Muchos especularon, especialmente actores de la oposición, quienes auguraban una hecatombe luego de la toma de protesta del presidente de los Estados Unidos. Varios de ellos, inclusive, se fueron al peor escenario de la catástrofe financiera y el colapso de la economía del país ante las medidas que, en su momento, amagó Trump. Desde luego, fueron semanas intensas para la jefa de Estado, sobre todo de reuniones al más alto nivel con su gabinete para trazar la ruta o las estrategias si llegase a ocurrir el incremento exponencial a los impuestos por los productos, y el endurecimiento de la política migratoria. Eso, de plano, dejó al descubierto el poco amor que tiene el conservadurismo por la nación. La misma Claudia, en este asunto que nos concierne a todos, pidió unidad para enfrentar este enorme desafío.

Con la frente muy en alto, y con la capacidad que mostró Claudia Sheinbaum y personajes claves del engranaje como Marcelo Ebrard, podemos decir, con esas palabras, que ni falta hizo el apoyo simulado de la oposición que ansiaba una crisis para nuestro territorio. Eso, para mala noticia del conservadurismo, no fue así y, con esa sagacidad que ha demostrado la presidenta, optó por el diálogo y la negociación fundamental con el vecino país que, a la postre, se tradujeron en acuerdos importantes de cooperación, pero sobre todo reconocimiento y elogios para una de las mujeres más poderosas del mundo de acuerdo con la revista Time. De hecho, salieron a la luz pública algunos elementos que se pondrán en marcha para fortalecer el desarrollo económico que, en parte, es un componente que los liga con EU.

Eso, a ocho meses de haber tomado protesta, hizo que la inmensa mayoría de los mexicanos valoremos más el trabajo eficiente que está realizando la presidenta constitucional, pero también secretarías importantes como la de economía, que encabeza Marcelo Ebrard. Él, con una tarea titánica que tuvo que resolver, trabajó paralelamente la promoción y divulgación de Hecho en México. A grandes rasgos, por su importancia, es una estrategia para presumir los productos que, bajo normas establecidas, se han oficializado para ser merecedores de la insignia en los artículos que se ofertan no solamente en el país, sino en muchas partes del mundo. Eso, por un lado, constituye una enorme ventaja porque nuestra nación, en potenciales naturales, tiene una extensa gama que ofrecer, especialmente al poner en primera línea lo que se produce en estas tierras.

Eso, por supuesto, se ha identificado con el sello o emblema que todos conocemos. De hecho, con eso podemos comparar la calidad que, por consideraciones normativas, llevan un proceso de certificación para dar cobertura a esa demanda que los consumidores exigen en algunas medidas que toman en cuenta al comprar cualquier artículo que se manufacture aquí. Por esa sencilla razón, nos encontramos ante un hecho sin precedentes en la vida pública de nuestro país, especialmente con el lanzamiento del Plan México, que constituye, además de ese nacionalismo y compromiso que asume el gobierno federal, un andamiaje de ideas bien planeadas y diseñadas para obtener resultados duraderos.

Por eso y por varias razones, encontramos que Hecho en México, con ese potencial inherente con el que cuenta, es parte de nuestra cultura. Tenemos que salvaguardar y cuidar lo que las manos mexicanas producen a lo largo y ancho del país. Recordemos que, como tal, hay un desbordamiento y una avalancha de exportaciones a gran escala que, en concreto, no cumplen con las normas establecidas de un tratado comercial. Como punto de referencia, entonces, debemos poner en alto el trabajo que está realizando el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial. Y vaya que sí, pues Nieto Castillo, con esa encomienda que le ha delegado Claudia Sheinbaum, está salvaguardando las marcas y patentes. Desde hace días, en efecto, están llevando a cabo operativos para asegurar productos apócrifos que se ofertan en muchas partes. En Puebla, por ejemplo, resultó todo un éxito la cantidad de piratería que se recolectó para resguardo de la autoridad federal.

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Eso, en un aspecto importante, habla de esa cultura que está promoviendo la presidenta constitucional para poner muy en alto lo que nuestro país produce, sobre todo en el lanzamiento de un ambicioso andamiaje de ideas como el Plan México. Su esencia, desde luego, alude al potencial que tenemos en muchas industrias, pero también en la ciencia y la tecnología que, como aspectos particulares, son de suma importancia por el impacto que representan a nivel global.

Finalmente, otro de los aspectos más importantes de este Plan México, además de su impacto, es que será un generador de empleo dado el emprendimiento de muchos productos que se pondrán en los mercados internacionales. Y con un numeroso incremento al rubro de la economía para detonar el desarrollo, México, en ese cálculo que ha hecho la presidenta constitucional, se augura que sea una de las diez potencias a nivel global, inclusive superando a países que tienen mucho dinamismo en su andamiaje de importaciones.

A nosotros, como mexicanos, nos enorgullece la insignia de Hecho en México. Eso, desde cualquier lugar, es algo que debemos de presumir como parte de nuestra cultura, usos y costumbres.