Hace un par de días Lourdes Mendoza, quien escribe para El Financiero, soltó un bulo por medio de dos fotografías; su idea consistía en crear una narrativa falsa sobre los peligros de la seguridad aérea del nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), declarando que el lunes 20 de mayo se habían “cancelado vuelos” por el incidente de un avión, donde hubo “heridos”.

Con esa escueta información quiso hacer ver que el AIFA está mal, y es un peligro para los usuarios. ¿Qué mostraba en esas fotografías? La primera foto era una pantalla del AIFA donde había tres vuelos demorados, pero no había ninguna cancelación como ella escribió en su posteo. Y la otra imagen era una ambulancia; sí, de esas que siempre deben estar en las terminales aeroportuarias, por cualquier cosa.

Lo que sí sucedió fue un incidente con un avión de Aeroméxico, que había salido del Aeropuerto de Tijuana y tuvo que aterrizar de emergencia en Hermosillo, ¿la razón? Porque uno de los pilotos quedó incapacitado para volar en pleno vuelo, de acuerdo con lo que pudimos escuchar de los audios de la torre de control del Aeropuerto de Hermosillo.

Justamente la semana pasada abordé y critiqué que la industria esté trabajando para que solamente vuele un piloto en la cabina, pero incidentes como este son los que refuerzan más la idea de que esa iniciativa es errónea; querer ahorrarse el salario de un piloto, y dejar que la inteligencia artificial quede al mando de la aeronave es una muy mala idea.

Como pudimos ver este avión pudo aterrizar de emergencia, gracias a que el otro piloto quedó completamente al mando, y por supuesto, eso se traduce en salvar vidas, pues no hubo más incidente que el piloto incapacitado.

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En todo el mundo se dan incidentes; y siempre se procura reducir al máximo el riesgo, para que ese “incidente” no derive en un accidente. Miles de aviones surcan diariamente los cielos, por lo que no es nada extraño que se presenten distintos incidentes.

Estos pueden darse en tierra o en el aire, y las causas son muy diversas. Hablar de seguridad aérea es un tema serio que se debe abordar con responsabilidad, y no andar frivolizando con imágenes e información falsa, como lo hizo Lourdes Mendoza.

Nosotros decimos que en la aviación “estornudas en Buenos Aires y te dicen salud en México”. Cualquier incidente real que pase, en poco tiempo te enteras, como el incidente del vuelo de Aeroméxico, que en la plataforma de TikTok se puede escuchar la conversación entre ese vuelo y la torre de control.

Aunque también se puede ver en el portal de FlightRadar24 el desvío del vuelo de Aeroméxico rumbo al Aeropuerto de Hermosillo. Esto es, tenemos varias herramientas a nuestra disposición para saber si hubo algún incidente.

Hablemos de “otro incidente”, este muy grave de un vuelo de Singapore Airlines, una de las aerolíneas mejor ranqueadas a nivel mundial. El avión iba rumbo a Londres, cuando sufrió lo que conocemos en la aviación como “turbulencia en aire claro”, que dejó el saldo de más de 30 heridos y un muerto.

Procedente del Aeropuerto de Bangkok, un avión Boeing 777-300ER que iba rumbo a Londres con 211 pasajeros a bordo, experimentó una turbulencia en aire claro. Este tipo de turbulencias, lamentablemente, cada vez serán más frecuentes, derivadas del cambio climático.

A diferencia de las turbulencias “normales”, que se pueden monitorear en el radar del avión, el peligro de las que son “en aire claro”, es que no hay manera de detectarlas, y ocurren de sopetón y porrazo.

Por ello es muy importante que siempre, como pasajero (y lo remarco: ¡siempre!) debemos llevar puesto el cinturón de seguridad, ya que en estos casos puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

Durante mis años volando me tocaron varias turbulencias severas; la más fuerte ocurrió cuando estábamos a punto de iniciar el descenso al Aeropuerto de Zacatecas; recuerdo que estábamos en el galley trasero con los compañeros, empezando a guardar los carros de servicio, cuando de pronto y sin avisar nos elevamos por los aires.

Como pudimos nos sujetamos: un compañero logró sentarse y agarrarse al cinturón de seguridad; otra compañera se aferró a la barra del galley, mientras la de la voz se había “pepenado” de la puerta del equipo A320 en el que íbamos,

Mientras esto pasaba, los carros de servicio salieron volando con todo lo que teníamos arriba: botellas de licor, refrescos, jugos, hielo, etc. Y desde la cabina de pilotos solamente escuchamos “sobrecargos a sus estaciones, estamos atravesando por una zona de turbulencia, por favor de permanecer sentados con su cinturón de seguridad abrochados”.

Esta turbulencia nos impidió sentarnos; fue la única vez que aterricé parada, aferrada a la puerta R2, con un miedo terrible a que los carros de servicio -que estaban patas pa´ arriba- salieran disparados como proyectiles contra nosotros, al igual que los vidrios esparcidos por el piso del galley.

Entiendo perfectamente por lo que tuvieron que pasar los pasajeros y tripulantes del vuelo de Singapore Airlines. Las imágenes que he podido ver del incidente son terribles, pues los plafones se vinieron abajo, y se ven regados por todo el piso botellas, comida, y una sobrecargo con la nariz ensangrentada.

El grave problema de las turbulencias en aire claro es que los objetos, tanto lo que se lleva arriba en el carro de servicio, como las maletas de los pasajeros, se vuelven proyectiles que pueden incluso quitarte la vida, porque salen “disparados”. De hecho, en este vuelo varios de los pasajeros están heridos de gravedad porque no traían puesto el cinturón de seguridad, y terminaron rompiendo con sus cabezas los compartimentos superiores de equipaje.

Insisto, este tipo de turbulencias en aire claro serán cada vez más frecuentes, por lo que es importante combatir -desde la industria aérea- el cambio climático. Por eso se ha trazado ya una ruta de descarbonización para el 2050.

Ya sea a través de combustible como el SAF (combustible sostenible por sus siglas en inglés), o por hidrógeno, o cualquier otro que reduzca las emisiones de CO2 a la atmósfera.

Por lo pronto les recomiendo que cuando viajen en avión, siempre sigan las indicaciones de los sobrecargos, y atender de manera puntual los avisos de cabina de pilotos. Más vale tener puesto siempre el cinturón de seguridad, y en la medida de lo posible, tratar de no estar parado o caminando en los pasillos de la aeronave.