Claudia Sheinbaum es una mujer que se dice de izquierda, su gran reto en el poder será recuperar a la izquierda y su pensamiento democrático y frenar la idea de una presidencia absolutista y populista que restablezca el viejo régimen del priismo presidencialista y represor que AMLO impulsó y que muchos luchamos por erradicar.

En su ascenso al poder AMLO utilizó la bandera de la izquierda, aunque él nunca formó parte de la “Corriente Democrática” encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, su incorporación al Frente Democrático fue hasta después de que Manuel Bartlett consumara el fraude electoral en favor de Salinas en 1988.

Fueron muchos integrantes del priismo retrogrado los que se sumaron al PRD para, desde dentro, desplazar a personajes de verdadera izquierda. Cuando AMLO fue presidente del PRD, prácticamente sepultó a la izquierda para imponer una agenda completamente contraria a esos principios e ir por la vía de populismo megalómano y autoritario que lo caracteriza.

Días aciagos

Con la reforma al poder Judicial como puntilla para aniquilar la izquierda y la democracia, la pregunta es ¿qué hará Claudia Sheinbaum, continuar solidificando el populismo autoritario de AMLO o se convertirá en paladín de la democracia y de los principios de izquierda democrática y moderna y autentica en que creemos muchos?

En México la lucha de la izquierda ha tenido un largo y en ocasiones penoso peregrinar. Más de la mitad del siglo pasado, cuando predominaba el autoritarismo del PRI, al que pertenecía AMLO, se mantuvo en la clandestinidad. Fue hasta 1976 cuando Jesús Reyes Heroles en una importante reforma político electoral, reconoció a la izquierda y permitió que participaran en las elecciones; se reconoció la pluralidad y se crearon los legisladores de representación proporcional.

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A partir de ahí la lucha democrática avanzó y fue ganando espacios en la agenda nacional con temas como la no militarización, derechos humanos, libertad de expresión, de manifestación y una de las más importantes, el fortalecimiento de instituciones democráticas como el Poder Judicial, la rendición de cuentas y la transparencia.

Nunca fue su lucha

Resulta curioso que en la lucha de muchos años, y principalmente la que se dio durante las tres décadas pasadas, ni Claudia ni mucho menos AMLO estuvieron a favor de ese proyecto, por el contrario, poco a poco fueron minando las corrientes de la izquierda en el PRD, para imponer las del priismo más autoritario y represor con figuras como Bartlett, Ebrard, Camacho, Durazo, Monreal, Dante Delgado, Alberto Anaya, Manuel Velasco y muchos otros que fueron desplazando a personajes como Heberto Castillo, Mario Sucedo, Gilberto Rincón Gallardo y más, a los que fortalecieron la democracia como José Woldenberg que venía del Partido Comunista y presidió el primer IFE ciudadanizado o Lorenzo Córdova, hombre de una gran tradición de izquierda democrática, al igual que su padre, Arnaldo Córdova un luchador incansable.

La izquierda democrática se caracteriza por el fortalecimiento de la institucionalidad del partido, promoviendo la participación y decisión colectiva, sin embargo, lo que vemos en Morena es el retorno a la tradición autoritaria, donde AMLO impone a su hijo Andrés López Beltrán, “Andy”, como secretario general.

La izquierda siempre ha pugnado por una profunda reforma del Estado, buscando una transición pactada y gradual hacia la democracia y que se había ido consolidando. Si en embargo, con AMLO claudicó para imponer las reglas del viejo régimen autoritario, mayorías absolutas en el Congreso, control del Poder Judicial, eliminación de contrapesos, incluidos los partidos políticos, eliminación de la transparencia y rendición de cuentas; eliminación de la agenda ciudadana, aborto, inclusión, legalización de drogas, libertad de expresión.

Defensa de la democracia

La izquierda posee un pensamiento plural y democrático y entiende que para conseguir sus fines, deber existir disposición a la creación de alianzas con otras fuerzas políticas, incluyendo grupos con ideologías y planteamientos políticos diferentes, no a través de pensamientos únicos y autoritarios.

Hasta ahora, a 20 días de que tome posesión como presidenta, Sheinbaum no ha mostrado gesto alguno que la separe del pensamiento y las acciones autoritarias de Andrés Manuel que van en contra de la izquierda y de México. Una situación que al final de cuentas, pone a México en un estado de crisis multidimensional donde confluyen tres factores críticos: a) Polémica reforma judicial b) tensión diplomática con Estados Unidos y Canadá c) Amenaza inminente de sanciones internacionales.

Tal como se está conformando el escenario, pareciera que Claudia asumirá el poder controlada ¿será capaz de retomar las causas sociales como política de justicia y no electorera?

X: @diaz_manuel