Por decisión de la gobernadora Marina del Pilar, a partir de este lunes no será obligatorio el cubrebocas en lugares interiores en Baja California.
En el estado hemos sobrevivido 4 brutales olas de la enfermedad, siendo las peores la de invierno de 2020, cuando aún no existían las vacunas y la de invierno de este año, cuando la variante ómicron devastó la entidad con decenas de miles de infectados y miles de fallecidos. Sin embargo, nos ha ido mucho mejor que en Estados Unidos, en donde al menos un millón cien mil personas han muerto a estas alturas, a casi dos años y medio de la pandemia, ya sabemos cómo se transmite el mortífero virus: por aerosoles que contienen el patógeno y que en lugares cerrados, pueden mantenerse flotando en el aire durante varias horas.
Al relajar las medidas y sabiendo a estas alturas que las vacunas tiene “fugas” y no previenen al 100% los contagios, además de la caída eventual de la efectividad en los refuerzos, volveremos a ver la misma película de los últimos años: un repunte en hospitalizados, muertes y doctores saturados de trabajo.
La gobernadora de Morena se ganará algunos puntos entre los eugenésicos amantes de las “libertades individuales”, pero esta medida populachera nos terminará costando muy caro a los bajacalifornianos, que ya hemos sufrido bastante con este brutal virus.