Uno de los pilares esenciales del liberalismo es que el poder político cuente con límites. Para limitarlo se requiere de contrapesos en la división de poderes y que los mismos se mantengan debidamente acotados. A falta de este equilibrio suelen prevalecer el autoritarismo y disolverse las democracias.

Actualmente en México el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, cuenta con poderío absoluto. A causa de este dominio y su ambición, su forma de hacer gobierno ha sido mediante la centralización del poder y el desprecio al federalismo. Asimismo, pareciera ser que el objetivo final de la presidencia es el desmantelamiento sistemático de las instituciones.

Dicho lo anterior, resulta urgente se desconcentre el poder del Ejecutivo federal para evitar que la democracia en México sea arrasada por la ola conservadora, demagógica, reaccionaria y populista del oficialismo.

La respuesta de la ciudadanía frente al inminente riesgo de que se instaure un remedo de dictadura selvática y totalitaria debe ser la participación electoral.

La elección más grande de la historia

El 6 de junio se celebrarán las elecciones federales intermedias más amplias y complejas en la historia de México. Se elegirán a quinientos diputados en los treinta y dos estados de la República; se disputarán quince gubernaturas; habrá elecciones para diputados locales en diversas entidades federativas; en la Ciudad de México se celebrarán elecciones para las dieciséis alcaldías que conforman la capital del país; y un sinfín de cargos más serán electos en toda la nación.

Las columnas más leídas de hoy

Esta coyuntura se da en un contexto de polarización social sin precedentes. Ésta se refleja políticamente en los dos bloques que se enfrentarán en el proceso electoral antes mencionado: la coalición opositora, “Va Por México”, conformada por los partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática y el Revolucionario Institucional; y la coalición oficialista, integrada por el partido en el poder, Movimiento Regeneración Nacional y sus aliados.

Esta dicotomía electoral es fruto del discurso polarizante de Andrés Manuel López Obrador. Dueño de la narrativa nacional, el tabasqueño se ha encargado de dividir a los mexicanos bajo un mensaje cargado de la falacia de falso dilema en el sentido de que se está con su proyecto o se está en su contra. Por otro lado, AMLO ha convencido a millones de que en México no hay pluralidad; que la sociedad se conforma por el pueblo bueno y las élites macabras. Esa visión binaria y propagada ha permitido que los principales partidos políticos se alíen en contra del nuevo presidencialismo imperial.

Polarización

La polarización se antoja peligrosa; ha envenenado el ambiente en nuestro país. Por eso urge se le combata con un mensaje conciliador.

Así las cosas, es importante que la oposición prospere este 6 de junio. Solamente un Congreso que funja como contrapeso frente a AMLO y sus aspiraciones dictatoriales podrá evitar que se termine por demoler nuestra democracia e instituciones.

“Va Por México”

La coalición “Va Por México” se encargará de defender los principios democráticos y liberales que hoy en día están en peligro.

Votar por la oposición no es apelar a un pasado mejor ni significa la reconciliación incondicionada con el sistema de partidos en este país. El sufragio por la oposición no supone un cheque en blanco. Al contrario, simboliza el encargo prioritario para salvaguardar nuestra democracia y libertad.

Una vez que se logre el equilibrio, se les exigirán resultados. Esto sería un acto ulterior y secundario. Insisto, lo principal es vencer al oficialismo.

Lo siguiente es reclamar a los partidos opositores que la coalición electoral devenga legislativa, que ya se pactó; y por último, apoyarlos para sacar al lopezobradorismo del poder.

La última vez que dichos partidos se aliaron se hicieron posibles las reformas estructurales que México necesitaba. Aunque perfectibles, mucho mejores a las contrarreformas a las mismas que ha realizado MORENA. No se le dio tiempo a estas reformas de perfeccionarse. Simplemente fueron destruidas, como todo lo que le representa a nuestro país un beneficio.

Frenemos la destrucción.

Votemos por las y los candidatos de “Va Por México”.