Enseguida algunos apodos y chistes sobre Ernesto Zedillo. Los tomé de un artículo de Samuel Schmidt publicado en septiembre de 2024 en el periódico El Independiente, que tiene como su columnista principal a mi amigo Carlos Ramírez:

1.- Le decían la Esfera. Porque Zedillo estaba de adorno en Los Pinos.

2.- Le hacía justicia otro de sus apodos, el Pandita, porque tardó 40 días en abrir los ojos —mientras los tuvo cerrados, en el arranque de su gobierno, provocó la peor crisis económica que ha sufrido México—.

3.- El PRI que llevó al poder a Ernesto Zedillo era conocido como el Pedro Domeq, porque cada día le salía más pinche el presidente.

4.- Apodo sucio. A Zedillo le decían el Holandés, porque olandaba cagando aquí olandaba cagando allá.

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5.- ¿Diferencia y semejanza entre Zedillo y Tarzán? Ambos estaban rodeados de animales, pero a Tarzán sí le hacían caso.

6.- Otro mote de Zedillo, el Viaducto, porque tenía tantas salidas pendejas que volvía locos a los mexicanos —queda claro que don Ernesto sigue siendo el Viaducto, porque sigue con sus salidas bastante idiotas, como lo demostró recientemente en una conferencia por video en el ITAM—.

7.- Zedillo va al banco a cambiar un cheque y le piden una identificación, este responde airado:

  • —Oiga yo soy el presidente de México.
  • —No importa, esas son las reglas, contesta el empleado. ¿Cómo me puede demostrar que es Ernesto Zedillo?
  • —Pues solamente se me ocurren puras pendejadas.
  • El cajero responde: ¿de a cómo lo quiere? ¿de a 10 o de a 20?

8.- Parecido entre la Casa Blanca de Estados Unidos y Los Pinos en los tiempos de Zedillo. Casa Blanca tenía un Bill Clinton y Los Pinos tenía a un Vil Pendejo.

9.- Zedillo tenía otro alias sucio, Pedillo, porque salió sin querer.

10.- ¿Por qué le decían el Alquimista a Carlos Salinas? Porque a los ricos los hizo pobres, a los pobres los hizo pendejos, y a un pendejo lo hizo presidente.

11.- Zedillo y la educación.

  • Ernesto Zedillo fue a visitar una clase de escuela primaria. Su llegada se produjo durante una discusión acerca de las palabras y sus significados. La maestra preguntó al presidente si le gustaría participar en el debate sobre el significado de la palabra tragedia. Entonces, el ilustrado líder pidió a la clase un ejemplo de tragedia. Un pequeño niño se paró y dijo:
  • “Si un amigo mío, está jugando en la calle y lo atropella un auto, eso es una tragedia”.
  • “No —dijo Zedillo—, eso sería un accidente”.
  • Una pequeña levantó su mano y dijo: “Si un ómnibus de transporte escolar se cae en un precipicio, muriendo todos sus ocupantes, eso sería una tragedia”.
  • “Me temo que no —sostuvo el presidente—, a eso podríamos llamarlo una gran pérdida”.
  • El silencio creció en el aula. Ningún otro alumno se animó a dar una respuesta. Zedillo los instó a continuar, diciendo: “¿Es que no hay nadie que pueda darme un ejemplo de lo que es una tragedia?”
  • Finalmente, en el fondo de la clase, un pequeño muchacho levantó su mano y con voz muy tenue se animó a decir: “Si un avión está transportando al señor presidente y a todo el gabinete y un misil lo destruye, haciéndolo añicos, eso sería una tragedia”.
  • “Fantástico —dijo Zedillo— eso está muy bien. ¿Y podrías decirme por qué eso sería una tragedia?
  • Respuesta del chico: “Porque, en primer lugar no sería un accidente y en segundo lugar, tampoco sería una gran pérdida”.

12. Plagio. Alguien plagió un viejo apodo político para aplicarlo a Zedillo: le decían el Nopal, por baboso.