Ya hemos escuchado -o leído- la postura de los nuevos dueños de ABC Aerolíneas, pronunciada la semana pasada, recién se dio a conocer la declaración de quiebra de la empresa Interjet. Ellos, la familia Del Valle, en todo momento han asegurado que la resolución judicial de quiebra no es impedimento para que la aerolínea vuelva a surcar los cielos a finales de este año.

Quienes hemos pasado por un Concurso Mercantil, sabemos que las declaraciones hechas por Alejandro y Carlos Del Valle son meras fantasías, cuentos que solo existen dentro de sus cabezas, pero muy distantes de la realidad.

La Sección 15 de la CTM que encabeza Francisco Joaquín del Olmo Velázquez ha hecho público un comunicado que contradice por completo lo dicho por la familia Del Valle. Para empezar, informa que la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje ya comenzó el proceso de REMATE. Este punto es importante, porque abre paso a los pagos que se le adeuda, primero a los trabajadores y después (si y solo si alcanza) al resto de acreedores.

También nos dicen que el 13 de este mes tuvieron una reunión entre el Conciliador del Concurso Mercantil, Gerardo Sierra Arrazola, y representantes de la aerolínea Interjet, además del sindicato y posibles interesados en adquirir algunos de los bienes de la compañía aérea. Pero como suele suceder en nuestro país, a pesar de que el Juez Saúl Martínez Lira fue muy claro al momento de no otorgarle una prórroga más a la familia Del Valle, buscaron que fuera por medio del Conciliador.

El sindicato, la Sección 15 de la CTM, denuncia que hay colusión entre Gerardo Sierra (el Conciliador) y la familia Del Valle, pues intentaron suspender el remate que se llevaría a cargo de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje utilizando dos argumentos.

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El primero es muy obvio, en cuanto supieron los Del Valle que el juez no les daría una prórroga, interpusieron un amparo, y mientras no se resuelva, no se puede proceder con el remate. Además, y aquí se devela lo más escabroso, este amparo interpuesto es en contra del avalúo que realizó un perito especialista designado por la JFCA.

Y el segundo movimiento sospechoso es la forma de liquidar: el Conciliador Gerardo Sierra afirma que debe hacerse según las propias reglas del Concurso Mercantil y no bajo la Ley Federal del Trabajo. Evidentemente en esto no estuvo de acuerdo la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, que considera que los trabajadores no están obligados a que sus pagos sean sometidos a las reglas de un Concurso Mercantil, y que el amparo interpuesto por los Del Valle no les impedía seguir con el remate de los bienes.

Los interesados en adquirir algunos de los bienes, acudieron pero no los dejaron pujar por los lotes, sino solo por la totalidad de los bienes. Esto, considera el sindicato, fue una mala jugada en contra de los trabajadores de la empresa, pues dificultará sin duda alguna la venta. Por ello la Sección 15 presentará un recurso de revisión.

La siguiente audiencia para el remate de los bienes está programada para el próximo 31 de mayo. La representación sindical insiste que no hay ningún acuerdo para rescatar a la aerolínea, ni con bancos de inversión y mucho menos de parte de los nuevos dueños, quienes no cuentan con el dinero suficiente para echarla a volar nuevamente.

Lo más grave de este asunto es el nivel de mitomanía que maneja esta familia de empresarios, quienes estuvieron “operando” la línea aérea poco más de una semana, pues adquirieron las acciones el 2 de diciembre de 2020 y el 11 de ese mismo mes dejó de volar porque “se llevaron la sorpresa” de que no había dinero para comprar combustible y que los trabajadores llevaban meses sin cobrar su salario, y sin embargo llegaron incluso a poner de su bolsa, para atender a los pasajeros.

El sindicato afirmó -de manera contundente a través de un comunicado de fecha 16 de abril-, que la supuesta propuesta que los nuevos dueños han presumido en medios y redes sociales, de que a los trabajadores les van a liquidar al 100% el laudo ganado ante la JFCA, es una gran mentira.

La propuesta real que hizo la familia Del Valle para pagar ese 100% no es con dinero constante y sonante, sino que el ofrecimiento es darles el monto de lo que les deben en acciones de la línea aérea, que hoy por hoy, en los hechos, no vale. Una oferta grosera que solo tiene la intención de que los trabajadores pasen de ser considerados los primeros acreedores de la empresa, a ser deudores de otros acreedores, perdiendo con ello sus derechos de cobro.

