Han pasado más de tres meses desde que la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, publicó unos vergonzosos audios del presidente del PRI, Alejandro Moreno.
Desde entonces se comenzó a planear el desafuero de Alito Moreno solicitado por el fiscal de Campeche pero en lugar de proceder conforme a la ley, decidieron negociar.
Resulta que se aproximaba una votación importante en la Cámara de Diputados, la iniciativa para extender hasta 2028 la participación de la Fuerza Armadas en tareas de seguridad pública y, casualmente, una diputada del grupo de Alejandro Moreno, Yolanda de la Torre, presentó la iniciativa para modificar la Constitución que resultó ser la que votó Morena.
Alito Moreno había escogido bando. Al día siguiente los cuatro integrantes de la Sección Instructora, encargada de analizar y aprobar la declaratoria de procedencia en contra el presidente del PRI, fueron avalados.
La sorpresa estuvo en la confirmación de la sección que incluía dos miembros de Morena, uno del PRI y uno del PAN.
Era evidente que el PRI apoyaría a su presidente, pero el PAN estaban enojado con Alito Moreno y el sentido de su voto era incierto.
Respecto a Morena, tampoco se sabía si a modo de agradeciendo le salvaría el pellejo que ellos mismos pusieron a rostizar. Después de esto no sucedió nada, se puso todo en pausa.
Se tardaron, pues de haber actuado, con la oposición dividida, ahí habría terminado el camino de Alejandro Moreno.
Tanto Morena como el PAN chantajearon a Alejandro Moreno
Pasó el tiempo y se olvidaron del juicio político, hasta que regresó otra votación importante, la reforma electoral.
Aquí, tanto Morena como el PAN chantajearon a Alejandro Moreno. El Partido Acción Nacional amagó con no defenderlo ante el desafuero si votaba a favor la reforma y Morena con desaforarlo si votaba en contra.
La decisión no fue fácil para el líder del PRI pero terminó votando en contra de la reforma electoral.
De manera muy predecible, Morena reactivó su desafuero, demostrando que no es justicia lo que se buscaba, si no el uso político de un caso de corrupción.
Del mismo modo actuó el PAN, pues hasta Santiago Creel salió a defender con uñas y dientes a Alito, claro, después de haber conseguido lo que quería.
Eso demuestra que Creel está dispuesto a defender actos de corrupción, mientras le sirvan políticamente. Más allá de las diferencia entre partidos, la manera de hacer política fue, es y seguirá siendo la misma.
Ya no será fácil quitarle el fuero a Alito Moreno, se estiró mucho la liga.
Por el momento el PRI se va sano y salvo a festejar las fiestas decembrinas, reconciliado con su coalición y listo para la batalla del Estado de México. Todo, sin haber votado a favor la reforma electoral.