CONDENANDO LÍNEAS

Cuando el VAR nació, lo hizo con la simple idea de poder volver más justo al futbol y no para marcar cada situación que se diera en el terreno de juego, algo que en este momento parecería no ser de esta manera.

De a poco, se ha convertido en el peor enemigo de los silbantes, quienes ya no se atreven a señalar nada, y esto en gran parte, a que ya no solo se encuentran bajo la lupa de las cámaras de televisión, sino que ahora también están bajo la mirada de los exárbitros que en cada jugada los están juzgando por lo que marcan o dejan de marcar desde el VAR.

Hoy está lejos de ser un apoyo real para los silbantes, y cada jornada que pasa siembra más dudas. Ahora en el inicio del campeonato, ya comenzaron con decisiones que no terminan por dejar claro cuál será el procedimiento a lo largo de la campaña, porque de una jornada a otra, la misma jugada la califican de manera distinta, y lo peor de todo, es que ya no solo son las malas decisiones de los jueces las que ponen en riesgo un resultado, ahora también las que tomen los personajes que aparecen en el VAR al sentirse los todopoderosos que con esto, lo único que han logrado, es seguir afectando a la mayoría de los clubes con este tipo de acciones, además de quitarle protagonismo a los silbantes, algo que no se ve como pueda revertirse en un corto plazo.

Lo que necesitamos es que la gente que se encarga de programar a la gente que dirige en cancha y en el VAR, le ponga un poquito de cerebro para evitar que la falta de carácter de algunos de ellos, los lleve a obedecer cualquier tontería que alguien en la diadema les ordene y que una jugada bien calificada de inicio no termine siendo cambiada por capricho o por soberbia de algunos.

Estamos en el arranque del campeonato y ojalá con los cambios que se han venido dando en la dirección del arbitraje, las cosas cambien para bien, y que los silbantes entiendan de una vez por todas, que en la cancha no tienen que ser los protagonistas, algo que para muchos de ellos parece no estar muy claro al tomar actitudes de divas o de estrellas cuando están muy lejos de poderlo ser.