IRREVERENTE

Les platico:

Ganas le sobran a la doctora para imprimir su sello en la presidencia de México, desde la misma etapa de transición.

Colaboradores leales a ella los tiene, no los que quisiera, pero sabe confiar en ellos y con el tiempo irán creciendo en número.

Incluso en las filas del empresariado hay muchos que simpatizan con la posibilidad de que Claudia Sheinbaum no sea una réplica al carbón del actual sexenio.

Las columnas más leídas de hoy

Pero los santones de la I.P. están defendiendo sus reductos y cotos, léase contratos, concesiones y prebendas.

Sudor, no hedor. Transpiración, no inspiración

Por eso, el apoyo del empresariado debe venir de líderes morales que no son de esta generación, sino de la que en el siglo XX fraguó sus empresas en base a sudor, no al hedor de la corrupción de que hacen gala muchos de sus hijos y nietos.

Crecieron en base a transpiración, no inspiración. No hacen magia, creen en el trabajo puro.

Se trata de los que despectivamente son llamados por los juniors huevones como “los viejos”.

Esos referentes morales están por todo el territorio nacional e incluso andan en el extranjero, impulsando a sus 70, 80 años y más, negocios y fuentes de empleo que florecen en medio de la brutal competencia global.

Claudia necesita hacerse fuerte con ellos

Necesita sentir su poder emprendedor para enfrentarse a un tutor que se niega a soltarle las riendas.

De nada servirá la capacidad y preparación de la doctora, si López Obrador sigue emperrado en prolongarse en el poder.

Platiqué con uno de esos líderes morales de la I.P. y apenas comencé a plantearle mi idea, me interrumpió para preguntar si el plan era atizarle a Claudia.

Le respondí que no, al revés.

Se trata de pronunciarse a favor de ella, para que la candidata electa sienta el arrope de empresarios insignia.

Pero esos líderes morales de la I.P. deben ser casi químicamente puros.

Cumplidos pagadores de impuestos y alejados de querer ocupar ellos o sus recomendados, puestos públicos para sacar raja del erario.

Quizá son pocos, pero los hay, conozco a varios de ellos y ya empecé mi peregrinar para convencerlos de que detonen sus voces ante la ciudadanía, que hoy está la mar de expectante, decepcionada y sacada de onda.

Los millones de abstencionistas, resentidos y encabronados por el resultado de las pasadas elecciones, tienen que escuchar a estos líderes morales, hablar de sus trayectorias, de sus planes, de sus enfoques sobre la realidad actual y futura.

No tienen qué hablar de política ni criticar al gobierno.

No deben ser críticos, sino aportadores de ideas y experiencias que los pongan en primera fila a los ojos de Claudia Sheinbaum.

Y cuando ella los llame se dará cuenta de que ¡NO ESTÁ SOLA!

Entonces qué, señores empresarios ¿se fajan o se rajan?

Cajón de Sartre:

  • Mañana cambio completo de programa sin faltar el Incomparable Iván y toda su Compañía.
  • Pero hoy, que tengan ustedes, amables lectores, un plácido domingo.