Por El Pordiosero
Como no ocurría en los últimos años, los trabajadores de limpia de la Ciudad de México, han realizado movilizaciones masivas. Las organizan en apoyo a la candidatura de su líder, Hugo Alfredo Alonso Ortiz. En las 16 alcaldías se han organizado reuniones masivas en una marea azul que este viernes 28 de octubre, festejarán su ratificación como secretario general de la sección 1″Limpia y transportes”.
Las concentraciones han llamado la atención, porque hacía años que en la ciudad no se veían movilizaciones tan numerosas, pese a que Alonso Ortiz, es candidato único, luego que su oponente, Julio Miranda, no logró reunir las casi tres mil firmas de apoyo que requería para competir por la sección más numerosa del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México (SUTGCDMX).
Interesante resulta que esas concentraciones -sólo en la Alcaldía de Iztapalapa se reunieron unos ocho mil trabajadores-, se han llevado a cabo sin afectar el tránsito de la ciudadanía, pues se han efectuado en los campamentos de limpia y transportes en las 16 alcaldías.
El candidato a encabezar los intereses laborales de unos 14 mil 500 trabajadores del área de limpia de la CDMX, es un rara avis en el sindicalismo mexicano: de orígenes humildes -fue peón y barrendero en calles de la Alcaldía Coyoacán, donde está adscrita su plaza-, todos los días se levanta a las cuatro de la mañana para una hora más tarde encabezar reuniones con sus compañeros en alguno de los campamentos.
En 1983 ingresó a trabajar al gobierno de la ciudad -estuvo un año como voluntario-, después de la drástica disminución en la venta en un establecimiento de caldos de pollo -propiedad de su padrino- en La Merced, consecuencia de la apertura de la Central de Abastos, su papá lo ingresó al Gobierno del Distrito Federal.
La madre de Alonso Ortiz fue víctima de una embolia. Al ser el mayor de los hijos, debió olvidar para siempre su aspiración de convertirse en arquitecto. Entre sus nuevas obligaciones, además de lavar y poner a cocer las gallinas, hacer sopes, picar cebolla y meserear, a las cuatro de la mañana debía abrir el establecimiento. Tenía entre 14 y 15 años.
La venta de caldos -negocio que todavía ofrece servicio- era exitoso: se consumían unas 100 gallinas diariamente, y los sábados entre 120 y 130.
La falta de visión en los negocios del padrino, le impidió comprar una bodega en la naciente Central de Abastos. La Merced, argumentaba, nunca se va a acabar. Sin embargo, la disminución en la venta fue tan drástica que el consumo se redujo a unas 10 gallinas al día. El sueldo del futuro dirigente de los trabajadores de limpia del país, era de 10 pesos por jornada.
En el área de limpia y transportes de la Alcaldía Coyoacán fue peón con Ángel Aguilar Romero “El monín” -en la concentración que este lunes realizaron en el campamento “Alencastre” en la Alcaldía Miguel Hidalgo, estuvo para brindarle su apoyo-. Cuando los choferes no lo escogían, salía con su carrito a barrer calles.
Como todos los barrenderos, llevaba un trapito amarrado al carrito con el que limpiaba la fruta en buenas condiciones que desechaban en los mercados.
Los peones fueron enviados a campamentos al ser implementado un programa de descentralización. Alonso Ortiz quedó en el Azteca.
El primer contacto con el sindicalismo lo tuvo con Arturo García, debido a que no lo dejaban ser relevo, pues eran necesarios contactos.
El 16 de agosto de 1989, Alonso Ortiz fue basificado. El secretario general de la sección era Pedro López Miranda. Dos años después, en la gestión de Raúl Quintana Bautista, se incorporó en la actividad sindical. Su primera misión fue acarrear banderas y mantas para las concentraciones de los trabajadores.
Dos décadas después, fue postulado al liderazgo de la sección más numerosa del sindicato más importante de la ciudad. El secretario general, Horacio Santiago, buscaba ser reelecto.
El color amarillo de la planilla fue reclamado por sus contendientes. Optó por el azul, porque, dijo en la concentración en el campamento “Alencastre” de la alcaldía Miguel Hidalgo el lunes 24, le va al Cruz Azul aunque pierda. “Nadie es perfecto”, justificó.
En su gestión, logró la estabilidad de 10 mil trabajadores de nómina 8, dos niveles escalafonarios a los trabajadores de más antigüedad, aumento a 10 mil pesos por 25 años de servicio y el pago de una canasta básica mensual.
En el Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México (SUTGCDMX), dos grupos concentran a la mayoría de las 40 secciones. Alonso Ortiz es el líder indiscutible del más numeroso de trabajadores, en el que participan tres de las cuatro seccionales más grandes -la1 “Limpia y transportes”, 6 “Bosques y jardines” y 12 “Servicios médicos”, entre otras-.
Pese a la influencia que ha alcanzado en los últimos años, no ha modificado ni un milímetro su forma de vestir ni de vivir: siempre va de mezclilla con una sudadera, y reside en la misma casa que habita desde hace años.
Después de la concentración en la alcaldía Miguel Hidalgo -a la que acudieron trabajadores de varias demarcaciones-, desayunó con un buen número de ellos: carnitas, pan y café negro. Como en los inicios del histórico sindicalismo mexicano, decisivo en la construcción de instituciones como el IMSS, ISSSTE, INFONAVIT, entre otras.
El liderazgo que construye Alonso Ortiz parece llamado a refrescar un sindicalismo que desde mediados de la década de los noventa del siglo pasado emprendió un debilitamiento que parecía interminable.
Hasta ahora, por lo menos en la Ciudad de México, ningún dirigente ha dado muestra de la capacidad de movilización que los trabajadores de limpia y transportes han desarrollado los últimos días.
La mañana de este martes 25, Alonso Ortiz estuvo en Venustiano Carranza y por la tarde en Iztacalco.
Este viernes, en una asamblea, el candidato a la secretaría general de la más importante sección del más numeroso sindicato del Gobierno de la Ciudad de México, será ratificado, al ser candidato único, en el liderazgo de los barrenderos de la ciudad.
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