En Ciudad Juárez, Chihuahua, padres y madres de familia están viviendo el peor de los infiernos: en al menos cinco estancias infantiles existen casos de abuso sexual contra menores.
Las cifras dan escalofríos. Según la titular de la Fiscalía de la Mujer de ese estado se han realizado más de doscientas valoraciones médicas y psicológicas y se han abierto 71 carpetas de investigación por delitos sexuales en contra de infantes, que deberían estar bajo el cuidado de mujeres capacitadas, pero que al parecer abusaban de ellos. Las autoridades chihuahuenses dieron a conocer que las violaciones a las criaturas, cuyas edades oscilan entre uno y cuatro años, fueron cometidas en un periodo de 24 meses y aunque las primeras denuncias surgieron entre enero y febrero de 2024 apenas están saliendo a la luz.
El caso que destapó esta cloaca fue el de la guardería Mi Mundo de Colores, donde al menos treinta menores han sido confirmados como víctimas.
Una mujer de nombre Rosa está detenida acusada de abusar de una pequeña de tres años. Otra empleada está prófuga, luego de que el pasado 13 de marzo se le dictó orden de aprehensión.
Ante la tragedia Ciudad Juárez vive otra crisis: hay cinco estancias infantiles cerradas y novecientos niños y niñas sin atención. Los padres y las madres están esperando la reapertura de estos centros; otros más decidieron aceptar la reubicación. ¿Quién cuida de estas infancias mientras sus padres deben ir a trabajar?
En México tenemos desde hace diez años la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, con la cual nuestras infancias son reconocidas como sujetos de derechos que necesitan una protección reforzada.
También existe el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), operado desde la Secretaría de Gobernación para coordinar políticas públicas y acciones permanentes en beneficio de los y las menores.
Y no olvidemos la Ley Cinco de Junio, surgida a raíz de la tragedia ocurrida en la Guardería ABC en Sonora en 2009, que pretende garantizar que las estancias infantiles a nivel federal cuenten con instalaciones adecuadas para prevenir incendios u otras desgracias.
Cualquier marco legal es insuficiente si nuestros pequeños y pequeñas están en manos de delincuentes, que les roban la inocencia y les destrozan la vida, tanto a ellos como a sus familias.
Aunque la presidenta Sheinbaum en enero pasado dijo que construiría doce espacios de cuidados infantiles en Ciudad Juárez para apoyar a las madres trabajadoras, principalmente maquiladoras, parece que nuestros niños y niñas no están siendo prioridad, al menos en esa ciudad fronteriza, donde existen 120 mil 500 mujeres trabajadoras y más de 18 mil 600 menores de 4 años que necesitan un lugar para estar seguros (“no guardados”, como dijo Sheinbaum), bien atendidos, cuidados, respetados y amados.
No sé cuál vaya a ser el desenlace de lo que está pasando en Chihuahua pero el daño, no menor, ya está hecho.
Un niño o una niña abusada sexualmente a temprana edad tendrá secuelas de por vida y algo hay hacer a la de ya para evitar que alguien les siga robando la inocencia dentro y fuera del hogar.
Atención legisladores y autoridades. Hay temas que tienen carácter de urgente y este es uno de ellos.