Francisco Hernández Becerra, encargado de tarjetas de salud en la Cofepris por Miguel Alejandro Pino Murillo, dejó desde el viernes el cargo de titular de la dependencia en Quintana Roo, tras el escándalo denunciado en este espacio de la falsificación de tarjetas de salud.
Y aunque el ahora exfuncionario alegó que su remoción es por motivos de salud, la realidad es que salió de su encomienda en Quintana Roo por la investigación e implicaciones legales que enfrentará ante la falsificación de tarjetas de salud en la entidad, que dejaron ganancias estimadas por las autoridades federales en más de 70 millones de pesos.
Fuentes cercanas a la investigación señalaron que Francisco Hernández Becerra es el operador y cómplice de Pino Murillo en la mafia que operaba la venta de credenciales de salud a los trabajadores de los hoteles, restaurantes y demás negocios en Quintana Roo, principalmente en Cancún, Puerto Morelos, Bacalar y Playa del Carmen.
La investigación federal ya no solo la sigue la Auditoría Superior de la Federación, sino que ya tiene consecuencias legales que ha alcanzado investigaciones en la Fiscalía General de Justicia del Estado de Quintana Roo e incluso en la Fiscalía General de la República, ya que las autoridades señalan que la falsificación de documentos en un delito federal que se paga con cárcel, y que siendo cometido por funcionarios públicos. alcanza penas más altas.
Las investigaciones realizadas por este medio, de este medio, descubrieron como Hernández Becerra, el cómplice y operador de Pino Murillo, elevó súbitamente su nivel de vida, aprovechando el cargo como encargado de la expedición de tarjetas de salud, logrando ganancias millonarias, mismas que compartía con Pino Murillo.
Pero además del dinero que los propios trabajadores de la Cofperis comentan que entregaba semana a semana a Pino Murillo, ya es muy conocido el ostentoso estilo de vida de Francisco Hernández en las zonas hoteleras de Cancún y Playa del Carmen, en los que Hernández Becerra ya es considerado como cliente frecuente de esos antros de moda, que visitaba cada semana en compañía de grupos de amigos y amigas, con quienes gastaba miles de pesos en cada fiesta.
El dispendio de Paco, como es conocido el operador de la falsificación de tarjetas, ha sido tal que en sus fiestas exóticas ha sido captado por sus propios “amigos” bebiendo champagne y diversas bebidas de altos precios, incluso en los zapatos de las mujeres y hombres que lo acompañan.
Videos en poder de este medio revelan ese caro y exhibicionista estilo de vida, todo gracias a las ganancias obtenidas a través de la venta de tarjetas.
Ese fraude con las tarjetas falsas le permitió comprar en pocos meses uno (aunque se rumora que son tres) lujosos departamentos en el complejo denominado Dream Lagoons, en Cancún, que están valuados en al menos 2 millones de pesos cada uno.
Con todos estos indicios, las autoridades federales están intentando realizar de manera expedita no solo la investigación contra Pino Murillo, quien ha reconocido la mafia que operaba al interior de Cofepris, sino un expediente que se integrará en las fiscalías de Quintana Roo y la FGR y en los cuales estará incluido el nombre de Francisco Hernández Becerra.
Cuentan que el único impedimento que existe, y que ha frenado la investigación en Quintana Roo, es que la mafia de la corrupción de las tarjetas alcanzaría, incluso, a manchar el muy trabajo de Alejandra Aguirre Crespo, una de las más eficientes funcionarias del gobierno actual. Y ello pondría poner en riesgo la imagen del eficiente manejo de la pandemia por las autoridades estatales que encabeza Carlos Joaquín González.