Lastimosas las recientes declaraciones de la escritora Guadalupe Loaeza, en cuanto a pretender demeritar a la Maestra Delfina Gómez por no tener hijos, mientras que Alejandra del Moral, la candidata del PRIAN “tiene una familia ejemplar y unos gemelos preciosos”. Definitivamente, hija, nieta y bisnieta de familias hijas del privilegio, a la señora Loaeza ni siquiera se le ocurre detenerse a meditar las circunstancias por las cuales la maestra Delfina no pudo o simplemente decidió no tenerlos, que pueden estas circunstancias ser de lo más variado, además de inmiscuirse en la esfera privada de terceras personas, haciéndolas públicas y además como si, en este caso, se tratara de una mancha en su trayectoria de vida.

Seguramente la señora Guadalupe tuvo la oportunidad de estudiar (como es costumbre en las clases altas o que aparentan serlo en nuestro adorado país) una carrera universitaria de las conocidas como “MMC” (‘mientras me caso’), eso sí y hay que decirlo, con muchísimo más afán de cultivar su persona, a la luz de su innegable bagaje cultural, que es en lo fundamental que se diferenciara de una mayoría de las mujeres pertenecientes a su nivel social.

Flaco favor le hace a la candidata Del Moral, justo el día en que sale a la luz multimillonario desvío de las arcas del Estado de México en el que, supuestamente, participó la todavía candidata, ya que la publicación, vía un tuit, que recibió jitomatazos y huevazos digitales al por mayor, esto porque a parte de todo es al estilo de las tan leídas publicaciones “del corazón”, por las señoras esposas de ricos mexicanos, las más de ellas, carentes de espíritu, una mente cultivada y una vida plena, en la que el afán de aparentar se lleva la mayoría de sus cotidianos afanes.

Los complejos de las élites mexicanas en un sólo tuit, sí, que como es de esperar habrá sido las delicias de ese ínfimo porcentaje del electorado a la que aún le mueven “noticias” tan vanas y vacías (si, ya no estamos en el 2012). Por otro lado, bien aparenta la señora Loaeza ser parte de esos apellidos venidos, al paso de tantos años, muy a menos en lo económico, ávida cuenta que “casualmente” aparece ella cada que hay una elección importante, y a pesar de un tiempo tener la desfachatez, en el pasado, de participar en política asumiendose de izquierda, hoy no es improbable que sus tuits y/o artículos periodísticos, tengan un nada desdeñable precio, que obviamente lo obtendria vía dinero en efectivo y de muy dudosa procedencia, como tanto es que se acostumbra en las campañas políticas en el México de la “normalidad democrática”.