IRREVERENTE

El 17 de mayo del 2021 vino a Monterrey desde Buenos Aires para dar dos conferencias.

Una fue en “Las 4 Estaciones”, el salón dentro de la casa de Gustavo M. de la Garza Ortega que fue clausurado por el alcalde Miguel Treviño de Hoyos en septiembre de ese mismo año.

Los afortunados que tuvimos la oportunidad de escuchar a este joven estrella de las redes sociales, no pagamos un centavo porque fuimos invitados por el empresario, y ese fue el tenor de todos los eventos realizados en dicho salón: sin costo.

Un solo tuit de Agustín es visto por más de 20,000 personas y cada retweet suyo por otros tantos en todo el mundo.

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Tiene apenas 34 años y yo le llamé anfibio, porque lo siguen por igual jóvenes que adultos y gente de la 3ª edad.

Su proclama principal es la defensa de la vida y los detalles de esa filosofía que profesa pueden verla en mi artículo “En exclusiva al ‘anfibio’ Agustín Laje, uno de los más influyentes de la juventud mundial”, que publiqué en este portal el 18 de mayo del 2021.

Acabo de tener un segundo encuentro con sus ideas, cuyo análisis de parte mía reproduzco a continuación y se refieren al rol que juega la izquierda en lo mal llamado como “equidad de género”.

Les platico por qué digo que es un error hablar de “equidad de género”, porque sobre la faz de la Tierra solo habemos tres género: el humano, la flora y la fauna.

Correctamente, debe hablarse de “equidad se sexo”, pero hay un prurito muy extendido en torno a la palabra sexo.

Hecha esta aclaración, paso a compartirles mi análisis sobre las ideas de Agustín Laje. ¡Arre!

Es un soberano absurdo

La ideologización del género es un soberano absurdo filosófico y científico, porque parte del principio de que lo que cada individuo percibe como realidad, es la realidad misma.

Y cuando a esa ideologización se le inyecta dinero y poder político, el absurdo se magnifica.

A mediados del siglo XX, los intelectuales arraigados a la izquierda de desencantaron con su propósito de que la revolución socialista que buscaban, podría movilizar y enfrentar a los obreros contra los patrones.

Esa era la matriz ideológica durante y poco después de la Guerra Fría, en los años 60.

Se desencantaron porque ese enfrentamiento de obreros contra patrones no ocurrió en Estados Unidos, ni en Alemania, ni en Inglaterra ni Francia ni en ningún otro país del llamado “primer mundo”.

La izquierda entendió que no podía seguir jugando cona esa dialéctica obrero-capitalista. Se dieron cuenta de que no podían llevar la guerra a ese terreno.

Migran hacia la sexualidad

Y en vez de seguir pujando por promover lo que llamaban una revolución económica, optan por una revolución cultural.

El punto de toque y de arranque de ese nuevo enfoque de la izquierda radica en la sexualidad.

Por eso todos los ideólogos e intelectuales de género provienen de ese arco político que es la izquierda.

Y es en ese momento que gente de mucho dinero comienza a darse cuenta que esa ideologización de género podría serles funcional y útil a sus intereses de políticas demográficas de la natalidad.

David Rockfeller III fue de los primeros magnates que alentaron y financiaron esa tendencia.

El primer manifiesto de dicha ideologización del sexo fue el “Reporte Kissinger”, que salió a la luz en el año 1974.

Casualmente, un año antes el aborto fue legalizado en Estados Unidos.

Toda esa vorágine ya no traían los membretes y slogans de la izquierda, sino de una tendencia tecnocrática.

Los grandes ricos que financian desde el principio este llamado “movimiento de la sexualidad o “equidad de género”, lo siguen haciendo.

Su ecuación es a mayor población en el mudo, más riesgo para los países ricos.

Toman como bandera una matriz eugenérica, cuyo estandarte fue Margaret Sanger, considerada como la primera feminista de Estados Unidos.

Ella, los Rockfeller y otros multimillonarios de muchos países, consideran al aborto no como un respeto al cuerpo de la mujer, sino como una alternativa de mejora genética.

“Más hijos para los aptos, menos para los ineptos”

Esa es la proclama de Sanger y de los seguidores de esta nueva dialéctica eugenérica.

Y califican arbitrariamente entre los ineptos a las poblaciones de color, hispanos y africanos.

Aquí, con ellos, es fácil encontrar conceptos vinculados a la pureza genética.

Pero así no se puede vender esta ideologización

El “Reporte Kissinger” considera dentro de sus postulados, que tal ideologización no puede ser vendida mediante esos conceptos de pureza genética, y orientan su estrategia hacia la promoción de los derechos sexuales reproductivos, de la diversidad, del feminismo.

Todavía hoy, 50 años después, todos los slogan de la -repito- mal llamada “equidad de género”, están incluidos en el “Reporte Kissinger”.

Y más aún, dicho documento es el que alimenta la matriz ideológica de la ONU al respecto.

Agustín Laje y Plácido Garza

CAJÓN DEL SASTRE DE PANAMÁ

“He aquí el ´gato encerrado´ de la izquierda, o habrá que decir ´gate”, remata la irreverente de mi Gaby.