En medio de dimes y diretes y acusaciones (ciertas) de que miembros del PRI están involucrados en el asesinato del ex candidato presidencial de ese partido, Luis Donaldo Colosio Murrieta, hay que agradecerle al dirigente de lo que queda de ese partido su gran labor en pos de la democracia.

Marginado, repudiado por derecha e izquierda, con menos votos en las pasadas elecciones presidenciales que Movimiento Ciudadano (un partido, por cierto, fundado por el ex priísta Dante Delgado), sin las gubernaturas que le daban poder caciquil y recursos cuasi-ilimitados en vastas zonas del país. así entregó Alejandro Moreno al partido en el evento en donde miles de “levantadedos” dieron su aquiescencia para que continúe el proyecto político desastroso del campechano.

Mientras lo que quedaba de las “fuerzas vivas” del PRI se manifestaban con violencia en las afueras de la asamblea “democrática” realizada a puerta cerrada en pleno Pepsi Center de la Ciudad de México, Alito se transfiguraba en la imagen popular de Nerón tocando el violín mientras Roma arde. 

Y mientras el PRI quema sus últimas brasas en pluris para Alito y sus secuaces, Moreno no toca ningún instrumento. Quizás haga una nueva cita para retoques de “botox”, bacteria “cosmética” que también causa problemas en la voz, incluyendo ronquera y los famosos “gallos” que el dirigente perpetuo del PRI tiene al hablar (gritar) en público.

El “R.I.P.”, cómo magistralmente lo bautizara Eduardo del Río “Rius”, difícilmente superará el proceso electoral del 2030. De nueva cuenta. Gracias Alito, por tus grandes contribuciones a la democracia mexicana.