Por El Pordiosero

Pese a la posible comisión de diversos delitos en la elaboración y salida irregular de vacunas aparentemente de factor de transferencia y medicamento para varices en la Productora Nacional de Biológicos Veterinarios (Pronabive) de la Secretaría de Agricultura, se deja ver una corrupción de grandes dimensiones que, funcionarios públicos parecen más empeñados en ocultarla que en perseguir a quienes la cometieron.

El asunto se descubrió el 6 de diciembre, luego que un vigilante devolvió 500 pesos que le habían dado para que en su reporte de incidencias no incluyera que dos trabajadores acomodaban once cajas en el automóvil de uno de ellos, con vacunas para consumo humano que pretendían sacar sin registro.

Pese a la gravedad del hecho, los funcionarios encabezados por el director general de Pronabive, Igor Francisco Romero Sosa, los directores industrial, y de planeación y administración, Magaly Vázquez Ahuatzin y Fidel Benito Rodríguez Otero, y el titular de la Unidad Jurídica, Juan Carlos Oliveros Urbina, en lugar de emprender acciones penales contra los culpables, al parecer sólo levantaron actas administrativas, salvo una carpeta ante la Fiscalía General de la República supuestamente por robo identificada como FED/CDMX/SPE/0006619/2022.

La primera de esas actas administrativas fue realizada el mismo día, luego que el vigilante Juan Ramón Marrufo García, manifestó en su reporte de incidencias, que a las 5:30 de la mañana, ingresó a la empresa Jorge Alejandro Vilchis Gómez y que posteriormente al realizar un rondín descubrió que metía cajas en su automóvil, con la ayuda de Ricardo Yael Islas Romero.

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Vilchis Gómez, de acuerdo con esa acta, tiene en la productora la categoría de técnico especializado con nivel 5, adscrito a la Dirección Industrial con hora de ingreso a las 7:00 de la mañana. Reconoció que pretendía sacar -sin registro- 11 cajas de vacunas, a petición de Filemón Reza Flores, jefe del Departamento de Procesos Finales, para entregarlas en un lugar determinado.

“¿Es la primera vez que Filemón Reza Flores te pide algo así?”, la preguntaron a Vilchis Gómez, quien contesto con un “sí”. Las cajas todavía se encontraban en su automóvil a las dos de la tarde de ese día en que se levantó esa primera acta administrativa.

Manifestó que la petición de sacar las cajas de la empresa pública, se hizo un día antes a través de mensajes de WhatsApp -se anexaron copias de las capturas de pantalla-.

En una segunda acta administrativa levantada el 8 de diciembre, Vilchis Gómez, reconoció, como se descubrió en los mensajes de WhatsApp, que era la segunda ocasión que sacaría vacunas de Pronabive. En esa oportunidad admitió también que un día antes Filemón Reza Flores le había entregado el dinero para que lo diera al vigilante, lo que deja ver contradicciones.

Incluso, admitió que no sólo sacaba el producto, sino que participaba también en su elaboración, envasándolo, liofilizándolo y engargolándolo, lo que realizaba los sábados. En el proceso participaban tanto Filemón Reza Flores, como Ricardo Yael Islas Romero y una persona externa cuyo nombre dijo desconocer.

Reconoció que llegó a descargar la máquina después de la elaboración del producto, y que el producto que elaboraban permanecía en la planta entre dos y tres días.

En la comparecencia de Reza Flores en esa segunda acta, manifestó que en las cajas había dos tipos de producto, el primero de los cuales, definió, es un factor aminoácido con proteína y glicina, mientras que del segundo dijo desconocer su contenido porque “me lo entregan así”.

Agricultura, acta administrativa

“¿Quién te lo entrega?”, le preguntó el titular de la Unidad Jurídica, Juan Carlos Oliveros Urbina. “Me lo entregan diferentes personas”, respondió.

Interrogado quiénes son, dijo: “no sé su nombre, únicamente me contactan por teléfono, me dan un lugar donde me lo entregan y listo”, y luego clarificó que los teléfonos a través de los cuales le daban indicaciones “son de otro lugar”.

La directora industrial de Pronabive -de la que depende el departamento que encabezaba-, Magaly Vázquez Ahuatzin, le pidió repitiera el nombre del producto de las conversaciones por WhatsApp, a lo que respondió: “polidocanol”. Sin embargo, más adelante identificó también que el otro era factor de transferencia.

En otra parte de esa acta, el compareciente sostuvo que sabe que uno de los productos era glicina, porque lo investigó por internet.

Vázquez Ahuatzin dijo que de acuerdo con una búsqueda en internet, el polidocanol es un esclerosante vascular, mientras el factor de transferencia es un inmuno-modulador. “Ambos medicamentos son muy caros”, puntualizó.

Pronabive, como lo indica su nombre, sólo produce vacunas para animales. Sin embargo, las cajas que se pretendían sacar de esa empresa pública contenían aparentemente vacunas para consumo humano. Hasta ahora se desconoce cuántos frascos con producto salieron de esa empresa pública dependiente de la Secretaría de Agricultura y si en su proceso de elaboración se cumplieron con todas y cada una de las normas.

En el primero de los procesos, Reza Flores admitió que él lo desarrolló. Y sostuvo que cuando le entregaron material “se lo di a Jorge” -se supone que Vilchis Gómez- para que lo metiera, aunque no clarificó si al automóvil o a la empresa.

También manifestó que otro trabajador que participó en el proceso de elaboración, fue alguien que identificó solo como “Benja” sin que Vázquez Ahuatzin, ni el director de planeación y administración ni el titular de la unidad jurídica le solicitaran que proporcionará sus apellidos.

Reza Flores dijo que en la última ocasión contó que le fueron entregados 18 mil frascos por las personas que le dieron el material para elaborar en Pronabive. Confesó que él engargoló el producto elaborado en domingo.

A la directora industrial Ahuatzin Vázquez, uno de los representantes sindicales que participaron en las actas, le preguntó si tenía conocimiento de las prácticas que realizaba Filemón Reza Flores “a pesar de qué hay cámaras”, a lo que contestó solamente con un no.

Hasta ahora en Pronabive se desconoce si han sido o no presentadas denuncias penales para encontrar quiénes participaron en el proceso de elaboración de vacunas aparentemente para consumo humano, cuántas dosis se introdujeron al mercado y desde cuándo y ganancias que les generaron.

En caso que no se hayan presentado las denuncias, los funcionarios que tienen responsabilidad de hacerlo, incurrirían a su vez en delitos, incluido eventualmente encubrimiento.

Colaboración especial para SDPnoticias de agendapropia.mx, portal especializado en asuntos sindicales