos utilizan máquinas para traducir y replicar sonidos de animales, creando una especie de traductor de Google para el zoológico”.
En otro sitio de internet se califica a ese libro como meditativo y científico:
- “Comparte historias fascinantes y sorprendentes de sonido no humano, entretejiendo ideas de la innovación tecnológica y el conocimiento tradicional”.
- “Nos encontramos con científicos que utilizan el sonido para proteger y regenerar especies en peligro de extinción desde la Gran Barrera de Coral hasta el Ártico y el Amazonas”.
- “Descubrimos los asombrosos impactos de la contaminación acústica tanto en animales como en plantas”.
- “Aprendemos cómo la inteligencia artificial puede decodificar sonidos no humanos”.
- “En las fronteras de la innovación, exploramos diálogos mediados digitalmente con murciélagos y abejas”.
- “La tecnología a menudo nos distrae de la naturaleza, pero ¿y si pudiera volver a conectarnos?”.
Qué maravilla: la tecnología, a través de los sonidos, puede volver a conectar a las personas con la naturaleza. Lo que me pregunto es si habrá en algún momento un Google Translate para entender a cierta comentocracia mexicana y a los grupos políticos más fanatizados.
La pasión por García Luna
Leo a Jorge Fernández Menéndez en Excélsior y no entiendo su defensa de Genaro García Luna. ¿De qué habla Jorge? No es un periodista deshonesto, así que hay dinero detrás de su insistencia en construir argumentos a favor del acusado de haber trabajado para el cártel de Sinaloa cuando tuvo el cargo de secretario de Seguridad en el sexenio de Felipe Calderón.
Jorge tampoco es tonto, entonces no ignora que todo se echó a perder cuando Calderón declaró una absurda guerra contra el narco solo para tratar de limpiar su reputación manchada por un escandaloso fraude electoral, guerra cuyas operaciones entregó a un tipo que por alguna razón poderosa —de ninguna manera por politiquería— ha pasado ya tres años en una cárcel estadounidense.
Jorge es analítico, así que debe haberse hecho la pregunta de por qué ha estado detenido García Luna tanto tiempo y podría ser condenado a cadena perpetua. ¿En serio, señor Fernández Menéndez, ese tipo está en la cárcel solo por grilla?, ¿nada más porque lo acusan narcos a los que supone él detuvo?, ¿tan frívolos son jueces y fiscales del vecino país?, ¿por qué lo ha permitido el sistema jurídico de Estados Unidos?
El general Cienfuegos
A veces leo a Jorge Castañeda en Nexos y necesito un traductor. Ayer El Güero reprochaba a la prensa mexicana que ningún periodista hubiese preguntado a Natalie Kritoeff, corresponsal en nuestro país del New York Times, qué quiso decir al afirmar que al retirarse los cargos en Estados Unidos contra el general Salvador Cienfuegos se “puso fin al deseo y la capacidad de las fuerzas de seguridad estadounidenses de investigar las acusaciones de corrupción en México, incluidas algunas contra objetivos aún más importantes que Cienfuegos”.
Si tan necesario es llamar a la mencionada periodista para que ponga nombres a los “objetivos aún más importantes que Cienfuegos”, ¿por qué no lo hizo el propio Castañeda, que presume hablar y escribir en inglés inclusive con mejor estilo que Shakespeare? Si lo hubiera hecho antes de escribir, El Güero nos habría informado quiénes son los hombres inmensamente poderosos a los que se refería la reportera estadounidense.
¿Por qué nos ha dejado como tarea lo que Castañeda pudo hacer con facilidad? ¿O acaso lo que pretendía el apreciado intelectual era nada más meter un poco de grilla contra AMLO, que nada tuvo que ver con Cienfuegos cuando este era temible funcionario en la Secretaría de la Defensa, y que si lo defendió sin duda se debió a peticiones del ejército, que el presidente López Obrador como jefe de las fuerzas armadas lógicamente no podía ignorar. Cienfuegos tuvo un puesto de la mayor importancia en el gobierno de Enrique Peña Nieto y ya era un militar importante en el periodo de Calderón. En el momento en que Andrés Manuel López Obrador llegó a la presidencia, el general anunció su retiro. Jorge no es un grillo vulgar, entonces ¿por qué acusa a AMLO de algo que el colaborador de Nexos sabe a la perfección que no se sostiene?
