Una de las verdaderas intenciones detrás del paquete de reformas que AMLO enviará al Congreso en febrero próximo es generar el debate con la oposición y proteger a su candidata para que nadie le exija propuestas. Es decir, pasar de coordinador y mandamás de la campaña, a ser quien “haga el quite” en lo público y que la contienda sea contra él y no contra Claudia.

Por eso rechaza los debates, por eso en los mítines Claudia solo habla de que va arriba en las encuestas, sin propuestas, emoción ni estilo, porque sabe que tiene todo el aparato de Estado actuando detrás.

Impunidad, militarización y compra de voluntades

Las reformas de AMLO contemplan modificar el sistema de pensiones a pesar de que ya lo había hecho en 2020 con gran éxito y lo que ahora manda, es una locura imperdonable sin pies ni cabeza. Habla del salario mínimo, que en este gobierno ya se ha aumentado con gran éxito, pero lo hace simplemente para generar debate. Desde el inicio de su mandato incorporó el tema de la Pensión Universal para Adultos Mayores, pero ahora tiene la ocurrencia de reducir la edad mínima para ser beneficiario de 65 a 60 años.

Hay una segunda intención en las reformas, algo quizá aún más importante, el pánico de que sus hijos, los amigos de sus hijos y demás parentela que han tomado el país como un botín, incluyendo a su candidata, además de muchos de los gobernadores y operadores políticos que están en la campaña de Morena, sean indiciados por corrupción.

Reformas como poner a la Guardia Nacional al mando de la SEDENA, significa militarizar la nación, tal como lo haría cualquier dictador populista, de igual manera que buscar la extinción de los órganos autónomos INAI, IFT y Cofece y que sus funciones las absorban diversas secretarías, aunado a una reforma electoral para que Morena tome el control de las elecciones, al minimizar la acción del INE y supeditarlo al gobierno federal -como cuando Bartlett era el secretario de gobernación y presidente de la Comisión Federal Electoral- así como desaparecer las diputaciones plurinominales para disminuir la representación plural, estas acciones impactarían en órganos del gobierno, como la Auditoria Superior de la Federación., pero, y quizá la reforma más importante para garantizar su impunidad, es la propuesta de reforma al poder judicial para que jueces, magistrados y ministros sean electos por voto directo. En otras palabras, impuestos por el presidente y su partido hegemónico.

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Si AMLO no logra que se apruebe su paquete de reformas, que bien se podrían llamar “para la impunidad”, en el nuevo gobierno correrían investigaciones por parte de las instancias autónomas y contrapesos, y eso lo pondría en un verdadero predicamento, al enfrentar la justicia y lo que más le duele, el juicio de la historia.

La inocultable corrupción

Durante su administración AMLO ha atacado a los organismos autónomos simplemente porque al hacer su trabajo han dejado en evidencia la grave corrupción, ineficiencia, conflictos de interés y hasta la relación de integrantes de Morena con el narco y el crimen organizado, y el control de daños ha salido constantemente desde la presidencia de la república.

Con la nueva administración, se abrirían casos como la compra de pipas durante la mal llamada “guerra contra el huachicol” así como el costo real de la cancelación del NAIM, hay que recordar que la Auditoria Superior de la Federación demostró que se superó los 331 mmdp, una cifra 232% más elevada que la que planteo el gobierno. Cuando AMLO dijo que el costo al erario fue de 100 mmdp, aún faltaban más de 120 mmdp para concluirlo y los órganos de la cámara tuvieron que ajustarse a los “otros datos” del presidente.

De no aniquilar a los órganos autónomos, destruir al INE y evitar la conformación plural de las cámaras, saldrán a la luz muchos temas más, como los sobre costos del Tren Maya y de Dos Bocas, que va por tres veces más de lo presupuestado y sin refinar ni un barril, de por qué la gasolina no baja de precio y las importaciones de gasolina crecen. De todas las asignaciones directas que se han otorgado para la compra y distribución de medicamentos en el sector salud, que cada vez está peor, pero que han sido grandes negocios de los amigos de sus hijos. Se hablará de Segalmex, de la Conade, de los contratos de la prima Felipa con Pemex; de los negocios de sus hijos, de la relación de gobernadores y miembros de Morena con el crimen organizado y de cómo han inyectado recursos de procedencia ilegal a las campañas de Morena.

El sol no se puede tapar con un dedo y AMLO ya enfrenta denuncias públicas e inobjetables producto de datos e investigaciones periodísticas, de instancias internacionales o de documentos internos, como los que destapó el hackeo de la agrupación Guacamaya.

Al final, todo cobra peso, como los últimos reportajes de Carlos Loret de Mola, “El Clan”, cuyos audios no han sido desmentidos, ni tampoco los de “Código Magenta” que expusieron al huachicolero Sergio Carmona financiando campañas políticas de la 4T en 2021, y la conexión directa que tiene con la actual dirigencia de Morena, así como los viajes en aviones privados y arrendamientos de vehículos de lujo que patrocinó.

AMLO actúa por pánico y no le importa la destrucción que deje con tal de conseguir impunidad.

X: @diaz_manuel