“Mi casa fue un corralón
De arrabal, bien proletario
Papel de diario el pañal
Del cajón, en que me crié
Para mostrar mi blasón
Pedigree modesto y sano
Oiga, che, presénteme
Soy Felisa Roverano
Tanto gusto, no hay de qué
Arrabalera
Como flor de enredadera
Que creció en el callejón
Arrabalera
Yo soy propia hermana entera
De chiclana y compadrón
Si me gano el morfi diario
Qué me importa el diccionario
Ni el hablar con distinción
Llevo un sello de nobleza
Soy porteña de una pieza
Tengo voz de bandoneón.”
SEBASTIÁN PIANA / CÁTULO CASTILLO / TITA MERELLO
El atentado contra Cristina Fernández de Kirchner, expresidenta y hoy vicepresidenta de Argentina, se escucha como un tango arrabalero y desentonado.
A menos de 24 horas del suceso, en la causa ya habían declarado más de 25 testigos, en su mayoría policías y militares que presenciaron el ataque (hablando de “sencillez”, más de 20 cuidaban la seguridad de la dama), incluyendo la agraviada. Esa eficiencia judicial no la tiene ni Obama y ciertamente ya la quisiéramos los mexicanos. En fin, que con tanta declaración, no sorprende que ya tuvieran diez “cuerpos” formados; es decir, 2000 hojas y lo que falta…
La historia la conocemos todos: un brasileño (tenía que ser el archirecontraenemigo de los argentinos) apuntó con su arma a la viuda de Kirchner y esta resultó ilesa. A partir de ello, las reacciones tanto de nacionales como otros países del orbe no se han hecho esperar, deseando salud, paz y tranquilidad a la vicepresidenta y, de paso, a toda su nación.
El asunto ocurrió la noche del jueves y el viernes hubo manifestaciones en diversas ciudades de Argentina. En Buenos Aires, organizaciones políticas, sociales y de todo tipo se congregaron en la Plaza de Mayo para repudiar el atentado sufrido por la vicepresidenta. La convocatoria la hizo el presidente Alberto Fernández, quien declaró día feriado nacional e invitó a que todos participaran en estas marchas en “defensa de la democracia”.
Obvio, el Frente de Todos (FdT), al que pertenece el partido de Fernández y Kirchner, lideró la mega reunión. Eso sí, ni el presidente ni la vicepresidenta se presentaron. Fernández compartió en sus redes sociales que agradecía a los que se sumaban a la convocatoria y dijo que “el pueblo argentino demostró que la unidad y el amor son el camino. Todos por la Democracia. Hoy vimos que es posible.”
Algo parecido al “amor con amor se paga” pero ahora con un añadido: hablar de democracia.
¿Hay elecciones en puerta en Argentina? No, para nada. Lo que hay es un juicio en contra de Cristina Kirchner donde se le finca responsabilidades por una de las corruptelas más grandes en la historia de su país, ocurrida mientras su esposo era presidente. ¡Qué mejor que desviar la atención hablando de democracia cuando el tema es la corrupción! ¿Les suena familiar? El día de asueto hecho después atentado y la marcha convocada por un gobierno que arrastra una pésima calificación por parte de la ciudadanía, hace que todo se asemeje a una densa cortina de humo.
En algún momento pareció que aquello iba en serio. Se terminó el encanto, no obstante, cuando la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), que se había sumado a la convocatoria del gobierno para signar un documento tras el ataque a la vicepresidenta, prefirió retirarse sin avalar el documento en cuestión, pues “posee un alegado político partidario”. Las interrogantes sobre el hecho y la raja política que está obteniendo el gobierno, quedaron fincadas. No se olvide la DAIA es una de las organizaciones más serias de América en condenar los atentados y máxime después de los que ha sufrido la comunidad judía en Argentina en diversos momentos del siglo pasado.
Para mostrar el tamaño del montaje, quien leyó el documento no fue ningún político, no se diga académico (para hacerlo apolítico), fue la actriz Alejandra Darín. Ella, desde el escenario montado ex profeso en la Plaza de Mayo, dio las entonaciones perfectas al drama del momento, hay que aceptarlo.
Por supuesto, no faltó la diatriba donde se señala a los medios y a la oposición, acusándolos de sembrar un “discurso de odio”. ¿Dónde hemos oído eso antes? Pero la verdad es que nadie nos cuenta que Cristina se puso a repartir autógrafos ¡justo después supuestamente haber estado en riesgo su vida!
Huele a montaje, pues eso de hacerse las víctimas es algo que se les da muy bien a los líderes populistas. Sobre todo cuando hay un problema que enfrentar. Preferible apelar a la compasión, que dar la cara por sus trapacerías.
Y pareciera que ese es el caso. Hace tan solo una semana que dos fiscales en Argentina pidieron penas de prisión de hasta 12 años e inhabilitación para ocupar cargos públicos para Cristina Kirchner, por supuesta corrupción en la obra pública durante su gobierno. Está acusada de administración fraudulenta y encabezar una asociación ilícita junto a su difunto marido —y expresidente— durante los gobiernos de ambos (2003-2015). El fiscal general Diego Luciani aseguró que “se trató de la mayor maniobra de corrupción en el país”, perjudicando al Estado por más de mil millones de dólares.
No se debe olvidar, también, que el gobierno de Argentina enfrenta fricciones internas (Kirchner vs. Fernández).
En algún momento, Cristina acusó (sin pruebas, por supuesto) a Juan Pablo Biondi vocero del presidente, de utilizar a la prensa en contra de ella. Todo en un contexto de una inflación galopante, tensiones cambiarias y una posible pérdida de la presidencia en las elecciones de mediados de 2023.
Este lunes 5 de septiembre los abogados de Kirchner debían comenzar a presentar sus alegados finales. Por supuesto, hasta ahora rechazan todas las acusaciones asegurando que Cristina es víctima de la oposición, los medios y hasta de guerra jurídica. Nótese: no es la primera vez que Cristina enfrenta cargos por corrupción, si bien nunca fue juzgada porque las veces anteriores las causas fueron sobreseídas…
Supuestamente, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal dará su veredicto cuando unos y otros presenten todos sus alegatos, pruebas y documentos. Mas, después del atentado, no se sabe si el proceso en contra de Kirchner continuará.
Si a usted le gusta el drama, el teatro y escuchar a Moni Vidente y sus predicciones —por que hasta en eso la charrada—, aquí se está desarrollando un tango “presidencial” en la tierra de Carlos Gardel.
Lástima que no sabe a deliciosas empanadas o a un tinto de esos pagos. Solo huele a montaje.