Se me enojó don Vicente Serrano, un NO-periodista que acude con cierta frecuencia a las mañaneras. Su molestia obedece a que, precisamente, dije que él no es periodista, sino un palero del presidente López Obrador. Conste, no lo acusé de nada indebido: sinceramente hablando no creo que reciba dinero ni que nadie le dé línea. Es palero en el sentido de que ayuda con sus preguntas —no periodísticas—  a que haga magia comunicacional y política el personaje central de las conferencias de prensa en Palacio Nacional.

A don Vicente le comenté que si se ofendió por mi comentario, le pido perdón y lo invito a comer a Lord Molécula, Hans Salazar y Sandra Aguilar, aludidos en mi columna. No nos vamos a pelear solo porque pienso que no son periodistas.

Para que sea una comida de nivel les llevaré, si aceptan, a un extraordinario restaurante ubicado fuera de las áreas fifís de la Ciudad de México, el NICOS de avenida Cuitláhuac 3102, Claveria, Azcapotzalco.

NICOS, sin duda, es uno de los mejores restaurantes de nuestro país y aun de Latinoamérica. Con un ventaja sobre otros establecimientos de calidad existentes en la capital mexicana: sus precios son bastantes razonables.

La historia de NICOS

Abrió sus puertas en 1957, así que en este 2022 celebra 65 años de existencia. Lo fundó don Raymundo Vázquez, quien inició el negocio como una fuente de sodas.

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El restaurante se llama NICOS debido al sobrenombre con el que la familia se refería a Maria Elena Lugo Zermeño, quien en 1965 era novia de don Ray. Un año después se casaron.

NICOS fue el primer restaurante en ofrecer una carta de vinos solo de México; ocurrió en 1967 y se trató de una iniciativa de don Ray para apoyar a una incipiente industria en aquella época.

En plena crisis de finales del 1994 —provocada por Carlos Salinas de Gortari—, cuando cursaba la mitad de la carrera de arquitectura, el hijo menor de don Ray y Elenita, Gerardo Vázquez, estudió en la UNAM un diplomado en cocina mexicana dirigido por la investigadora Alicia Gironella.

Un año después, al finalizar 1995, Gerardo Vázquez se hizo cargo de la cocina del NICO y ahí ha estado hasta la fecha.

Gerardo es uno de los grandes chefs del mundo y su restaurante es considerado, actualmente, como un verdadero templo de la cocina mexicana.

NICOS enaltece los ingredientes mexicanos apoyando a productores locales comprándoles directamente.

Es de los pocos restaurantes que cambia su menú de tres a cuatro veces al año honrando diferentes fiestas y cocinas regionales.

Un detalle que enaltece al chef Gerardo Vázquez: le parece abusivo cobrar por el agua. Por ello en NICOS no se cobra en absoluto el agua para beber, con o sin gas.

Desde hace décadas, NICOS es un punto de referencia para comer el platillo nacional chiles en nogada y, según la guía 50 best Latin America, es considerado el restaurante número 35 en esta región. En mi opinión, debería estar mucho más arriba en la clasificación.

Desde hace siete años su carta de vinos ha sido considerada por la revista Wine Spectator como una de las mejores del mundo, obteniendo el certificado award of excellence de esta publicación norteamericana.

La carta de vinos de NICOS es la más completa de vino mexicano en el país por la cantidad de etiquetas (114) y por incluir a las diferentes regiones productoras de vino de México.

La curaduría de esta carta está a cargo de la empresa Wine Space, cuyos socios son Fernanda Gutiérrez Zamora y René Rentería.

El 90% de los vinos son mexicanos, pero hay una sección que se llama “Territorios conquistados”, que son vinos extranjeros producidos por mexicanos. Uno de ellos, el Sang bleu, de Francia, que pertenece a los dueños de Mariatinto, cuyo propietario es Guillermo González Beristain, chef del restaurante Pangea de Monterrey. Otro vino de territorios conquistados por mexicanos es uno de la bodega Juguette, de Australia, cuyo dueño es un enólogo muy joven, de 30 años de edad, Mauricio Cantú, también de Monterrey.

Supongo que pronto entrará a la lista de los “territorios conquistados” el vino español Lleiroso, de Pancho González, dueño de Milenio.

Ojalá que cuando los No-periodistas que asisten a las mañaneras acepten mi invitación a comer en NICOS, ya esté en la carta de vinos el Lleiroso, cuyo propietario administra medios de comunicación. En su momento —si la comida se organiza— le pediré a don Pancho González que interceda para que nos acompañe alguno de sus columnistas más cuestionados en las conferencias de prensa de AMLO —como Héctor Aguilar Camín o Joaquín López Dóriga—, de tal modo de que la discusión sobre periodismo y palerismo se amplíe y resulte de provecho para todos.