El presidente de la República dio su informe mensual sobre seguridad y como es su costumbre, lo llenó de optimismo y falsas expectativas. En campaña y ya como presidente, AMLO prometió resultados en seis meses, pero, a tres años y dos meses de su gobierno, ya se puede afirmar que es un fracaso.

El 22 de abril de 2019, después de que una masacre en Veracruz dejara al menos 13 muertos, AMLO se comprometió a que, gracias a la implementación de los programas sociales de su gobierno, en seis meses habría resultados en seguridad.

Afirmó que con el apoyo a los jóvenes se lograría “dejar sin bases a las bandas de delincuentes” pues el crimen organizado ya no podría “engancharlos”.

Sin avances y la manipulación

Este lunes, al presentar una gráfica, explicó que se contuvo el índice de homicidios dolosos para prácticamente estar al nivel que dejaron sus antecesores, es decir, en los tres años de su gobierno no se ha logrado ningún avance y, al hablar del promedio de homicidios diarios, omitió poner una gráfica comparativa con respecto a sus antecesores.

Se refirió solamente a cómo van desde 2019: mes de enero de 2019, 93; promedio diario (33,945), enero de 2020, 97, promedio diario (35,405) y 91 en enero del 21, (33,215), es decir, de acuerdo con sus propias cifras, en tres años su gobierno acumuló 102,565 homicidios dolosos.

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Cabe señalar que, según los datos de la Organización de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, la tasa de homicidios en México es 4.49 veces más alta que el promedio mundial, lo que nos coloca como uno de los países más violentos del mundo.

Si comparamos las cifras que corresponden al mismo periodo de Calderón y de Peña, durante la actual administración prácticamente se duplicaron los homicidios dolosos: 2007 a 2009 se reportaron 39 mil 529 asesinatos y entre 2013 y 2015, 49 mil 276.

Políticas y programas sociales deficientes

Algo está muy mal, sus programas sociales no han frenado el avance de la delincuencia organizada o su estrategia de “abrazos y no balazos” es un verdadero fiasco, pero lo cierto es que la combinación de ambas resulta una verdadera vacilada.

Con la inseguridad desbordándose, cabe preguntar ¿de qué sirve que AMLO presuma que se reúne todas las mañanas con su Gabinete de seguridad y que pase lista en las replicas en los estados si la inseguridad está peor que nunca? ¿Qué hacen en esas reuniones? ¿Definen los temas de las mañaneras? ¿Establecen las estrategias para ver a qué periodista atacar o a qué empresario denostar?

No se ve para cuándo

La realidad es que las cifras de inseguridad ya son preocupantes y los seis meses que prometió ya se convirtieron en años.

Reporteros Sin Fronteras calificó como alarmante la “cifra récord” de periodistas asesinados en lo que va del año en México. Citaron al menos cinco crímenes contra integrantes de medios de comunicación: Heber López, asesinado la semana pasada, fue el quinto periodista muerto desde el inicio de 2022, junto a Alfonso Margarito Martínez Esquivel, José Luis Gamboa Arenas, Roberto Toledo y Lourdes Maldonado.

Además, de acuerdo con la contabilidad del Comité de Protección a Periodistas, entre 2016 a 2021 se registraron 25 asesinatos, con lo que México es el tercer país en el mundo con más periodistas asesinados, sólo superados por Afganistán y Siria.

Al respecto, AMLO responde de la única que sabe y que le sale muy bien, pura retórica demagógica: anunció que aparte del informe mensual sobre la situación de seguridad en el país, cada 15 días informará sobre violaciones a derechos humanos, asesinatos de periodistas, luchadores sociales y feminicidios.

Entonces, ¿podemos, esperar que con el informe que AMLO dé en su mañanera se reduzcan los índices de inseguridad?

Porque mientras hace retórica, las balaceras, masacres y enfrentamientos del crimen organizado se multiplican: en Quintana Roo, balaceras en Tulum, Xcaret y Cancún y en Zacatecas y Veracruz, masacres, enfrentamientos y decenas de víctimas.

Solo en Zacatecas se registra un total de 195 homicidios dolosos (4.2 diarios en promedio). Hace unos días fueron asesinados cuatro jóvenes universitarios presuntamente a manos del crimen organizado y el homicidio de un menor de edad tras una balacera en Fresnillo.

En Michoacán, el número de víctimas de homicidio asciende a 371 (ocho diarios) y la violencia ya generó un problema económico e internacional con el tema del aguacate; en Colima van 47 (en promedio uno al día) y la ola de violencia no ha parado y en días pasados se registraron balaceras e incendios de vehículos y viviendas.

Otro estado en el que se desborda la inseguridad es Sonora, donde, por cierto, gobierna el exsecretario de Seguridad, Alfonso Durazo. El mismo día en que AMLO realizaba una gira por ese estado, en el municipio de Caborca se reportaron varios hechos violentos, con un saldo indeterminado de muertos y dos jóvenes desaparecidos.

En Nayarit, uno de los estados predilectos de AMLO, la violencia no para, hace unos días Sicarios del CJNG difundieron una grabación apoyando a un sujeto apodado el “Chikis” y ese mismo día se desató la violencia al sur de la entidad y en los límites con Jalisco.

Mas allá de discurso, es evidente que el gobierno federal ha sido incapaz de contener la violencia y la inseguridad y que el número de muertos se acumulan, principalmente, en la mayoría de los estados que gobierna Morena.

AMLO reza, predica y habla todas las mañanas fantaseando una realidad mientras el país arde ante aplaudidores que ni a la calle salen por teñir a ser víctimas.