Sí, son muy listos los Del Valle. Así dejan “ensartados” a los trabajadores con la deuda. ¿De verdad piensan que alguien en este mundo les va a creer? Con esto nos damos cuenta de que la narrativa que han intentado interponer ante la opinión pública de que la familia Del Valle ha estado trabajando en la reestructura, simple y sencillamente no es verdad.

¿Qué más podemos decir, si Morgan Stanley ya salió a desmentir a Alejandro Del Valle?, de pena ajena. Por supuesto que esta historia todavía no termina, y el camino es todavía largo, empedrado y tortuoso, y si lo es para los trabajadores, también para los pasajeros.

Una verdad es que es muy difícil que se logre la venta total de los bienes de Interjet; a menos que lo fraccionen por lotes como pide el sindicato, y que abran -en un momento dado- el remate de los bienes al público general y no solo a posibles interesados, que sin duda pueden ser las otras líneas aéreas que buscan mobiliario, como carritos de servicio, cajones, y lo que todavía se conserve.

Con lo anterior, el panorama es más que claro, tanto para trabajadores como pasajeros y demás acreedores de la aerolínea. Este asunto va para largo, porque los Del Valle no dudarán de interponer cuanto recurso legal les sea posible y les permita seguir empantanando este litigio.

Mucha gente me ha preguntado ¿cuál es la función que tiene la familia Del Valle con esta empresa?, y una realidad es que ellos funcionan a modo de pantalla, son un maravilloso distractor de la realidad, y tal parece que no les desagradan del todo los reflectores, aunque para mantenerlos atentos a ellos, tengan que prometer imposibles, y declarar que el regreso de Interjet está a la vuelta de la esquina.

¿Cuál es la realidad? Que la familia Alemán, a pesar de haberse deshecho de las acciones de la compañía aérea, son los verdaderos responsables de su quebranto. Los Del Valle comenzaron a decir que tenían interés de adquirir la aerolínea en julio de 2020, en plena pandemia, ya con varios meses de no pagar salarios a los trabajadores y deberle a todo el mundo.

Una de los explicaciones que los Del Valle suelen decir es que “no sabían la situación económica real de la aerolínea”, lo cual es una completa mentira, porque además de que se regodean diciendo que fueron seis meses de estar haciendo el estudio necesario, justamente cuando esta familia se interesó, la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) emitió una alerta a los pasajeros para no adquirir boletos de avión con Interjet.

¿No les parece suficiente?, pues hay más: la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) en el mes de abril del 2020 le suspendió a la aerolínea el sistema Bank Settlement Plam (BSP, un sistema internacional de facturación), además de advertirle a todas las agencias de viajes para no emitir boletos de avión de la compañía aérea, desde abril del 2020.

Ya en octubre del 2020 (dos meses antes de que los Del Valle adquirieran las acciones) el SAT embargó las cuentas bancarias así como algunas de las marcas de Interjet, por el incumplimiento del pago de más de 2 mil millones de pesos en impuestos.

¿Cómo es que ahora los Del Valle pueden aseverar que no sabían nada? Tan sabían que todo estaba a punto de irse al traste, y que urgía sacar a la familia Alemán del escenario mediático, que por eso solo nueve días operaron la empresa. Todo este tiempo, desde la suspensión de operaciones hasta ahora, su labor es empantanar este asunto, con miras a que no se resuelva.

¿Lo lograrán? Ruego por que no sea así, y que se frustre su misión de liberar de toda culpa a los verdaderos deudores. Ellos apuestan a que el Padre Tiempo lo subsane todo, pues la gente no relacionará a la poderosa familia Alemán con Interjet y eso es muy bueno, pues podrán seguir operando con toda tranquilidad sus demás negocios, que hay que decirlo, no son pocos.

Por eso no nos asombra que tanto el sindicato como los nuevos dueños de Interjet tengan posturas distintas y encontradas; la del sindicato es la más cercana a la realidad: la familia Del Valle no cuenta con los recursos necesarios para poner de vuelta a volar a la aerolínea. Esos tan famosos, traídos y venidos, 150 millones de dólares no les alcanzan para su onírico plan de arranque.

Este tipo de sucesos deberían evitarse, pero eso solo será posible el día que el Estado entienda que las aerolíneas son concesiones que ellos dan; finalmente no puede olvidarse que se trata de un servicio de transporte público operado por un particular.

Los que estamos dentro de la aviación exigimos que el mayor número de ojos voltee a ver a la industria, y que los facultados para ello, ya sea el Poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial, la regulen en beneficio de todos: de trabajadores, pasajeros y de los dueños. No queremos más empresas quebradas, más trabajadores desempleados, y más usuarios defraudados.