La crisis del agua de Nuevo León es mucho más grave de lo que se imagina la gente de otros estados de México.

Hay un culpable principal de no haber hecho nada para enfrentar a tiempo la terrible situación. Se llama Armando Garza Sada, preside el Grupo Alfa, es un hombre inteligente y preparado —estudió en el prestigiada universidad llamada Instituto de Tecnología de Massachusetts—, posee muchas otras virtudes y dos defectos que menciono: (i) la ambición lo rebasa y (ii) piensa que por haber aprendido matemáticas avanzadas en esa universidad, quizá la mejor del mundo, sus cálculos son infalibles.

Hace más de 10 años se encontró una solución estructural para resolver el problema del agua en Monterrey: llevarla a esta ciudad desde el río Pánuco.

Después de muchos estudios serios, ese proyecto se aprobó en 2011. Así las cosas, se iban a iniciar las obras durante el gobierno de Rodrigo Medina… pero nunca iniciaron.

Aunque el hubiera no existe, debe destacarse que si hubieran arrancado tales trabajos de infraestructura —para los que había financiamiento— ahora no estaría Monterrey sufriendo la peor crisis.

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¿Por qué nunca comenzó la obra para llevar el agua del río Pánuco a Monterrey? Porque estorbaba a un plan de negocios de Armando Garza Sada, presidente del Grupo Alfa.

Los cálculos de don Armando eran perfectos… para un examen del Instituto de Tecnología de Massachusetts, pero no para la realidad sociopolítica de la Sultana del Norte.

La empresa que encabeza Garza Sada se había aventurado ya en la experiencia del fracking; lo hizo Alfa en sociedad con una compañía de Estados Unidos, Pioneer.

Por ese motivo Alfa y Pioneer tenían expectativas de que, con la reforma energética de Luis Videgaray y Enrique Peña Nieto, iban a poder iniciar en el norte de México la exploración y explotación de gas natural a través del famoso fracking, que consiste en la fragmentación de roca con la inyección a presión de agua, de mucha agua, de muchísima agua, de un chingo de agua.

Como el fracking requiere enormes cantidades de agua, Alfa y Pioneer iban a tener que cavar no pocos pozos profundos, de tal manera de encontrar nuevas reservas del líquido.

¿Cuál era el negocio además de sacar el gas y comercializarlo? ¡¡¡El de vender el agua residual de sus pozos profundos al gobierno de Nuevo León!!!

Por esa razón, para obtener una doble ganancia —ganar con el gas y también con el agua— no tenía Armando Garza Sada ningún interés en que avanzara el acueducto del Pánuco a Monterrey.

Influyente, Garza Sada se movió y operó para convencer a actores clave de la política y los medios de Nuevo Léon de que se abandonara el proyecto del agua del río Pánuco.

1.- Rodrigo Medina. El más corrupto gobernador de la historia se mostró muy lento e ineficaz. No empujó lo suficiente. Se distrajo con otros proyectos. En suma, no se puso las pilas para avanzarlo con rapidez. Primer round para Armando Garza Sada.

2.- Fernando Elizondo Barragán. El gobernador que trabajó para las empresas de la familia de don Armando. El licenciado Elizondo, destacadísimo como abogado, por haberse metido a la política sin contar con verdadera vocación, ha sido uno de los personajes que más daño ha causado a Nuevo León, tanto como gobernador sustituto, como frustrado aspirante a gobernador, como asesor del Bronco y también como asesor de Samuel. En la edición de este lunes 27 de junio del diario Milenio, destaca una nota que narra lo irresponsable que fue Elizondo al oponerse fuertemente al proyecto Monterrey VI para traer agua del Pánuco. Según Fernando, él recibía ¡¡¡mensajes divinos!!! para demostrar que Nuevo Leon no necesitaba más agua. Así de ridículo. Segundo Round para Armando Garza Sada.

