Antes de la llegada de la cuarta transformación en 2018, vivíamos en un mundo lleno de promesas y fantasías que, a la par, alimentaban los medios conservadores. Para no ir tan lejos, los gobiernos de Felipe Calderón, que representó un fracaso, lo mismo que Enrique Peña Nieto, se extralimitaron en darse a la tarea de prometer obra e infraestructura de calidad. Desde luego, ahora que podemos hacer una introspección más minuciosa, nos hemos dado cuenta que, la derecha, quedó a deber al pueblo de México y, de paso, lo saqueó en sus finanzas públicas. Endeudamiento, gasolinazos, inseguridad, desempleo y muchos otros factores que, a su vez, jugaron un papel preponderante para que la alternancia fuese una realidad. Eso, por supuesto, significó el hito de un nuevo proyecto de nación que, como tal, ha venido a revolucionar el paradigma sociopolítico y, gracias a ello, propiciar las condiciones de desarrollo que, a la postre, llevan a mejorar la calidad de vida de muchos sectores de la ciudadanía, especialmente los más necesitados.

A partir del 2018, nos queda muy claro, la situación es distinta. Desde luego, para López Obrador, a lo largo de seis años, significó un enorme desafío, sobre todo por los efectos colaterales que se venían arrastrando en el ocaso del sexenio de Enrique Peña Nieto en materia de seguridad. Navegar con ese desafío, en arranque, no fue nada sencillo; sin embargo, Andrés Manuel es un hombre que supo cumplir su palabra de llevar prosperidad a cada rincón del país. A la par de ello, las estrategias que ha implementado muestran la capacidad de reacción que tuvo en escenarios complejos. Para tal efecto, Claudia Sheinbaum, heredera del bastón de mando, entendió perfectamente que, su hombre de mayor confianza para esos temas, es Omar García Harfuch. Él, de hecho, ha enfrentado con responsabilidad la problemática que aqueja a la sociedad.

En lo político y social, desde los tiempos de Andrés Manuel López Obrador, las promesas y compromisos que se pactaron se han cumplido al pie de la letra. O sea que, en esa alternancia que la sociedad hizo posible, asumió la responsabilidad que trae consigo el mandato popular. Nos llevaría mucho tiempo enumerar las grandes acciones que, valorando la envergadura, estamos en presencia de un modelo de gobierno innovador y vanguardista. Entonces, honrar la palabra y cumplir las promesas, en sí, los sostuvo AMLO a lo largo de su periodo en Palacio Nacional; es decir, entregó los proyectos en forma y, de paso, le abrió la puerta a Claudia para la continuidad en esa constante ruta progresista que abandera el movimiento de izquierda en México. Sobra decir que, para este corte de caja de los primeros 100 días de quehaceres, Sheinbaum puede presumir que el legado que heredó lo está llevando al pie de la letra.

Su programa de nación, por ejemplo, es la muestra más clara de la voluntad política que existe en aras de profundizar las acciones. Adicionalmente, se sabe, hay un esquema de proyectos que, a nivel nacional, están en plena coordinación con los gobernadores y gobernadoras de cada entidad federativa. Eso es, por lo tanto, el aterrizaje de los compromisos que signó en tiempos de campaña. Hablamos de programas sociales, desarrollo, obra, salud, educación. Este conjunto de ideas, además de optimizar la economía del país, coloca al territorio en condiciones inmejorables de crecimiento, como uno de los motores principales que abanderan al movimiento. En sí, Claudia les ha cumplido a las mujeres, hombres, estudiantes y población en general a través de un andamiaje de asistencia que, como tal, está plasmado en la constitución política.

La nación que siempre anhelamos, con la voluntad de los gobiernos de la cuarta transformación, es una realidad dada la capacidad financiera que ha movilizado la presidenta constitucional de México de forma responsable. En lo estatal, por ejemplo, también podemos mencionar que, a cabalidad, se cumplen las promesas pactadas en tiempos de campaña. El Chiapas, que ha dado un giro preponderante en las políticas públicas, se ha tenido que navegar al arranque, sobre todo en temas de seguridad; sin embargo, la estrategia que ha implementado Eduardo Ramírez, como tal, ha rendido frutos importantes con grandes avances que se han concretado en esa materia. Hasta ahora, ese mismo reconocimiento se ha realizado a nivel nacional, en especial en aras de alcanzar la pacificación que es, en definitiva, una de las prioridades del sur del país. Y sí, Ramírez, jefe del ejecutivo estatal, sabe honrar su palabra y cumplir los compromisos que se asumieron antes y después de la campaña. Eso habla bien de él, sobre todo para generar bienestar en uno de los puntos más relevantes por su importancia geográfica. Para tales asuntos, está siendo crucial el papel que está jugando Claudia Sheinbaum.

Las columnas más leídas de hoy

Hoy, que estamos en pleno proceso de arranque, los chiapanecos se sienten más seguros con esa estrategia de seguridad que ha puesto en marcha el gobernador de Chiapas. Esto se debe, ya lo hemos dicho, a la voluntad y responsabilidad de quienes encabezan el proyecto de la cuarta transformación que hoy lidera Claudia Sheinbaum a nivel nacional. Desde luego, los desafíos continúan, sin embargo, la planeación y la organización, realizadas a la par del presupuesto etiquetado para las acciones, está generando un efecto positivo. Dadas esas circunstancias, para la inmensa mayoría de la población, nos ha quedado claro, llega a otras latitudes que se ven reflejadas en los altos niveles de aprobación que tiene en sus manos la jefa de Estado. Y conforme pasan los días y meses, este gobierno, que representa la continuidad de AMLO bajo un estilo propio de Sheinbaum, luce inmejorable. Eso se debe cuando se cumple y honra la palabra.

Notas finales

Y ya que hablamos del lopezobradorismo y el momento inmejorable que vive Morena, hay una fiebre que, en sí, ha comenzado desde hace meses. Hablamos de las elecciones intermedias del 2027, pues Gladyz Butanda, una de las piezas claves del engranaje del gobierno de Alfredo Ramírez Bedolla en Michoacán, se mete de lleno en la carrera en esa baraja de perfiles que, desde ahora, se manejan en las principales encuestas.