Si usted conoce el puerto jarocho, la mancha urbana, las viviendas de interés social, el verdadero Veracruz, pues, no la zona turística, sabrá que la construcción de unidades habitacionales está imparable. Y hay motivo para ello, claro que sí. La ciudad ha crecido en forma exponencial y la necesidad de vivienda es un problema real.
La parte industrial, desde Tejería y su entronque hacia el norte que va hacia Río Medio, está invadida de maquinaria de construcción, pero ahí precisamente ocurre algo más.
En días pasados se supo del hallazgo de piezas arqueológicas, como un dios narigón de más de 1000 años de antigüedad que fue encontrado por don Florentino Vela, vecino del lugar, mientras hacía ejercicios matinales.
Cuando llegó a su casa, su sobrino entendió que se trataba de una figura importante, por lo que regresaron a la zona para verificar si había más vestigios.
Los hombres trataron de comunicarse con el INAH sin resultados, hasta que una televisora local hizo un llamado a las autoridades del instituto y uno de sus investigadores, de nombre Luis Heredia Barrera, confirmó que los vestigios encontrados corresponden al periodo clásico tardío y que tienen más de 1000 años de antigüedad.
Por supuesto que sí hay una o varias figuritas, que según dijo el investigador eran utilizadas como ofrendas, deben existir muchas más.
Lo grave, muy grave, es que la zona está siendo totalmente destruida por la maquinaria de las constructoras que, viendo solo su interés, están haciendo caso omiso del importante legado cultural que se tiene en ese lugar.
Y no tienen la culpa.
Es al INAH a quien corresponde investigar a fondo y, de ser necesario, darse a la tarea de rescatar el centro ceremonial que con seguridad existe ahí, sepultado por los años y a punto de desaparecer.
Como habitante de esta hermosa ciudad hago un llamado a las autoridades correspondientes para que no perdamos ese patrimonio cultural, pues más allá del negocio que representa para los dueños de las constructoras, los jarochos merecemos que esa zona arqueológica se rescate, amén del atractivo turístico que esto representaría para el puerto más importante del país.