3.- Jaime El Bronco Rodríguez Calderón. El más frívolo gobernador de la historia de plano detuvo el proyecto, no hizo nada, puso gente corrupta en los Servicios de Agua y Drenaje y es, entre los políticos, el mayor responsable de la crisis que hoy amenaza a Nuevo León. Tercer Round para Armando Garza Sada.

4.- Samuel García. El gobernador menos preparado para el cargo, ahora nomás no puede con la crisis, pero antes, como diputado local, se opuso al proyecto del acueducto del Pánuco a Monterrey. Cuarto Round para Armando Garza Sada.

5.- EPN y la 4T. Como en Monterrey la gente política y económicamente más relevante no hacía nada por la mencionada obra, entonces ni el gobierno de Peña ni el gobierno de la 4T empujaron adecuadamente el gran proyecto para tender el acueducto del Pánuco a Monterrey. Lo vieron desde diversas perspectivas (desde la posibilidad de robarse dinero hasta la irresponsable ignorancia técnica), y no hicieron nada. Quinto Round para Armando Garza Sada.

6.-El Norte. En Monterrey la opinión pública hace lo que le dicta el periódico que es el hermano mayor de Reforma, de la Ciudad de México. En El Norte tiene una gran influencia Fernando Elizondo, operador del Grupo Alfa; entonces, al diario de la familia Junco no le interesó darle seguimiento al proyecto del Pánuco. Los otros medios de comunicación, imitadores, tampoco se metieron fuertemente al asunto, y por lo tanto no presionaron para que la obra se llevara a cabo. Sexto Round para Armando Garza Sada.

7.- Los partidos. Los institutos políticos locales tampoco hicieron nada: no querían no molestar al Grupo Alfa, a El Norte y a políticos con poder como Rodrigo Medina, Jaime El Bronco Rodríguez, Fernando Elizondo y Samuel García. Séptimo Round para Armando Garza Sada.

Ahora, sin paralizar empresas —habría desempleo y no se resolvería el problema del agua—, los gobiernos federal y local deben adoptar una serie de medidas, a manera de plan de emergencia. La responsabilidad es del gobernador García, pero dado que este es tan incompetente, debe involucrarse el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Pero poco —inclusive nada— de lo que se haga ahora tendrá efectos positivos en el corto plazo, así que técnicos calificados deben ya trabajar en toda una serie de nuevas políticas públicas para establecer una gobernanza distinta que eficiente la administración de los recursos hídricos de Nuevo León en el mediano y largo plazos.

El hecho es que los regiomontanos estamos como estamos porque le permitimos a un ambicioso empresario como Armando Garza Sada manipular a distintas administraciones públicas locales y a los medios para que se cumpliera su cálculo de comercializar el gas obtenido mediante el fracking y el agua que se utiliza en ese proceso.

Pésimo cálculo hizo el máximo ejecutivo de una de las más grandes empresas de México, el Grupo Alfa: no hubo fracking, por lo tanto no ha comercializado gas, y por lo mismo no cavó pozos y no ha vendido agua a Nuevo León.

Lo que sí logró Garza Sada fue detener hace más de 10 años un proyecto fundamental que habría resuelto el problema del agua en Monterrey.

Claro está, a don Armando Garza Sada la crisis del agua le debe tener sin cuidado: su residencia debe estar equipada con los más avanzados sistemas para almacenar el líquido, de tal modo de que no le falte para bañarse, limpiar el excusado, llenar la alberca y hacer hielitos para sus whiskys de cada noche, tan necesarios después del estrés de dirigir una compañía con tantas ventas, tantos empleados y tantas utilidades.

¿Que no hay agua en la ciudad? Pues que se preocupen las personas del sur de Monterrey, de Guadalupe, de San Nicolás, de Apocada. Peo que a don Armando,no lo molesten: él perdió dinero intentando llevar agua a Nuevo León de los pozos profundos que iba a escarbar para el fracking que pudo haber sido y por culpa de AMLO no fue.