La SCJN callada
Hay silencios que necesitan traducción en Google, como el de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el caso Yasmín Esquivel. ¿No van a decir nada ministros y ministras? Seguramente los ratones de la prudencia les comieron la lengua, lo que en ciertas circunstancias es muy peligroso. La moderación daña cuando lo que el momento histórico exige es actuar con temeridad.
¿Nadie en la SCJN está a favor o en contra de la ministra Esquivel Mossa? Los y las juristas más importantes del país deberían hablar, ya sea para condenarla o apoyarla. Callar no es aceptable, si no por otro cosa porque no se entiende que sean incapaces de comprometerse. ¿Ni una palabra sobre la crisis que tanto daña a la corte suprema van a decir las siguientes personas, Norma Lucía Piña Hernández, presidenta de la SCJN; José Mario Pardo Rebolledo, presidente de la primera sala; Alberto Pérez Dayán, presidente de la segunda sala; Ana Margarita Ríos Farjat, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Javier Laynez Potisek, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Loretta Ortiz Ahlf, Juan Luis González Alcántara Carrancá y Luis María Aguilar Morales?
Reforma y su machismo
El traductor de Google también es necesario para entender la obsesión de no pocos medios contra Claudia Sheinbaum. Reforma y El Financiero, los más ofensivos. El diario especializado en finanzas se sacó de la manga una medición de aprobación que no es compatible contra encuesta publicada en esa empresa en la que ella sigue líder en la competencia por la candidatura presidencial de Morena. Y hoy Reforma — y su hermano mayor El Norte, de Monterrey— en sus columnas institucionales, Templo Mayor y la de M. A.Kiavelo, lanzan un artero ataque contra Claudia Sheinbaum solo porque trabaja en coordinación con el político con quien ha colaborado desde que dio sus primeros pasos en la política, Andrés Manuel López Obrador.
El apoyo de AMLO a Sheinbaum vaya que molesta a los editores —no hablo de editoras, ya que en Reforma la gran mayoría de los puestos directivos los ocupan machitos—. A partir de ahí, la descalificación con insultos: que el presidente infantiliza a la jefa de gobierno; que Andrés Manuel trata a Claudia como “discípula desvalida”; que la Ciudad de México —obviamente, en Reforma responsabilizan a la gobernante— está en una crisis tan real y profunda que para ocultarla hacía falta el show de la mañanera.
Conocí al señor Alejandro Junco de la Vega, el mero mero en ese periódico, y a pesar de sus manías ideológicas, siempre respetó las reglas básicas del periodismo que aspira a la objetividad, esto es, rechazó otro tipo de periodismo, el militante, que es legítimo y hasta necesario cuando se realiza en forma abierta. No creo que el ideal periodístico del señor Junco haya cambiado, pero… sin duda este sexenio puso a sus diarios al servicio de una causa, la que se opone al proyecto de Andrés Manuel y, en como plan b, la que, frente a la casi misión imposible de la derecha de evitar que Morena gobierne un segundo periodo, buscaría que llegara a la presidencia alguien de izquierda, como sí lo es Sheinbaum… y como no lo es el funcionario a quien un hermano del dueño de Reforma ha calificado como el único aspirante presidencial del partido en el poder que “tiene la capacidad, experiencia y tamaños para aspirar legítimamente a la presidencia de México”.
¿Por qué Reforma apoya a Ebrard? Por dinero, no. Descartada semejante vulgaridad, solo quedan dos opciones: por fanatismo de derecha o por misoginia, o por las dos. Lo que sea, no lo comprendo. Imposible entender por qué alguien tan inteligente como el señor Junco, que tanto ha trabajado —y con talento sobresaliente— para consolidar uno de los periódicos más importantes en la historia de México, destruya tanta credibilidad con su activismo excesivo contra una mujer, algo que solo puede ser interpretado como machismo.