Para estas alturas, otoño del 2022, nadie en Morena se imaginaba que el senador Ricardo Monreal siguiera en el movimiento de la 4T.

Ha sido despreciado por el movimiento que en innumerables ocasiones. En Palacio Nacional incluso ya se le llama “un mal necesario” y se refieren a él con frases como “mejor lo tenemos entretenido en el Senado”.

Los desaires siempre se dan en dos vías y el ex gobernador de Zacatecas también ha ninguneado a Morena y se ha enfrentado a los deseos del presidente: como cuando se le hizo fácil enfrentar a Claudia Sheinbaum por la candidatura a la Jefatura de Gobierno, y perdió; y sobre todo cuando enfrentó a Claudia e hizo que el PRI ganara la Cuauhtémoc.

Ricardo Monreal es un operador, de esos de los que en la política se les llama de cloaca. Opera arriba, opera feo. Pero abajo, con la gente no trae mucho, de hecho no trae nada. Las encuestas ahí están. Le ganan todos. En Morena nadie se esperaba que soportara tanto en el movimiento. ¿Por qué no ha renunciado ya?

El manto protector de López Obrador es muy grande y cálido. Es difícil salir de él, aunque te llames Ricardo Monreal y el presidente no te cite para hablar en privado. Mejor seguir ahí, que estar en la fría oposición.

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En Morena ya lo quieren fuera, por eso el pleito con Layda Sansores. El presidente no propició el enfrentamiento, pero cuando se enteró que Monreal amenazó con renunciar dijo: “Sí, ojalá”.

Hoy la gobernadora de Campeche sacará audios del senador. Eso es lo de menos, no espero que tengan nada de sustancia. Pero Monreal ya dijo que si salen, renunciaba.

¿Tendrá el valor? ¿Ya al fin Morena se libró de él? En el movimiento hay quienes creen que no tiene los tamaños para irse. Muchos creen que solo se quedará en una amenaza hueca de esas que solo sirven para que todos se den cuenta que ese “senadorzote” que todas las puede en realidad no confía ni en él mismo para brillar en luz propia.