Todo apunta a que el ministro indígena Hugo Aguilar Ortiz será el próximo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Más allá de las exageraciones de algunos aguerridos defensores del hueso, que comparan al abogado ¡con Benito Juárez!, uno de los 3 mejores presidentes de la historia de México, la llegada de una persona mixteca a la más alta responsabilidad de la corte suprema sí supone un hito en la historia de México.
Aún así, los racistas, clasistas e hipócritas de la derecha, que hace unos cuantos meses apoyaban a una candidata “indígena” a la presidencia, la ya olvidada Xóchitl Gálvez, ahora dudan de las credenciales ¿raciales? del nuevo ministro.
Mientras a lectores de noticias y opinólogos se cuestionan sobre cuáles son las “credenciales” del abogado para liderar la corte, no queda más que preguntarse por qué jamás se cuestionaron cuáles fueron los méritos para que Norma Lucía Piña, señalada por fumar y beber dentro de sus propias oficinas, para lograr ese puesto. O para que “Silverio” Laynez Potisek, un peón de los intereses económicos de la oligarquía mexicana, llegaron a ese puesto ante su notoria ineptitud.
Aún así, la derecha bien podría contar con tres o hasta cuatro ministras y ministros en esta corte, si sumamos a una ministra que ha favorecido al evasor fiscal y abonero Ricardo Salinas Pliego y a otra que se desempeñó con alegría durante el sexenio espurio del desaparecido Felipe Calderón.
En fin. Mientras tanto, a disfrutar lo votado, principalmente la espuma por la boca de la derecha por la propuesta de Hugo Aguilar de no usar la toga que distingue a los ministros de los simples mortales.