En la anterior columna hablábamos de las maneras diferentes y “novedosas” de crear guerras y confusión, también hemos escuchado mucho el concepto “guerra híbrida” o guerras de cuarta y de quinta generación…

¿Qué significa una “guerra híbrida”?

El concepto —que fue utilizado por primera vez a principios de los años 2000— tiene que ver con la implementación de una estrategia (o varias) de confrontación que no pasa necesariamente por un combate de tipo militar o derramamientos de sangre tal como conocíamos sucedía en los anteriores conflictos bélicos, algunos librándose aún en países de Oriente Medio; las nuevas formas de confrontar al enemigo buscando sus debilidades sobre todo en los terrenos tecnológicos, cibernéticos y ahora también vemos, farmacéuticos… a  eso se le denomina guerra híbrida.

Según la definición de la Unión Europea, tocar el tema de una amenaza híbrida sería al notar: Acción coordinada y sincronizada, que ataca deliberadamente las vulnerabilidades sistémicas de los estados democráticos y sus instituciones, a través de una amplia gama de medios (políticos, económicos, militares, civiles y de información), de información que lo mencionábamos con la agenda setting,  económicos, como la actual pandemia, militares y civiles convertidos en hackers

¿Qué es una guerra no convencional?

Se le denomina a la injerencia en un país con intencionalidad política de dominación sin usar la tecnología bélica (armas, tanques, drones y bombardeos). Erigida no solo como forma principal de agresión, sino como herramienta estratégica de la política exterior norteamericana desde hace lustros…

Según el estudioso: Patricio Haro Ayerve

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“La evolución es una constante en las actividades de la sociedad y sus instituciones; desgraciadamente, la guerra es la actividad que mayor tiempo ha registrado su presencia en el mundo, su desarrollo, en muchos casos, ha sido vertiginoso”

Si nos vamos a escarbar un poco en la historia, con los tratados de Osnabrück y Münster materializaron la Paz Westfalia se puso fin a la guerra de los treinta años y dio lugar al nacimiento del Estado-Nación y con él, al establecimiento de las fuerzas que garantizarían su integridad y soberanía.

Haro Ayerve profundiza:

“Desde 1648 hasta nuestros días, estas fuerzas, que en nombre del Estado al que representan y administrando el monopolio legítimo de la fuerza, en muchos casos, han enfrentado militarmente a quienes amenazan su seguridad o impiden la consecución de sus fines políticos”

Por todo lo anterior, “La Paz de Westfalia no duraría mucho tiempo ya que a los pocos años fue interrumpida por varios conflictos, a partir de allí interestatales, en los cuales los ejércitos de cada Estado tenían su propia organización y estructura militar con la que, en nombre del Estado al que representaban, se enfrentaban a otro considerado su enemigo. Invariablemente se buscaba conquistar tierras o recuperar las que se consideraban propiedad por derecho de antigüedad.

Así, los conflictos que se dieron a partir de 1648, como las Guerras del Norte, libradas entre Suecia y sus enemigos entre los años 1655 y 1661, la Guerra Austro-Turca en 1663-1664 y la Guerra Polaco-Turca librada entre 1672 y 1676 en el ámbito de la segunda yihad, “aquel periodo, cuando la religión y el Estado estaban tan hermanados como la fe y la espada”… o la Guerra Franco-Holandesa, entre 1672 y 1678, materializan según la doctrina militar las guerras de primera generación en las que se objetivan dos de las dimisiones del campo de batalla: la dimensión tierra y la dimensión mar.

Muy, muy lejos quedaron ya las guerras llamadas guerras de primera generación, por los académicos de Estudios Políticos y Estratégicos, las formas han cambiado, lejos quedaron los enfrentamientos sangrientos por recuperar terrenos  como el caso de los Otomanos cuando recuperaron Constantinopla para convertirla en lo que hoy es Estambul; los tiempos de regar sangre en los campos de batalla se fueron, las guerras híbridas han tomado a la humanidad como rehén y pareciera adquieren  tonalidades más rojas que la sangre que bañó los campos de Turquía, o las murallas de China al defenderse de los Kanatos, hoy las guerras se libran de maneras inimaginables para el humano promedio…

De ahí la gran importancia de las recientes  palabras de Vladimir Putin apenas el día 7 de febrero pasado después de  una larga reunión en sus oficinas de Moscú, con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, al dirigirse a periodistas y medios internacionales:

“Países miembros de la OTAN (...) siguen inundando a Ucrania con armamento avanzado y destinan considerables recursos financieros para la modernización del Ejército ucraniano, envían expertos e instructores militares…” Acusaría sin vacilaciones y de forma enfática les dice:

“Quiero reiterar esto, ya lo he dicho, pero me gustaría mucho que me escucharán hasta el final. Y lo hicieran llegar a sus lectores y sus usuarios en Internet…”

¿Entienden o no que si Ucrania entra a la OTAN y tratan de recuperar  militarmente Crimea, todos los países europeos se verán automáticamente arrastrados a un conflicto militar con Rusia?

Por supuesto, el potencial de una organización unificada como la OTAN y el de Rusia, no son comparables, lo entendemos. Pero también somos conscientes de que Rusia es una de las principales potencias nucleares, y en algunos aspectos incluso está por delante de muchas. ¡NO HABRÁ GANADORES!  Y ustedes serán arrastrados a este conflicto en contra de su voluntad.  Antes de que se den cuenta, estarán aplicando el apartado 5 del Tratado de Roma.  ¡El señor presidente —Macron— ciertamente, no quiere eso! ¡Y yo tampoco quiero eso!

“Por eso (Macron) ha estado aquí y me ha martirizado durante seis horas seguidas con preguntas, garantías, opciones para resolver (la situación)…”

El presidente Vladimir Putin también señaló categóricamente como responsable al Gobierno ucraniano por “desaprovechar” la gran oportunidad de lograr una solución aún pronta y sobre todo pacífica al conflicto…

“Kiev sigue ignorando todas las oportunidades de una recuperación pacífica de la integridad territorial a través de un diálogo directo con Donetsk y Lugansk…”

Nadie se atrevería a decir que no hubo claridad y certeza en sus palabras. Recordemos también que en diciembre del año pasado en  videoconferencia entre los dos líderes, ya había exigido a Joe Biden garantías de que la OTAN no avanzaría, de la misma manera le hizo mención de los intentos de la OTAN por conquistar territorio ucraniano buscando aumentar su potencial militar en las fronteras rusas…

Señores, esta guerra se está librando desde los escritorios de cada uno de los involucrados, como ya hemos leído a  lo largo de este tiempo se han presentado cuatro generaciones de guerra, cada una de ellas con sus propias características. La guerra de cuarta generación (la estamos observando) dio lugar a una nueva dimensión en el campo de batalla y enfrenta a una amenaza no convencional, a una amenaza asimétrica, que como toda amenaza necesariamente es híbrida.

Divagante en Twitter: @deliha25