En columnas anteriores, había escrito que desde que entró Claudia Sheinbaum como presidenta, parece que no pasa nada, aunque sí pasen muchas cosas todos los días.
Y es que las mañaneras no tienen nada de atractivo para verlas. La verdad de las cosas es que López Obrador es un mago y un genio en la oratoria. Sabe cómo atraer las miradas y la atención. Aunque no diga nada y solo manotee, su personalidad siempre fue fuerte y uno para bien o para mal terminaba viéndolo y escuchándolo.
Difícil que Claudia Sheinbaum alcance el nivel de popularidad del expresidente. No es que ella esté bien o mal, sino que ella es así.
López Obrador junto con su escudero amigo Jesús Ramírez Cuevas agotaron todos los recursos para hacer atractiva la mañanera. Hubo grupos musicales, poemas, escenas de bloopers de la oposición, bailables, chistes, Lord Molécula y compañía, así como muchas cosas más.
Así que ahora la presidenta se enfrentó a una mañanera en donde no hay o no han encontrado algo que la haga atractiva.
Bueno, hasta Liz Vilchis con su gustada sección “Quién es Quién en la mentiras” tuvo éxito.
Y me podrán decir: “Pero la idea de la mañanera es informar, no entretener”. Sí, pero la gente está harta de no entender, o del discurso ególatra de los políticos, la gente quiere entretenerse, reír... divertirse. Ya bastante dura es la vida como para poner la atención en cosas “serias”.
Este fenómeno se repetirá en el noticiero de Ciro Gómez Leyva, a quien pensé que no volvería a escuchar en el radio con la triste noticia de que se iría a Madrid a vivir, pero bueno desde allí transmite.
Nada relevante pasaba en el noticiero del famoso Ciro, pero los agarrones que se daba con Epigmenio Ibarra, nos ponía a todos al borde de la butaca, expectantes por tal pleito, como en el Coliseo Romano.
La verdad que era entretenido pero corrieron a Germán Martínez aunque él diga que se salió del noticiero por decisión propia, y así fueron saliendo varios de los invitados, pero don Epigmenio inamovible e intocable ahí seguía.
Pero el costo de seguirlo teniendo ahí iba a ser alto para Grupo Radio Fórmula, así que sale también y con ello Ciro Gómez se diluye, se desdibuja, “pierde chiste”. Entonces no habrá entretenimiento.
Porque sí hay genios de la comunicación que informan entreteniendo.
Pero no vale que una persona se pare frente a una cámara leyendo un teleprómter y así dando noticias.
Se necesita algo más, algo que el equipo de la presidenta tendrá que idear, buscar, porque para saber un poco más, hay que reír también, y también ser sensible y transmitir esa sensibilidad, algo que conecte con la gente.
Ya viene Navidad y la gente estará distraída entre lo material y lo espiritual.
Hacer política se trata de reinventarse. Es momento de que los comunicadores junto con la presidenta Sheinbaum ideen fórmulas nuevas para comunicar.
Será interesante ver esa transición.
Es cuanto.